La imposición de unos aranceles del 25 % en las exportaciones a Estados Unidos y las ingentes pérdidas que ocasionaría el Brexit suponen una seria amenaza para las empresas agroalimentarias navarras. Por eso, la consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, Itziar Gómez, defendió este lunes la idea de conseguir una Política Agraria Común (PAC) “fuerte”, que permita hacer frente al problema.
Al finalizar la reunión del Consejo Consultivo de Política Agrícola para Asuntos Comunitarios, presidida por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, la consejera indicó que el Ejecutivo foral está recopilando datos precisos para conocer el alcance del perjuicio que los aranceles estadounidenses tendrían en las empresas navarras. Pero, en principio, cifró las pérdidas en unos 7,9 millones de euros, “cinco de ellos en el sector del vino”. El queso y el aceite serían los otros productos más afectados.
El escenario, teniendo en cuenta las dificultades que atraviesa Alemania y la incertidumbre de un posible Brexit, es “preocupante”. Porque según Gómez, una hipotética salida del Reino Unido de la Unión Europea, a falta de conocerse las circunstancias que rodearían a esta, podría disminuir las exportaciones agroalimentarias navarras al país británico en 186 millones de euros, lo que representaría el 42,1 % de las totales realizadas en 2018. Por eso, la consejera también reclamó al Ministerio “un plan de contingencia eficaz” para paliar los efectos negativos del Brexit.
Ahora que se está negociando la nueva PAC para los ejercicios 2021-2027, Gómez insistió en que son necesarias una “Europa fuerte y una PAC en la que se refuerce el presupuesto”. Porque, “en una guerra comercial, los perdedores son el sector, los productores y los consumidores”, de modo que “toca actuar para que las consecuencias sean lo menores posibles”.
Itziar Gómez: “En una guerra comercial, los perdedores son el sector, los productores y los consumidores”.
En este sentido, la consejera defendió la apuesta de Navarra por la eliminación de un modelo de pago basado en los derechos históricos y por la discriminación positiva de la explotación familiar agraria profesional.
“Precisamente, en esta coyuntura internacional es más importante que nunca que la nueva PAC cuente con un presupuesto fuerte, en primer lugar, y con unos planes de desarrollo rural dotados de manera suficiente”, valoró.
Según Gómez, estas condiciones “permitirán conseguir los ambiciosos objetivos que plantea esta reforma, tanto económicos, como sociales y medioambientales, entre los que se encuentran las prácticas agrarias de mitigación y adaptación al cambio climático”.