La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) entregará el próximo 27 de enero sus sellos Cepyme500, con los que quiere destacar a aquellas pymes que han sobresalido en áreas estratégicas tan importantes como la facturación, la generación de empleo, la innovación y su proyección internacional. Entre ellas aparece por primera vez Perfinasa, que cuenta con sedes en Olave, Beriáin y Oricáin, esta última la más moderna.
«Ha sido una sorpresa total porque no lo esperábamos y una buena noticia porque no solo tienen en cuenta el crecimiento económico, sino otros factores como la internacionalización o la innovación. Hay crecimientos desaforados que te desestabilizan, pero nuestra evolución es sólida», resalta a Navarra Capital el gerente de la firma, Javier Antúnez.
De hecho, Perfinasa ya ha exportado sus perfiles de acero a veintinueve países de América, Asia, África y Europa, entre los que destacan Austria, Francia, Países Bajos y República Checa. «En el día a día exploramos todos los sectores (automoción, interiores, fotovoltaica, agroalimentación), pero el centro de Europa ha puesto especialmente el foco en el logístico», agrega.
Uno de los factores que Cepyme ha tenido más en cuenta a la hora de reconocer a Perfinasa ha sido el aumento de su plantilla durante los últimos años. En 2015, contaba con veintiocho trabajadores; en 2022, con 42; hoy, con 58 empleados, más del doble que hace diez años y un 38 % más que hace tres. Un hito a pesar de la dificultad para encontrar personal cualificado en la industria del metal.
Precisamente, Perfinasa es una de las cinco empresas navarras que participan en la segunda edición de Alea Metal, un programa desarrollado por la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa del Metal de Navarra (APMEN) con el apoyo del Servicio Navarro de Empleo (SNE-NL) para formar a nuevos profesionales en el sector. Además, el precio del acero se multiplicó por 2,5 al inicio de la pandemia, por lo que el crecimiento de la firma posee aún más mérito. «Esa subida fue mundialmente conocida porque provocó un terremoto en la industria. Por suerte, las aguas ya prácticamente han vuelto a su cauce. El precio del acero varía mucho», indica.
NUEVAS LÍNEAS DE PERFILADO
La progresión de la empresa también se ve reflejada en sus ventas. En 2024 facturó 24 millones de euros, el doble que en 2018. «Dimos un salto al incorporar dos nuevas líneas de perfilado gracias a la inauguración de la nave de Oricáin. Ahora estamos en una fase de crecimiento sostenido, y este pasado año alcanzamos el récord histórico de toneladas procesadas», avanza Antúnez para detallar acto seguido que la producción aumentó un 10 %.
De cara al futuro, Perfinasa proyecta poner en marcha una nueva línea en «uno o dos años» para sumar así trece en total. ¿El motivo? «Nuestros clientes también crecen y nos empujan a no conformarnos y seguir evolucionando», confiesa Txetxo Heras, responsable de Logística e hijo de uno de los fundadores, José María. «Cada vez estamos más dirigidos a la fabricación de perfiles terminados en máquina. El cliente no quiere recibir una barra metálica que tenga que procesar posteriormente para añadir los accesorios que necesite. Demanda la pieza final a medida», indica Merche Escudero, hija de Emilio, otro de los creadores de la compañía.
Perfinasa se ha adaptado a este cambio de tendencia en el mercado. Y un claro ejemplo de ello es su reciente alianza con la Asociación de la Industria Navarra (AIN), gracias a la cual tiene acceso a su laboratorio de análisis. «El nivel de exigencia de los clientes es cada vez mayor, tanto por la calidad del producto como por la precisión en las cotas. Tener a AIN de nuestro lado es una gran ventaja», subraya Antúnez.
SEGUNDA GENERACIÓN
Fundada en Artica en 1979 por Emilio Escudero, José María Heras y otros socios, la segunda generación dirige hoy esta firma familiar miembro de la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar Navarra (ADEFAN). Y lo hace bajo el liderazgo de Merche, Txetxo y Antúnez. «Hemos sido testigos del desarrollo de la empresa desde que éramos pequeños. Ver que crece es un orgullo», reconoce Merche. «Cuando mis padres se enteraron del galardón de Cepyme, les dio un subidón», rememora Txetxo entre risas.
Navarra fue cuna de la industria de los perfilados metálicos en España durante la década de los 70. «En casa siempre escuché que, por aquel entonces, todo estaba por hacer. Desde aquel taller en Artica, nuestros padres tenían la inquietud de saber que tenían la posibilidad de crecer en un campo novedoso», recuerda Txetxo, ya con veinticuatro años de experiencia en Perfinasa.
Por su parte, Merche acumula veintidós, y Javier, diecinueve. «Si nuestros padres hubieran creado hoy la empresa, les habría costado mucho más porque el nivel tecnológico, burocrático y de cualificación ha subido mucho. Ellos trabajaban con mayor transparencia y naturalidad. Sin embargo, nos miran con envidia y deseando tener cuarenta años de nuevo», apostilla Merche.