La última cara ante el cliente del mundo vinícola. Su trabajo consiste en crear experiencias, pero servir una copa de vino o licor no es tan sencillo como parece. Conocer bien el vino, sus propiedades y matices, la forma de servirlo o cómo degustarlo: los sumilleres marcan la diferencia a la hora de probar una bebida.
En España, el vino es un símbolo de la cultura y la tradición y los somelier se toman muy en serio la formación y de sus profesionales. Para ello, es importante mantener el contacto, por lo que cada año celebran una asamblea anual organizada por la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres. Esta reunión, que tuvo lugar en abril en el Hotel Don Carlos de Huarte (Navarra), concentró a casi 70 expertos con representantes de todas las asociaciones españolas para disfrutar y aprender los unos de los otros. Bajo la presidencia de Pablo Martín, se volvió a incidir en la formación como el mejor camino para la acreditación profesional y la mejor forma de empleabilidad para el sector de la sumillería.
Los sumilleres españoles que acudieron a este ecuentro aprovecharon la ocasión para unificar criterios formativos y aprobar solicitar a la Association de la Sommellerie Internationale (ASI) que España sea sede de la Asamblea Internacional en 2022, aunque también hubo espacio para la diversión y disfrutar. Paralelamente, tuvieron lugar diferentes actividades y actos para dar a conocer a los casi 70 sumilleres de primer nivel, los vinos, la gastronomía y la cultura de la Comunidad foral.
Entre las actividades destacó la organización de un showroom, integrado por una treintena de stands, principalmente bodegas y productos gastronómicos de Navarra. Además, contaron con la visita de la Comparsa de Gigantes de Buztintxuri, quien les dio la bienvenida a la región, y con una formación y cata de vinos de Navarra, dirigida por Pilar García-Granero, enóloga y socia de honor de la Asamblea de Asociaciones Españolas de Sumilleres.