Más de cinco décadas llenas de trabajo, esfuerzo, investigación y desarrollo han hecho posible que la cooperativa de trabajo asociado Gurelan Mycelium, con sede en Huarte sea un referente nacional en el proceso de elaboración de micelio y de sustrato de hongos comestibles.
Muchas cosas han cambiado desde su nacimiento como cooperativa agraria en 1963, hasta nuestros días. En esta empresa, asociada a ANEL, siempre se ha trabajado con proyectos de investigación, desarrollo y mejora de los procesos.
La innovación, e mantenimiento del laboratorio y la calidad producto son los tres pilares sobre los que se asienta esta cooperativa histórica en Navarra
Gurelan nació en 1963 como cooperativa agrícola y en la década de los 70, contando con el impulso y la experiencia de personas que habían trabajado en la industria farmacéutica, se inicia la producción de micelio para el cultivo de hongos, principal área de negocio de la empresa desde entonces.
Así, cuenta el gerente Juan Miguel Artázcoz Zabalegui, a lo largo de estos más de 50 años, que su empresa “ha ido creciendo gracias a la confianza de los clientes en la empresa y en su producto. De manera continua se han acometido proyectos de investigación, desarrollo y mejora de los procesos de producción de micelio. Como ejemplo de este esfuerzo de desarrollo e inversión estarían la planta de producción puesta en marcha en 2002 y el proceso de producción en masa de micelio de 2014”.
Igualmente, según dicho responsable, “lo fundamental para mantenerse en el mercado y seguir creciendo es el laboratorio, el mantenimiento de las cepas, los criterios para realizar la replicación, por tanto, fiabilidad en ese producto que llevamos haciendo tantos años. Además de todo esto, la competitividad en el precio es fundamental y nuestra empresa se sitúa en un 30% por debajo de las multinacionales”.
I+D+i, factor clave
Gurelan Mycelium integra la mejora continua en su sistema de gestión y su capacidad innovadora a nivel técnico, organizativo y financiero y se plasma en los trabajos de investigación desarrollados en los diferentes proyectos en los que participa.
“Nuestra decisión estratégica consiste en invertir en I+D+i, acorde con la filosofía de revisión continua y búsqueda de la máxima calidad en toda su actividad”
El proyecto de innovación en el que han estado trabajando durante los últimos tres años, es el “nuevo sistema de producción en masa”, cuyos objetivos son: “desarrollar un nuevo formato de micelio, más homogéneo; aumentando las garantías de calidad y fiabilidad del producto final a través de la automatización y control del tratamiento de las materias primas y de los parámetros del proceso”.
Con un coste de 1,2 millones de euros, ha supuesto un antes y un después en la cooperativa de Economía Social. Un proyecto muy innovador que “a base de ensayo-error” les ha permitido pasar de hacer una bolsa de 3 kilos a una de 9, reducir el proceso de cocción, esterilización e inoculación de 3 ó 4 días a 3 ó 4 horas. “Esto nos permite que haya muchos más puntos de crecimiento, le quitamos 10 días al proceso y somos capaces de producir más”, explica Artázcoz Zabalegui.
El segundo punto innovador que han implementado en la cooperativa es la implantación del sistema de flexibilidad por el desempeño de trabajo, que comenzará a estar en vigor el mes de junio. “El sistema de flexibilidad permite, por un lado, que sepan manejar autoclaves y, por otro, que haya turnos en los que todos sepan manejar todas las máquinas”, comenta el gerente.
Y en cuanto al tercer punto de innovación y que se sitúa en un nivel más externo, se contempla la exportación. “A nivel nacional trabajamos con todos los clientes de este sector, pero este nuevo sistema en masa, nos permite acceder a clientes de exportación”, asegura. “Han sido muchos cambios, funcionamos con otros ritmos. Ahora estamos en el punto dónde queríamos estar, supone un reto y un proyecto muy bonito”, sentencia.
Fuente: ANEL