Nos recibe en su reducido despacho del Edificio de Investigación del campus de Ciencias de la Universidad de Navarra, un espacio que denota el paso de los años. Aunque su aséptica bata blanca ayuda a la confusión temporal, la doble gran pantalla del ordenador nos devuelve al presente. Pero lo que importa de este lugar es que gracias a las investigaciones que desde ahí ha dirigido su inquilino, hoy se sabe mucho más sobre los efectos que la dieta tiene en nuestra salud.
Miguel Ángel Martínez González acaba de cumplir 62 años y nació en Málaga. Es el mayor de cuatro hermanos, hijos de un endocrino “al que le gustaba mucho la nutrición”. “Desde que eché los dientes, oía hablar en casa del tema”, apunta. Por eso decidió seguir sus pasos. Llegó a la Universidad de Navarra en 1997, en la que es director del Departamento de Medicina Preventiva y profesor de Salud Pública y Bioestadística en la Facultad de Medicina, y ha dedicado gran parte de su vida a estudiar la relación entre salud y nutrición. Por ejemplo, fue durante 2006-2013 el coordinador de la Red de centros Predimed, el mayor ensayo aleatorizado sobre dieta y salud realizado en Europa, y también trabaja con la Universidad de Harvard, que realiza el seguimiento de 120.000 personas desde 1976. Ya les adelantamos que, entre las conclusiones, destacan las bondades de la dieta mediterránea.
“Tienes ahí una mina de oro para extraer conclusiones de las que no ha dispuesto antes la humanidad. Y los que la tenemos de primera mano nos pasa como a los primeros que vieron el efecto del tabaco sobre el cáncer de pulmón. Se quedaron asombrados, pero no les creían. Contamos con datos acumulados durante décadas, muy detallados, de lo que comen cientos de miles de personas y de lo que les pasa luego”, destaca con algunas reminiscencias de su acento andaluz.
Por eso, añade, “hablo más claro y con más contundencia, porque tengo muchos datos de primera mano”. Con lo averiguado en sus investigaciones ha escrito un libro que lo ha hecho popular: “He llamado al libro ‘Salud a ciencia cierta’ porque cada cosa que digo está apoyada por estudios de este tipo, no me saco las cosas de la manga ni son estudios de laboratorio de tres meses”.
“Sin que sea una fantasmada, Navarra está teniendo una influencia mundial única con los estudios sobre dietas”.
Podría presumir de sus descubrimientos, pero prefiere reconocer méritos ajenos. Un ejemplo. En un momento de la conversación nos explica que en la Universidad de Navarra está Alfredo Martínez, “el líder mundial” en nutrición personalizada. “Quizás no valoramos lo que tenemos. En cada país hay una Sociedad Nacional de Nutrición, todas ellas se reúnen en la IUNS, International Union of Nutritional Sciences, y su presidente es Alfredo Martínez. Somos buenos amigos, tengo el honor de trabajar con él y he aprendido mucho a su lado”.
Como si nos hubiera oído, poco después se abre la puerta del despacho y se asoma Alfredo Martínez, quien le adelanta que una conversación que ha mantenido ha dado buenos resultados. Nuestro interlocutor, con un gesto de complacencia, le hace ver que está siendo entrevistado, porque casi nos oculta la puerta abierta. “Hace un momento hablamos de ti”, añade. Alfredo Martínez se excusa y, cuando un rato después nos despedimos del doctor nutricionista, lo vemos en el despacho de enfrente, esperando para detallarle la conversación sin duda.
Y esos estudios, ¿qué dicen de la dieta de los navarros? Nos explica que somos los más representados en los tres que han contado con su dirección o participación (SUN, Predimed y Predimed Plus, en el que de las 6.000 personas a las que se hace seguimiento mil son de Navarra). “Los resultados son muy parecidos a los de otras comunidades. Hay exceso de consumo de carnes rojas, ternera, cerdo y cordero, pero también se consume más verdura. Y tampoco hay diferencias en la relación entre dieta y enfermedad cardiovascular, es idéntica en todas partes”.
¡UN FLAN!
Vamos a ver si le pillamos y le preguntamos qué comió ayer. “Tuve una comida de trabajo y pedí gazpacho de primero, salmón de segundo y un flan de postre”. ¿Flan? “Sí, es que estábamos celebrando la publicación de un artículo en una de las revistas científicas más importantes del mundo”. Y agrega, como excusándose, que “el flan no es mi postre habitual, era un extraordinario”. No faltó una copa de vino tinto, porque sus estudios han demostrado que acompañar una comida con una copa de vino tiene efectos positivos sobre la salud: “Sí. Pero también digo siempre que lo mejor para un hombre de menos de 45 años y una mujer de menos de 55 es el alcohol cero, cero pelotero, porque es dañino para los jóvenes”.
