Nilsa está actualizando la segunda mayor depuradora de Navarra, situada en Tudela, para recibir, gestionar y deshidratar los fangos que se obtienen una vez se ha tratado el agua residual de hogares y empresas. Según informó la sociedad pública, es la primera fase de un proyecto de tres etapas y cuyo objetivo final se centra en “abogar por la economía circular revalorizando unos lodos como elemento de fertilización en agricultura, al mismo tiempo que se prevé la generación de energía renovable”.
“Esta energía logrará no solo que todas las instalaciones de depuración sean autosuficientes, sino que también reportará más de un millón de euros anuales con la venta del biometano producido a la red gas de natural”. Así lo explicó la sociedad pública, adscrita al Departamento de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra, ante el Ayuntamiento de Tudela “para su conocimiento y pertinentes autorizaciones y trámites”.
La licitación de esta primera fase se puso en marcha el pasado diciembre y supone una inversión de 10.286.296,43 euros, con una previsión de adjudicación por parte de Nilsa durante los meses de marzo o abril. El proyecto, cuya fase preparatoria a la remodelación ya está en marcha, culminará en 2026.
La segunda fase se acometerá en 2025 y consistirá en implementar nuevos digestores de la depuradora para que traten los lodos (también llamados fangos) de manera anaerobia (sin oxígeno) y termófila (a una temperatura de 55°C). Con esta técnica “se cumplen los criterios normativos de higienización para eliminar cualquier patógeno y dejarlos listos para su aplicación en agricultura”: “El destino final serán las áreas rurales de proximidad, de manera que este residuo sea a su vez un recurso y además se tenga en cuenta el criterio de cercanía a la hora de aplicarlo. En concreto, los lodos de depuradora son ricos en nutrientes esenciales para el campo, como el fósforo, el nitrógeno y, en menor medida, el potasio”.
ENERGÍA VERDE
Por otra parte, del proceso de tratamiento se obtendrá gas biometano, que se inyectará a la red de gas natural, “logrando así un balance energético positivo de todas las plantas de Navarra”. La venta del biometano supondrá algo más de un millón de euros anual en ingresos para la sociedad pública, que se contabilizará en su presupuesto. La producción energética sobre la que Nilsa ha elaborado sus cálculos, en colaboración con varios estudios realizados en los últimos cinco años con el Centro Nacional de Energías Renovables (CENER), es de 11,8 GWh anuales, que se alcanzarán para 2025.
Dentro de este proyecto y de manera complementaria, Nilsa ha incluido su plan de instalación de placas solares en todas las depuradoras de la Comunidad foral cuyo clima haga viable su efectividad. En 2022, cinco depuradoras navarras contaban con placas fotovoltaicas, que generaban un total de 425 megavatios hora. En 2026, se contemplan 26 instalaciones, que generarán 1.466 MWh.
ÚLTIMA FASE
La tercera fase, prevista para 2025, consistirá en la adecuación de una planta de gestión de fangos, cercana a la propia depuradora de Tudela, pero fuera de su perímetro “dada la necesidad de un gran espacio”. Allí se contempla tratar el fango deshidratado e higienizado con un secado solar. Para entonces, “ya se habrán encarrilado los objetivos de este proyecto, con especial relevancia del primero”: conseguir que “el 100 % del fango de depuración producido en Navarra se transforme en energía verde”.