Nulab, startup constituida por el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA), prevé lanzar al mercado un dispositivo para medir la calidad de los embutidos curados. La fecha: el último trimestre de este año. Ya en marzo de 2020, CNTA anunció que había desarrollado un software que hacía lo propio con algunos alimentos, además de predecir su vida útil. Iván Nieto, CEO de Nulab, explica que era “un enfoque más abierto en el desarrollo de lo que estamos trabajando ahora”. La compañía navarra ha aplicado esa idea al sector cárnico para desarrollar, dentro del proyecto Novonir, un sistema portátil miniaturizado que permita registrar la humedad y actividad de agua en el proceso de maduración de embutidos curados como medida indirecta de seguridad alimentaria.
Dicho proyecto está financiado por el programa de apoyo a las Agrupaciones Empresariales Innovadoras (AEI) concedidas por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (Mincotur) y ha sido ejecutado por las AEI Clúster Agroalimentario de Navarra (NAGRIFOOD) y el Clúster catalán Innovacc, junto a Nulab (miembro del clúster Deep Tech SECPHO) y la empresa navarra Cárnicas Kiko, en colaboración con el Instituto catalán de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA).
La iniciativa, señala Nieto, surgió al detectar la demanda del sector. Aunque “ya existen soluciones similares”, estas proceden de proveedores internacionales y “presentan ciertas dificultades a la hora de ofrecer una propuesta de valor adaptada a las necesidades del sector agroindustrial cárnico de España”.
Además, insiste en que “todavía no se ha generalizado su uso en el sector agroindustrial”. Por eso han trabajado en ofrecer una solución alternativa para las empresas. Desde NAGRIFOOD concretan que “una de esas soluciones procede de Israel”. Al parecer, “había problemas porque incrementaron el precio y, además, las cárnicas que lo compraban tenían el hándicap de que todo el mantenimiento y personal técnico estaba fuera de España”.
En ese contexto, el clúster navarro decidió apoyar a Nulab para que pudiera continuar con el desarrollo del software y, después, presentarlo a las cárnicas, tanto de la Comunidad foral como de Cataluña, para “hacerles ver que tenían una opción cercana”.
En ese sentido, Miren Navaz, del departamento de Calidad y Seguridad Alimentaria de Cárnicas Kiko, explica que la empresa navarra se encargó de la preparación de muestras en diferentes grados de secado, para el control de la actividad de agua y humedad, importantes para la validación del proceso de curación. “Nuestra aportación en la validación del equipo diseñado para el control de estos parámetros la consideramos de gran utilidad”, destaca. Y señala que “obtener resultados fiables en un menor tiempo es de gran interés para la industria cárnica”.
TÉCNICAS DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Precisamente, una de las innovaciones que incorpora el proyecto Novonir frente al resto de soluciones existentes es que se han aplicado técnicas de inteligencia artificial. “Permiten que esos modelos matemáticos se optimicen y se puedan robustecer de forma muy eficiente”, sostiene Nieto.
La solución se encuentra en estos momentos en fase de prototipo. Y sus impulsores esperan que el hardware sea “transversal dentro del sector agroindustrial”. De esta forma, podría utilizarse para cualquier tipo de producto. “No es nuestro, ya que pertenece a Tekniker, un centro tecnológico del País Vasco. Pero hemos participado en la definición de las especificaciones técnicas y el diseño”, recalca Nieto.
Iván Nieto (Nulab): “Estamos ya trabajando para otro tipo de subsectores como el cereal o el vegetal fresco”.
“Estamos ya trabajando para otro tipo de subsectores como el cereal o el vegetal fresco”, adelanta. Sin embargo, habría que adaptar el software o el modelo matemático “en función del producto y de la empresa”. Nieto asegura que el proceso de adaptación es “ágil y rápido”. Además, pone en valor que su objetivo es “democratizar la tecnología” y, aunque todavía no hay una cifra fijada, saldrá a la venta a un precio “muy asequible”.
Las empresas cárnicas pertenecientes a los dos clústeres que han participado en el proyecto Novonir han sido también partícipes de ese proceso. Tanto las navarras como las catalanas han trabajado para identificar las necesidades del sector y, después, se compartió con ellas los frutos del proyecto a través de diferentes webinars. “Están satisfechas”, confirman desde NAGRIFOOD. Por su parte, Nieto adelanta que, en el momento en que el producto se encuentre listo para su comercialización, “estarán atentas al lanzamiento del mismo”.
Ahora bien, reconoce que la demanda futura de esta nueva tecnología todavía es incierta, pese a que los agentes implicados se muestran optimistas. “Las expectativas están ahí”, confirma el CEO de Nulab. Y las empresas ya han trasladado la necesidad de poder monitorizar en tiempo real ese proceso de maduración para ver en qué momento el producto está listo para su comercialización. “Ahora mismo no tenemos tangibilizados cuántos dispositivos se van a adquirir, pero esperamos llegar al mercado nacional”.
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