“Si eres obeso, no cabe ninguna transgresión en la dieta”.
Le decimos, medio en serio medio en broma, que es un apóstol de la dieta mediterránea y no parece hacerle mucha gracia: “Hombre, no hace falta usar esas palabras, no soy una persona exagerada en estos temas… Nadie llama apóstol a una persona que diga que si te tiras de un sexto piso te vas a hacer mucho daño, y es obvio que un patrón de dieta mediterránea reduce la enfermedad cardiovascular y la mortalidad, se repite una y otra vez el mismo resultado en un sitio y en otro y en otro… Como lo tenemos tan claro en los datos y lo tenemos fundamentado tenemos que decirlo, ¡es que no seríamos honrados de no hacerlo!”
Además, contextualiza sus palabras: “Yo he dicho que el pan blanco es el principal problema nutricional en España, no hay galleta sana, esos titulares que me ponéis los periodistas. Eso es para el español medio que tiene sobrepeso u obesidad, alguien que corre maratón o juega dos veces a la semana al tenis y está delgado, sanísimo, puede tomar un buen plato de pasta y unas galletas para tener energía rápidamente disponible. En ese caso no hay ningún problema, ahora, si eres obeso no cabe ninguna transgresión”.
Le preguntamos si le queda algún amigo entre los panaderos y reposteros, se ríe, y nos cuenta que un antiguo alumno que colabora en sus investigaciones, con el que además va al monte, es hijo de pastelero. “Y este verano fui a Tarifa a ver delfines. Íbamos cinco y uno es dueño de varios Burger King. ¡Ni yo lo tiré por la borda ni él a mí!” exclama entre carcajadas. No lo hicieron porque son amigos, y porque “los seres humanos somos más razonables de lo que se piensa”.
INSPIRADOR DE BARACK OBAMA
La repercusión de los estudios que ha dirigido o en los que ha participado es muy grande en los Estados Unidos, hasta el punto de que inspiraron la política alimentaria de la administración Obama. Murmura modestamente que “quizás se ha exagerado un poco” al tiempo que señala, en una de las muchas fotografías que tiene en la pared, a una persona que resulta ser Walter Willett, director durante 25 años del Departamento de Nutrición de Harvard: “He colaborado mucho con él, me nombró catedrático visitante de la Universidad, y cita abundantemente nuestros estudios en sus libros y publicaciones porque considera que lo que hemos hecho con la dieta mediterránea es una referencia, es un gran forofo de la dieta mediterránea”. Barak Obama lo eligió como su principal asesor en todos los temas de alimentación, después Michelle Obama se implicó mucho en este asunto y en la prevención de la obesidad infantil, “y muchas de las cosas que ella decía le llegaban desde Navarra o desde España, por el cauce de Walter Willet”. Intuyendo la respuesta le preguntamos qué le parece que el actual presidente, Donald Trump, sirva hamburguesas a sus invitados, y con rostro de resignación dice “es un error”.
“Muchas cosas que decía Michelle Obama sobre nutrición le llegaban desde Navarra”.
En 2013, el estudio Predimed fue considerado la principal noticia de salud en EE.UU: “Tuvo un grandísimo eco y me tocó presentarlo allá en muchos foros… Ha influido mucho en la política alimentaria norteamericana y si estás influyendo en EE.UU., estás influyendo en todo el planeta”, asiente.
En octubre lo explicará en Sydney y después irá a Copenhague: “He estado dos veces este año con chefs y cocineros de los grandes complejos hoteleros y restaurantes norteamericanos en el Culinary Institut of America… un no parar”. Lo que le lleva a afirmar “sin que sea una fantasmada, que estamos teniendo una influencia mundial única, porque el primer paciente de Predimed se reclutó en el centro de salud de Azpilagaña, donde más tiempo se ha estado haciendo Predimed es en Navarra, y el primer paciente de Predimed Plus es de Tafalla. Que a través de la colaboración entre la universidad y el Servicio Navarro de Salud se haya logrado un impacto mundial de esta envergadura es un orgullo para Navarra. ¡Casi al nivel de que Osasuna haya subido a primera!”, concluye con una risotada.