«¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué llueve? ¿De dónde salen las estrellas?». Nahia Iriarte creció entre interrogantes, siempre con dudas en la punta de la lengua y una inquietud insaciable por conocer el funcionamiento del mundo. Lo contemplaba todo con hambre de curiosidad. Por eso, pronto la ciencia y la tecnología guiaron su camino.
En casa, cuando su hermana pequeña aterrizaba en el salón tras haber pasado el día en el colegio, jugaba a convertirse en su profesora. Entre lapiceros, rotuladores y libros de diferentes asignaturas, Nahia se ayudaba de una pizarra para explicar las soluciones a los problemas de matemáticas. «¿Ves? Esto se hace así. ¿Ahora lo entiendes?», preguntaba con serenidad. Las letras, sin embargo, no le apasionaban tanto. «Asignaturas como Historia no me atraían tanto. Nunca me ha gustado aprender de memoria, como un loro», expresa entre carcajadas.
Aunque nació en Pamplona, su infancia transcurrió en Ayegui. Recuerda con ternura las infinitas excursiones que le brindaron la oportunidad de conocer rincones extraordinarios de Navarra. Junto a su familia, visitó en varias ocasiones las aguas cristalinas del nacedero del Urederra. Aquel azul pulcro, que casi parecía un trocito de cielo que ha bajado a la tierra para lucir su magia, se extendía ante ella como un espejo repleto de belleza. Allí, rodeada de paisajes de ensueño, nuestra protagonista también se preguntaba el porqué de cientos y cientos de interrogantes.
EL ATERRIZAJE EN NASERTIC
Nahia tenía algo muy claro: si deseaba descifrar el funcionamiento del mundo, necesitaba herramientas para hacerlo. Sopesó varias opciones y, después de consultar dudas con familiares y amigos, finalmente se decantó por estudiar Ciencia de Datos en la Universidad Pública de Navarra (UPNA). «No tomé la decisión muy segura, había muchas opciones entre las que decidir. Fui un poco a ciegas porque era una carrera nueva, formé parte de la primera promoción», relata tras recalcar que entonces se «hablaban maravillas» del futuro del ámbito tecnológico. Hoy tiene la certeza de que tomó la decisión correcta.
De niña, nuestra protagonista sentía una insaciable curiosidad por conocer el funcionamiento del mundo.
Disfrutó de la etapa universitaria cada día, y durante el último curso realizó unas prácticas que le permitieron aplicar todo lo aprendido en la carrera. Durante seis meses formó parte del equipo de Movalsys, spin off de la UPNA. «Es una compañía ligada al sector de la salud, pero también a la informática», precisa. Nada más finalizar su formación, Nasertic, sociedad pública del Gobierno de Navarra, llamó a su puerta. Y Nahia aceptó el reto.
«El salto profesional siempre asusta. Pasar de la universidad a la vida laboral es un cambio grande», valora para acto seguido hacer hincapié en la gran acogida que tuvo por parte de sus compañeros y compañeras y lo mucho que aprende del equipo cada día.
EL RETO DE LA COMPUTACIÓN CUÁNTICA
En concreto, nuestra protagonista fichó por Nasertic como técnica de soporte del proyecto Quantum Spain, una iniciativa financiada por el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública del Gobierno de España a través de la Secretaría de Digitalización e Inteligencia Artificial.
El proyecto busca impulsar y financiar una infraestructura competitiva e integral de computación cuántica en el país. En total, son veintisiete las entidades que, repartidas en diferentes comunidades autónomas, participan en él. Entre las entidades implicadas se encuentran universidades y centros de investigación, así como los nodos de la Red Española de Supercomputación (RES), entre los que figura Nasertic. «Cada centro tiene un técnico de soporte. Nos estamos formando y trabajamos para generar documentación en distintas áreas de la computación cuántica», explica Nahia justo antes de desgranar al detalle cómo percibe este campo.
«Gracias a la computación cuántica, se podrá trabajar con una mayor cantidad de información de manera simultánea»
«La computación cuántica está en desarrollo, pero podría tener un carácter transformacional en los próximos años. Actualmente se está investigando en el hardware necesario, tratando de mejorar el actual y de incrementar el número de cúbits disponibles, y en los propios algoritmos. En este sentido, se esperan aplicaciones en múltiples sectores. Puede tener
repercusión en el ámbito de la química, ya que se basa en reacciones de moléculas y podría contribuir al desarrollo de nuevos medicamentos. También se esperan aplicaciones en las finanzas, salud, logística o optimización de procesos, ya que se podrá trabajar con una mayor cantidad de información de manera simultánea. Pero estas se irán clarificando conforme avancen los estudios y aún son difíciles de predecir», analiza.
Los objetivos de Quantum Spain son adquirir e instalar un ordenador cuántico, crear un servicio de acceso remoto al procesador y desarrollar algoritmos cuánticos aplicables a problemas reales. Y, para ello, el proyecto, que se inició en 2022, se ha dividido en varias etapas. La primera de ellas se centra precisamente en la adquisición e instalación de un ordenador cuántico basado en tecnología de cúbits superconductores en el Barcelona Supercomputing Center. Cuando se complete este hito, el equipo de Nasertic, junto a los nodos de la RES, se encargará de gestionar el acceso a ese sistema. «De momento, solamente los participantes del proyecto tenemos acceso al ordenador cuántico para probar su funcionamiento», apostilla.
En total, son veintisiete las entidades que, repartidas por España, participan en el proyecto, y Nasertic es una de ellas.
Además, diferentes universidades y centros de investigación están estudiando y desarrollando algoritmos cuánticos. En este sentido, Nahia se muestra ilusionada al mencionar la gran labor que está realizando la sociedad pública navarra: «Estamos investigando y generando documentación para que aquellos que quieran adentrarse en este mundillo tengan recursos accesibles. Dar a conocer y ofrecer formación sobre esta nueva tecnología es importante».
UN COMPLEMENTO MÁS
El proyecto, que cuenta con un presupuesto de 22 millones de euros provenientes de los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, supone un gran reto. Al tratarse de un ámbito todavía en desarrollo, «trabajar se vuelve más complicado». Los chips deben mantenerse a una temperatura baja y tienen que interactuar sin «contaminarse» entre ellos. Tampoco pueden «contagiarse» de ruido exterior: «Es una oportunidad grande para Nasertic porque nos da la opción de divulgar esta nueva tecnología y tener acceso a ese tipo de computadores. Desarrollar esa parte de la computación cuántica aquí Navarra es ilusionante».
A algunas personas quizá les inquiete el despegue de nuevas herramientas tecnológicas como la Inteligencia Artificial (IA). La opinión de nuestra protagonista es firme: la computación cuántica trata de complementar a la tradicional. «No esperamos tener un ordenador cuántico en la mesa del salón. Solo sería otra opción añadida a la informática que ya conocemos, no se pretende destruir lo que tenemos ahora», constata con firmeza a sus 24 años.
