Estos días se cumple el segundo aniversario del convenio que dio origen a la Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad Pública de Navarra (UPNA). Un acuerdo promovido por dicha institución junto al Instituto de Empresa Familiar (IEF), la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar Navarra (ADEFAN) y Caja Rural de Navarra.
De este modo, se pusieron las bases de un proyecto que, desde 2018, ha buscado acercar el mundo de la empresa al universitario. Así, como ocurre en otras cátedras similares repartidas a lo largo de España, se han desarrollado numerosas actividades en la Comunidad foral. Todas ellas han estado encaminadas a alcanzar un objetivo muy concreto: la generación de conocimiento para aportar soluciones a los distintos problemas que afectan a las empresas familiares de la región.
Siguiendo ese impulso, desde la Cátedra de Empresa Familiar se presentó recientemente un estudio que evalúa por vez primera el peso de la empresa familiar en la economía navarra. Este proyecto ha tenido gran repercusión, incluso a nivel nacional, por la metodología en la investigación que ha aplicado y de la que han salido importantes conclusiones. Por ejemplo, la rentabilidad económica media de las compañías familiares es del 4,53 %, frente al 3,98 de las no familiares. Una diferencia que se acentúa todavía más en las de mayor tamaño (un 7,15 frente a un 4,39).
“Nos gustaría afrontar temas como el valor de la comunicación en tiempos de crisis, la internacionalización o el patrimonio psicológico de la empresa familiar”.
Igualmente, en el citado informe quedó reflejado que el Valor Añadido Bruto (VAB) de este tipo de compañías fue en 2017 de 3.500 millones de euros, lo que representó en ese momento un 58 % del total generado en el territorio. Teniendo en cuenta que emplearon entonces a 66.556 personas y que aglutinan el 79,46 % del tejido productivo local, la directora de la Cátedra, Beatriz Rodríguez, considera que estamos ante un hito. “Los datos son muy demostrativos de la influencia que tiene la empresa familiar en Navarra”. Sobre todo, en dos aspectos: empleo y arraigo. Por eso mismo, opina que “algunos de los principales retos de la familia empresarial navarra están vinculados con la sostenibilidad del negocio en el tiempo y su internacionalización”.
Rodríguez, no obstante, confía en apuntalar este primer acercamiento en próximas ediciones porque “Navarra debe conocer el patrimonio y la riqueza que aporta la empresa familiar”. También expresa su deseo de que sirva para que dichas organizaciones puedan romper su techo de cristal y lleguen “a toda la sociedad, no solo a los estamentos más vinculados con el mundo empresarial o universitario”.
OTROS PROYECTOS REALIZADOS
La Cátedra ha liderado, en estos dos últimos años, otras iniciativas que sirven de complemento a la ya mencionada. Su directora destaca el Título Propio en Experto en Gestión de la Empresa Familiar. De los veinticuatro alumnos inscritos en su primera edición (2019), se pasó a veintiséis en esta segunda, iniciada el pasado septiembre. A la mayoría de ellos, procedentes de carreras como ADE, Derecho o Ingeniería, se les dota de “una formación específica para gestionar empresas familiares”. Para ello, el título contempla módulos como el dedicado a un aspecto clave dentro de estas organizaciones: la sucesión. Su aprendizaje en las aulas cuentan con la ayuda y colaboración del departamento que ARPA Abogados Consultores tiene sobre empresa familiar.
“Somos una Cátedra abierta a todo el que quiera acercarse al ámbito de la empresa familiar y hacer sus aportaciones”.
Siguiendo esa misma línea de trabajo, Rodríguez valora especialmente los seminarios celebrados de forma semanal por dos motivos. El primero, porque pone en contacto a los alumnos con empresas asociadas de ADEFAN, que en su mayoría son “compañías referentes en la región como EXKAL, Construcciones Chivite, Plásticos Bacaicoa o Unsáin, por citar algunos nombres”. Además, “les permite en la mayoría de los casos completar la rutina de las clases con una formación menos reglada, pero mucho más práctica y cercana a la realidad laboral a la que se enfrentarán en breve”.
La otra actividad sobre la que llama la atención es el programa ‘Empresa Familiar en el Aula’. “Fue muy ilusionante acercar los empresarios y la empresa a los centros de educación secundaria”. En concreto, participaron más de 700 alumnos de 3º y 4º curso de la ESO de once centros educativos, a los que se les brindó la posibilidad el año pasado de tener un contacto directo con 14 empresas familiares. Como resultado de esa experiencia, se celebró incluso el concurso ‘Imagina tu empresa’, por el que fueron reconocidos varios proyectos emprendedores planteados por los propios estudiantes.
COVID-19 Y ESCENARIO DE FUTURO
La irrupción del coronavirus ha retrasado, que no paralizado, algunos de los proyectos que la Cátedra tiene en mente y que enumera su directora. “Nos gustaría afrontar temas como el valor de la comunicación en tiempos de crisis, la internacionalización o el patrimonio psicológico de la empresa familiar”.
Espera, igualmente, continuar con una tercera edición del título propio, retomar el proyecto ‘Empresa Familiar en el Aula’ y lograr mayor visibilidad de sus actividades. Su mensaje a este respecto es una invitación. “Somos una Cátedra abierta a todo el que quiera acercarse y hacer sus aportaciones”, concluye.