Navarra suma ya diez vacas muertas por fiebre hemorrágica epizoótica y 129 casos con sintomatología, pero con un índice bajo de mortandad. Ahora bien, el Gobierno de Navarra aseguró que la Comunidad foral es una de las regiones que «menos afección de esta enfermedad» presenta en su entorno geográfico. No obstante, el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente dijo que está manteniendo «un contacto directo con el sector para prevenir y realizar cuanto antes los tratamientos necesarios para mitigar los efectos de este virus, tales como curas o desinsectaciones del ganado».
El 19 de septiembre de este año se detectó el primer foco en Navarra, concretamente en la Comarca de Pamplona. Y, desde entonces, se han registrado 70 más. En algunos de ellos, «se ha confirmado la enfermedad en el laboratorio y el resto se han diagnosticado por la sintomatología detectada». En España, el primer caso data en noviembre de 2022, en dos explotaciones ubicadas en Cádiz y Sevilla. Tras un año, el virus ha logrado llegar «a todas las zonas de la Península».
La fiebre hemorrágica epizoótica (EHE) es una enfermedad vírica infecciosa no contagiosa, que se transmite por mosquitos y afecta a rumiantes domésticos y salvajes. El ganado ovino es susceptible a la infección, «pero poco a la enfermedad clínica», y el caprino «es muy poco susceptible a la infección».
La difusión de esta enfermedad está condicionada «por la dinámica de las poblaciones de mosquitos, el vector que la transmite, y está favorecida a su vez por las altas temperaturas en la meteorología». Por ello, las condiciones climáticas de las próximas semanas, en las que previsiblemente irá remitiendo el calor, «influirán a la baja en el número de casos».
Para la fiebre hemorrágica «no existe vacuna», pero una detección y tratamiento sintomático precoz «acelera la recuperación». De hecho, «la mayoría de los animales han respondido a los tratamientos requiriendo el cuidado continuo por parte de los ganaderos».
Por ello, el servicio de Ganadería del Gobierno de Navarra está haciendo un seguimiento continuado y en comunicación directa con el sector y el personal veterinario para realizar cuanto antes los tratamientos de cara a evitar más casos. Asimismo, se tomarán las medidas que se estimen oportunas en caso de una ola epidemiológica más severa.