El pasado 4 de octubre, celebramos en Cámara Navarra un grupo de discusión para contrastar y ahondar en los resultados del Espejo de NavarraCapital.es, que se dieron a conocer en junio. Algunas de las conclusiones coinciden con lo expuesto en otras sesiones, seminarios o debates que hemos celebrado desde comienzos de año.
Una de estas ideas es que, ante el cambio tecnológico, la transformación en los modelos de negocio y el auge de nuevos competidores con capacidad para generar producto propio (especialmente en el este asiático), Navarra necesita tomar medidas para afrontar con éxito la transición a esta nueva realidad.
Para ello, no hay que olvidar que las economías más competitivas son las más productivas. Las empresas tienen ventaja competitiva cuando son más productivas que su competencia, es decir, generan más valor con los recursos disponibles. Y, además, esta debe ir enfocada a las necesidades y profunda transformación que están experimentando los mercados.
Las empresas tienen ventaja competitiva cuando son más productivas que su competencia.
Si pensamos en términos de región, la mejora de la productividad en las empresas se consigue o se impulsa cuando la Administración y agentes sociales trabajan y colaboran en la misma dirección, con miras estratégicas de largo plazo. Y ello quiere decir establecer acuerdos y metas claras en ámbitos como el educativo, la investigación, el apoyo a la empresa y la inversión. Y todo ello en un entorno marcado por tres retos: la sostenibilidad medioambiental, el incremento de la desigualdad y el alejamiento del multilateralismo en los mercados globales.
La segunda conclusión, derivada de la anterior, es que es necesario tomar medidas lo antes posible y la Administración tiene un papel fundamental para impulsar esta transición. Sin embargo, a juzgar por los mensajes que escuchamos en los últimos meses, no está claro que este sea el caso.
Fernando San Miguel Inza
Responsable de Estudios Económicos y Proyectos Europeos en Cámara Navarra de Comercio e Industria.