La pelotari navarra Maite Ruiz de Larramendi acudió a su primer Mundial Sub-22 con tan solo 19 años y logró el bronce. Desde entonces, su palmarés es envidiable: ha ganado siete medallas en otros tantos Mundiales absolutos. También obtuvo la Real Orden del Mérito Deportivo en el año 2009, pero aún espera lograr una hazaña mayor: la profesionalización de la pelota femenina. Y lo hace mirando de frente a cada obstáculo.
1. ¿Son tan grandes las diferencias económicas en la pelota entre hombres y mujeres?
Muy grandes, de cero a mil.
2. ¿Qué se debe hacer para reducir esa distancia?
Dar la importancia que se merece a las mujeres y querer avanzar.
3. Iniciativas como el I Torneo de Pelota Femenino, que se presentó recientemente, ¿hasta qué punto impulsan el deporte femenino?
Ayudan, pero a veces la manera de gestionarlas no es buena. En mi opinión, se pierden muchas de las ayudas a las chicas por ahí arriba. No se muy bien dónde, pero no llega todo el dinero a las pelotaris.
4. ¿Cuál es la mayor beca que le han dado?
Unos 1.800 euros o 2.000 por un Mundial Absoluto. Cuando empecé a jugar con 15 años, que te dieran eso… Pero hoy no lo puedo entender. En el fútbol femenino se avanza, pero yo creo que hemos retrocedido en la pelota. Hay más chicas jugando y, sin embargo, no existe una profesionalización. ¿Por qué pasa esto?
5. Hay casos muy llamativos de pelotaris que se han tenido que pagar kilometrajes y diferentes gastos para acudir a los torneos…
Pues eso es así. Cuando he participado con la selección, nos dan un dinero en dietas. Es muy poco, te da para un bocadillo. Sin embargo, tú no estás siempre en la selección y, cuando te toca moverte, no te pagan absolutamente nada. Lo mejor que te puede pasar es que vayas ganando y llegues a la final. Y eso que lo que recibes nunca es en metálico. En la pelota a mano, sí que se está recibiendo algo de dinero, pero en herramientas.
6. Con todo los títulos que ha ganado y no podemos hablar de profesionalización en su caso…
He ido a siete Mundiales Absolutos. Los chicos han podido vivir de eso, pero en chicas da igual que ganemos Mundiales, Europeos, Campeonatos de España, de Navarra, de Euskadi… Puedes conseguirlo todo, pero no llega esa profesionalización. Antes decían que no había chicas, pero ahora tenemos un grupo importante y seguimos igual. Tengo 47 años, y lo que veo es que hay dinero que se queda por el camino y no llega a la pelotari. No puedo decir se queda el dinero “menganito”, “fulanito” o el otro. Pero te aseguro que no llega a las pelotaris.
“Da igual que ganemos Mundiales, Europeos, Campeonatos de España, de Navarra, de Euskadi… Puedes conseguirlo todo, pero no llega la profesionalización”.
7. ¿Es cuestión de que haya más patrocinadores o de que alguien apueste decididamente por vosotras?
Los patrocinios se necesitan, pero yo pertenezco a Oberena, que me ha dado todo lo que he necesitado. Y eso se queda ahí. ¿Quién vive de esta manera? Al final hacemos lo que nos gusta, pero hay que darle un giro. Nosotras vamos a dar la vuelta a esta situación, nos cueste lo que nos cueste. Estoy metida en un proyecto con Iera Aguirre y vamos a tirar para adelante. Muchas veces se creen que con una barrita energética nos conformamos. Somos tontas, pero no tanto.
8. Háblenos de ese nuevo proyecto que ha puesto en marcha.
Queremos profesionalizar la pelota femenina y ya lo hemos presentado al Gobierno de Navarra. Estamos viendo cómo podemos recibir ayudas y tratando de ponerlo en marcha. En 1920, las mujeres pelotaris fueron profesionales y, ahora que estamos en 2021, parece que es el único deporte que se ha quedado sin avanzar. Creo que nos merecemos seguir adelante, siendo humildes, para que en 2041 digan “fíjate cómo anduvieron”.
9. También trabajó como técnica especialista en radiodiagnóstico en el Complejo Hospitalario de Navarra.
He compaginado mi trayectoria en la pelota con las horas de trabajo a tres turnos. He ido sin dormir, sin comer, como se podía. Si tenía cansancio, no me daba cuenta porque era lo que quería hacer. La ilusión podía con todo.
10. ¿Qué le decían sus compañeros?
La mayoría alucinaban. “Pero siendo campeona del Mundo, ganando esto, ¿cómo no puedes vivir del deporte con los años que llevas?”, me decían. También se sorprendían por ver que me iba a un campeonato a Bayona, volvía de noche, sin dormir…
“Muchas veces se creen que con una barrita energética nos conformamos. Somos tontas, pero no tanto”.
11. Mayoría de hombres en la cancha y en la grada. ¿Qué hace falta para enganchar más al público femenino?
Últimamente, en el Labrit, por ejemplo, ya se veían más mujeres y mucha gente reclamaba más festivales con chicas pelotaris, por ejemplo en Sanfermines. No será como con los chicos ni tendrá la misma fuerza, pero nosotras hacemos una pelota bonita y que podría enganchar a todos.
12. ¿Cómo comenzó en la pelota?
Metiendo horas con mis hermanos y amigos sin salir del frontón de Eulate y de Urbasa.
13. A los 14 años, tengo entendido que “la invitaron a dejar” su deporte favorito…
Al llegar a esa edad, me dijeron que como era mujer se me iban a estropear las manos. Eso sí, si eres chico nadie se lo cuestiona. A mi madre le dio mucha pena, pero lo dejé.
14. ¿Cómo lo retomó?
A los 18, llamaron a mi casa, preguntaron por mí y mi madre, sin dudarlo, les dijo que vinieran a hacerme la prueba. La hice y hasta el día de hoy.
15. ¿Qué recuerdos guarda de su etapa en la selección?
Lo mejor: las amistades que hice. Para mí fue lo máximo porque ya sabía que no iba a ser profesional. Vivir experiencias como ir a Argentina, lograr medallas… Eso ya era lo mejor.
16. En los amistosos se enfrenta a hombres.
Cuando empecé en la pelota, apenas había chicas y poder jugar contra hombres nos exigía más preparación. Pero salíamos a jugar e intentábamos darlo todo. Había compañeros que se lo tomaban muy bien y otros que se molestaban y decían “es que he tenido un mal día porque me dolía el hombro…”.
“En 1920, las mujeres pelotaris fueron profesionales y ahora que estamos en 2021 parece que es el único deporte que se ha quedado sin avanzar”.
17. ¿Qué consejos da a las chicas que empiezan?
Que sigan disfrutando y que nadie las pare por ser chicas.
18. ¿Qué tal lleva lo de compartir cancha con su sobrina Olatz de Larramendi?
Mucha tensión (risas), aunque últimamente la familia se decanta más por ella. Es un ejemplo para seguir peleando por la pelota femenina.
19. ¿Cómo ve el futuro de la pelota?
No hemos parado en pandemia, aunque la situación es difícil. Muchos ayuntamientos no quieren abrir esa puerta y tienen miedo. Luego, es verdad que todo es complicado. Si hay un ERTE en una fábrica, ¿cómo te va a patrocinar esa empresa?
20. ¿Qué siente cuando ve frontones vacíos?
Frío. Al final, los espectadores arropan mucho aunque vayan solo los quince de casa. Echo de menos ese murmullo característico o que te aplaudan por una jugada. Es muy bonito.
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