Metales de Navarra (Medenasa), especializada en el tratamiento de residuos industriales, está poniendo en marcha junto a varios socios una planta de reciclaje de placas fotovoltaicas en Ateca, una localidad aragonesa ubicada a cien kilómetros al suroeste de Zaragoza. La planta ya está habilitada, pero todavía no ha entrado en funcionamiento porque sus promotores se encuentran a la espera de recibir una última autorización por parte del Departamento de Medio Ambiente y Turismo del Gobierno de Aragón. No obstante, Medenasa confía en recibirla este mismo mes para empezar a operar en marzo.
«La maquinaria ya está instalada y lista para comenzar a trabajar. Ahora solo queda esperar el permiso necesario para empezar a recibir los materiales a reciclar, como plástico, polvo de silicio, vidrio, cobre o aluminio», avanza a Navarra Capital David Zufía, comercial y miembro de la tercera generación que dirige esta empresa familiar.
De hecho, la firma navarra ya tiene desplegado en el municipio aragonés un equipo de cinco personas, aunque proyecta ampliar el número en cuanto la planta inicie su actividad. En este sentido, la empresa ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Ateca para contratar a profesionales de la localidad, que cuenta con una población de 1.700 habitantes.
Precisamente, y según resalta Zufía, el Consistorio ha facilitado la llegada de la compañía navarra, que ha alquilado varias naves industriales en el municipio. En total, estas suman una superficie de 7.500 metros cuadrados: «Las placas que se instalaron hace aproximadamente veinte años están llegando al final de su vida útil. A corto y medio plazo, surgirá la necesidad de cubrir el reciclaje de las mismas».
En concreto, la planta tendrá capacidad para reciclar 6.000 toneladas de placas al año. «Ahora mismo estamos preparados para tratar 2.000 toneladas anuales, pero nuestra intención es triplicar la producción a medida que abramos nuevas líneas de trabajo», apostilla Zufía.
LA EMPRESA
El proyecto supone un ambicioso reto para la empresa navarra, ya que se trata del primer proyecto de este tipo que pone en marcha. Fundada en 1986 por Fernando Zufía, Medenasa se ha dedicado tradicionalmente al reciclaje de hierro y otros materiales. De hecho, gestiona en torno a 200.000 toneladas anuales de residuos entre férricos (hierro y acero), no férricos (cobre, aluminio, inoxidables y latones) y peligrosos (escorias, taladrinas, aceites, disolventes, lodos de pintura…). Una vez recuperados y transformados, los vende en forma de materiales a siderúrgicas, acerías y fundiciones. También compra chatarra industrial, vigas, maquinaria o motores, de modo que las principales fuentes de su acero son los automóviles, electrodomésticos, latas de acero, construcciones o estructuras antiguas.
«Ahora hemos decidido diversificar y explorar otros sectores, como el de las placas solares. Estamos empezando y adquiriremos experiencia poco a poco», afirma Zufía, nieto del fundador e hijo del actual gerente, Jesús Ramón Zufía.
La base de operaciones de Medenasa en Berrioplano cuenta con una superficie de 36.000 metros cuadrados, donde posee más de 700 contenedores que instala en los centros productivos de sus clientes para retirar sus residuos industriales. Además, participa en la puesta en marcha de BeeCycle en Caparroso, la primera planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos en Navarra. Un proyecto liderado por BeePlanet Factory y la coreana SungEel HiTech, en el que también participan TW Group, Sodena y Samsung C&T. Inicialmente, la apertura de la planta se preveía para 2025, pero el consorcio señaló el pasado agosto que se hará efectiva en 2026.