Los Sanfermines tampoco se celebrarán este año. Así lo anunció el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, en una rueda de prensa celebrada este lunes. Una decisión que el Ayuntamiento de Pamplona tomó «teniendo en cuenta la situación actual de la crisis sanitaria y las previsiones para los próximos meses, que impiden la celebración de unas fiestas tan multitudinarias e internacionales». El primer edil recordó que Navarra es una de las comunidades autónomas con mayor incidencia de casos de Covid-19, con 432 en las dos últimas semanas por cada 100.000 habitantes.
Además, incidió en que la Comunidad foral se encuentra en alerta 4, con más de 200 personas hospitalizadas (35 de ellas en las unidades de cuidados intensivos) y en que el ritmo de vacunación «avanza mucho más despacio» de lo previsto. «Solo 202 personas de cada 1.000 han recibido una dosis y 83 de cada 1.000 han recibido las dos, cuando las previsiones hablaban de un 70% de la población vacunada en junio. Por eso, es necesario tomar la decisión ya, por dolorosa que resulte, a falta de algo más de dos meses de San Fermín», detalló. La suspensión de las fiestas, tal y como explicó Maya, ya se comunicó tanto a los portavoces de los grupos políticos municipales como a los componentes de la Mesa de los Sanfermines. A estos últimos, precisamente, se les convocó este lunes a una reunión que tendrá lugar esta semana.
Durante su comparecencia, el alcalde anunció que Pamplona destinará gran parte del presupuesto previsto para los Sanfermines de 2021 a una “amplia y ambiciosa” programación cultural. De la partida inicial prevista para las fiestas (2,4 millones de euros), se destinarán «aproximadamente» 1,3 millones a propuestas «de ocio seguro» que se llevarán acabo entre junio y septiembre, con el objetivo de «hacer de Pamplona una ciudad viva». El monto restante, por otro lado, «quedará reservado a otros destinos».
La iniciativa, que también pretende «impulsar la economía local en los sectores más afectados por la crisis económica, como el de la cultura, el comercio o la hostelería«, se concretará «en breve, con cuidado de no generar un efecto llamada» y contemplará organizar actividades como conciertos y torneos deportivos. O, como señaló el alcalde, «incluso alguna corrida de toros». En este sentido, Maya no se mostró partidario de que haya festejos taurinos entre el 6 y el 14 de julio: «Mi postura es que durante estos días no debería haber corrida de toros, pero la decisión final es de la Meca«.
Para dar a conocer la noticia, el Consistorio presentó un vídeo que recoge la canción Piel canela, con el fin de transmitir a la población «la necesidad de priorizar lo verdaderamente importante: la salud y las personas».
CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN
Poco después de la comparecencia de Maya, Geroa Bai Iruñea emitió un comunicado en el que criticó que el alcalde anunciara la suspensión de los Sanfermines «incumpliendo el compromiso de que no tomaría esta decisión hasta consultar con la mesa”. Asimismo, el grupo municipal añadió que, en el pleno del 15 de abril, los grupos de la oposición presentaron una declaración «instando a que el alcalde mantuviese en todo momento una actitud prudente y responsable en referencia a los Sanfermines y a que convocase la Mesa para que las decisiones en esta materia se adoptasen por consenso, tras escuchar a todos los sectores y ámbitos de la fiesta, además de a todos los grupos políticos municipales”. En este sentido, el grupo acusó a Navarra Suma de «negarse en todo momento a ir de la mano con los colectivos, la ciudadanía y las peñas de Iruña» y calificó la comparecencia de Maya como «un intento más de protagonismo”.
Por su parte, el PSN-PSOE acusó al Consistorio de «enviar mensajes contradictorios cuando los Sanfermines estaban suspendidos, como el despliegue del pañuelo gigante en la fachada del Ayuntamiento, la instalación de un corpóreo en la Plaza del Castillo, donde es complicado mantener las medidas de seguridad requeridas debido a la búsqueda de fotografías; o la emisión en directo de la fachada y el reloj el 6 de julio”.
Todas estas acciones, según se estimó desde el partido político, se hicieron “con el único objetivo de conseguir protagonismo en un momento donde se debería haber dado una imagen de serenidad y normalidad”. Además, los socialistas acusaron a Maya de actuar “unilateralmente, sin establecer un diálogo y creando polémicas innecesarias, como haber relegado el euskera en varios elementos de comunicación e imagen relacionados con los No-Sanfermines”.
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