La consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez, presentó este lunes en Evena una variedad de uva antigua recuperada, única en Navarra, que podría cultivarse el próximo año en territorio foral e incluirse posteriormente en la DO Navarra “como variedad autorizada”.
Oneca es la primera de las variedades desconocidas remitidas desde la Comunidad foral y primera de las variedades del conservatorio de Evena que ha obtenido el reconocimiento como variedad comercial. Según indicó el Gobierno de Navarra, fue rescatada al amparo del trabajo de recopilación de material vitícola ‘Cepas Singulares de Navarra-Vinos Old-Vidaos” en Evena, que ratificó su identidad varietal tras realizar diferentes análisis genéticos. Así, ya está incluida en el Registro de Variedades Comerciales con la nominación oneca.
El siguiente paso para poder cultivar esta uva en Navarra se dará en el próximo mes, cuando el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación “conceda la autorización”. En palabras de la consejera, “esta nueva variedad de uva antigua recuperada va a contribuir, sin duda, a la pervivencia de una agricultura tradicional en el contexto de cambio climático y puede constituir una alternativa en futuros escenarios tanto ambientales como comerciales”.
Gómez añadió que “la futura inclusión en la DO Navarra como variedad autorizada una vez que se pueda cultivar abre una nueva oportunidad de proyección para nuestros vinos en el mercado”. En el acto de presentación participaron también Ana Sagüés, directora del Servicio de Viticultura y Enología, y Alfredo Rueda y Félix Cibriáin, jefes de Negociado de Enología y Viticultura en Evena.
Como parte del estudio de esta variedad, se realizaron controles agronómicos y enológicos de las vendimias de las ocho últimas campañas, comprendidas entre 2014 y 2021, en las parcelas experimentales de ‘El Extremal’ y ‘Baretón’, situadas en Olite. En palabras de Cibriáin, una de las principales conclusiones es que “oneca demuestra una producción homogénea y tolerancia a las principales enfermedades relacionadas con la vid”.
Con el objetivo de descubrir y conocer la potencialidad enológica en el producto final obtenido, se realizaron diversas vinificaciones que, según Rueda, dieron como resultado un vino de “un color amarillo con ribetes verdosos, brillante, de intensidad aromática media-alta, con aromas frutales (fruta blanca, cítricos) y notas florales, con volumen en boca, un sabor armónico y una buena acidez”.
Aspectos como la brotación media, una semana después que la garnacha, así como la potencialidad demostrada para la elaboración de un producto distinto y óptimo desde el punto de vista cualitativo, “propician la posibilidad de cultivar esta variedad en Navarra y desarrollar una actividad novedosa en el entorno de la vitivinicultura más próxima al territorio donde se obtuvo”.
EL ORIGEN
El rescate de esta variedad se remonta al año 2008, en el transcurso del trabajo de recopilación de cepas de la variedad garnacha blanca. En dicho cometido, se marcan varias cepas en una viña de más de 70 años ubicada en el paraje Valdecularin del municipio de Bargota, propiedad del agricultor navarro Hipólito García. La coloración blanca de las bayas y el hecho de que un gran porcentaje de las cepas existentes en la viña fueran de garnacha tinta propició que, en un primer momento, “el viticultor confundiera este cepaje con el varietal garnacha blanca”. En el registro vitícola del Gobierno de Navarra, consta que la plantación fue efectuada en el año 1940 por la familia García Vicente “desconociendo que entre sus cepas de garnacha estaba cultivando una rareza vitícola que, por suerte, se pudo recopilar antes de su arranque que tuvo lugar en el año 2010”.
En noviembre de 2017, Evena comenzó su evaluación certificando que se trataba “de una variedad desconocida”. Así, se catalogó como no identificada, ya que no existía constancia de su genotipo en el banco de germoplasma de referencia, ubicado en El Encín, (Madrid). Análisis posteriores confirmaron la singularidad de esta variedad única desde el punto de vista genético, morfológico y de la producción.
Fruto del interés que ha despertado en el sector esta variedad, se han establecido pequeñas plantaciones experimentales en colaboración con distintas bodegas y viticultores de Navarra. De esta manera, existe la posibilidad de conocer el comportamiento de la variedad en distintas ubicaciones geográficas. En este sentido, las bodegas “adquieren el compromiso de que el vino obtenido no puede comercializarse en tanto no finalice el proceso administrativo por el cual el Ministerio incluya la variedad entre las autorizadas a cultivar en la Comunidad foral”.
UN NOMBRE CON HISTORIA
Oneca fue la madre de Íñigo Arista, considerado el primer rey de Pamplona, embrión y génesis de lo que con posterioridad se convertiría el Reino de Navarra. Se trata de un antiquísimo localismo utilizado como nombre propio sin significado fuera del entorno más próximo navarro, arraigado sobre todo en la Zona Media y oriental de la región. El nombre oneca es de género femenino y evoca al pasado, “con raíces que se entroncan en la historia de nuestra tierra”, y “dota de originalidad nominativa a una variedad de uva blanca que sin duda resulta singular”.
La presentación de la variedad oneca precede a las jornadas que Evena organizó en torno a la recuperación de esta variedad y que comienzan el 4 de abril en su salón de actos. En la jornada se explicará el proyecto que ha permitido rescatar esta variedad.
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