El intenso sabor a chuleta conquistó el paladar del jurado, que finalmente se decantó por la propuesta de la sidrería tudelana Casa Lola y otorgó el primer premio a Thececina en la IV Semana de la Croqueta de Navarra. Una cita organizada por la Asociación Navarra de Pequeña Empresa de Hostelería (Anapeh), la Asociación del Casco Antiguo de Pamplona y Harinas Urdánoz, con el patrocinio de Bodega Inurrieta, Aceites Urzante y Lacturale, así como con la colaboración de Gobierno de Navarra y Ayuntamiento de Pamplona. El bocado ganador apostaba, tal y como explica Carlos Corral, responsable del restaurante; por la intensidad de una bechamel ‘fuerte’, elaborada a partir de la grasa de la carne, especialmente concebida para las gargantas más sibaritas.
La plata fue a parar a la cocina de Iñaki Andradas. Fue su socio, Luken Vigo, quien recogió el galardón a la CroctOPUS de Baserriberri, ofrecida en un cuenco de color morado, con forma de pulpo y elaborado en una impresora 3D. Haciendo honor al espíritu innovador de la casa y al nombre con el que bautizaron el pintxo, esta croqueta tiene a la cabeza de este molusco como ingrediente principal, aunque también va acompañada de un toque de jamón y puerro. Y si hablamos en presente es porque el bocado, que además se llevó la ‘Distinción a la croqueta más creativa e innovadora’, seguirá figurando en la carta del establecimiento de la Calle San Nicolás. ¿Hasta cuándo? Eso sí que no lo sabemos.
En su cuarta edición, no obstante, la Semana de la Croqueta de Navarra premió de igual forma a las candidaturas más conservadoras. Prueba de ello es el bronce que obtuvo la Sony Croquet de jamón del Bar Nuevo Anaita, reconocida asimismo por el tribunal gastronómico como la croqueta “más tradicional y clásica”. Un doble reconocimiento especialmente llamativo, teniendo en cuenta la corta trayectoria del establecimiento: fue tan solo hace cuatro meses que Javier Calvo se estrenó como jefe de cocina del local.
El jurado, compuesto por Leandro Gil, cocinero del restaurante La Biblioteca del Hotel Alma Pamplona -uno de los cuatro establecimientos navarros que cuenta con una estrella Michelin-; Gorka Aguinaga, cocinero del Bar Restaurante Iruñazarra, campeón de la anterior edición de la Semana de la Croqueta de Navarra; la gastrónoma Silbi Redondo; y los periodistas Jorge Sauleda y Sara Nahum; tampoco dejó de aplaudir otras sugerentes croquetas que triunfaron entre los más entendidos en la materia. En concreto, los expertos aplaudieron el excelente ‘punto de fritura’ conseguido por La Vieja Iruña, la ‘cremosidad’ lograda por el gastrobar Garés en su croqueta de carrilleras y el ‘mejor maridaje’ entre el tinto Inurrieta 400 y la croqueta de ajoarriero cocida en el Centro Cívico de Allo. Una mención especial recibió la llamada En tiempo de brujas, promovida por el bar Zokoa, un “conjuro” acompañado de un escabechado de ciervo.
No menos exigentes fueron los jueces más pequeños. Uxue Ferraz, Ane Rodríguez, Marta Urdánoz, Javier Aristegui y Javier Martínez -todos ellos de edades comprendidas entre los 10 y 14 años- eligieron a la ‘Rojilla’ de chistorra, del Bar Galar, como ganadora incontestable del premio TxikiCroquet, a la Mejor Croqueta Infantil. Para ello tuvo que competir en una “reñida” final en la que participaron finalistas como la 2+3 de jamón ibérico, champiñón y huevo, ideada en San Nicolás-Cocina Vasca; la croqueta de verduras al ‘wok’, del bar San Gregorio; la mezcla de bacalao con nieve del Roncal elaborada en el Bar Noé; la combinación de presa ibérica con cremoso de boniato, de La Huerta de la Chica; la sofisticada propuesta de pato, foie y trufa del bar Monasterio; y la simpática croqueta de jamón del Tximonena Jatetxea, de Lacunza.