Dos hermanos gemelos de Cintruénigo revolucionaron el CrossFit hace cerca de diez años. Jesús Miguel y Pablo Silva fundaron en 2012 la marca deportiva PicSil, que tiene todo tipo de productos relacionados con este deporte. “Todo surgió por una petición de un primo nuestro, que estaba buscando calleras para el CrossFit. Nos manejábamos bien en internet importando cosas de China para los amigos, zapatillas, ropa… Hemos hecho un poco de todo. Encontramos calleras en Pakistán y las empezamos a importar”, señala el primero a Capital Sport.
Quién les iba a decir que aquellas calleras se convertirían en su producto estrella y que esa búsqueda en el país asiático sería el primer paso para crear su propia empresa: “Cuando empezamos, el CrossFit comenzaba en España. Fuimos de las pocas empresas a nivel nacional que vendía accesorios. Nos hicimos líderes, sobre todo en calleras. A raíz de eso, fuimos creciendo rápido y ampliando la gama de productos”.
Los hermanos no se conformaron con la buena aceptación nacional de sus productos y, años más tarde, emprendieron la aventura europea y americana: “Decidimos dar el salto a Europa porque sabíamos que teníamos un producto muy bueno. Luego ya nos planteamos expandirnos a EEUU”. Un paso importante en su negocio fue la apertura de una sede en Miami y la distribución a Latinoamérica. Hoy en día, la empresa ya está presente en más de 40 países y la mayoría de sus ventas se realizan a través de su web, Amazon y distribuidores exclusivos.
“Sabíamos que era un proyecto a largo plazo y que era necesario reinvertir todo el dinero que sacásemos. Queríamos montar una empresa a nivel internacional grande. Y, para ser conocida, hacía falta invertir y reinvertir”.
La acogida está siendo excelente en países como Australia, Brasil, México o Emiratos Árabes, por citar algunos ejemplos. Precisamente, la compañía es uno de los patrocinadores oficiales del Dubai CrossFit Championship, cita deportiva por excelencia donde se congregan los mejores atletas del momento. De hecho, PicSil patrocina también a varios atletas como el español Fabian Beneito, la inglesa Samantha Briggs o el ‘crossfitter’ islandés Björgvin Karl Gudmundsson.
Ese liderazgo se resume en boca de los hermanos Silva en una palabra: inversión. “Esto es lo que nos ha diferenciado de la competencia. Sabíamos que era un proyecto a largo plazo y que era necesario reinvertir todo el dinero que sacásemos. Queríamos montar una empresa a nivel internacional grande. Y, para ser conocida, hacía falta invertir y reinvertir”, remarca Jesús.
De esta última década, destaca la evolución constante y rápida de los accesorios: “Nosotros empezamos con cuero de vaca natural y, a los tres años, pasamos a un cuero sintético en nuestras calleras que no se estira y se desgasta tan rápido, que es ecológico… Hemos sabido renovarnos y hemos aumentado nuestro catálogo de productos”.
Al mismo tiempo, recuerda con agrado cómo los frutos obtenidos han sido posibles gracias a una dedicación constante, al compromiso total con su proyecto. “Cuando empezamos, visitábamos todas las competiciones de CrossFit para mostrar nuestros productos. Esto nos sirvió para ser conocidos en España. Lo hace poca gente hoy en día. Es la manera de que la gente lo vea, toque y pruebe el producto”, rememora. Una forma de llegar al deportista que después trasladaron a nivel mundial y que les lleva a viajar y presenciar competiciones internacionales en Alemania, Estados Unidos o Argentina, entre otros países.
El boom de esta disciplina comenzó hace nueve años y ahora “se está potenciando con la pandemia” tras los duros momentos vividos durante el confinamiento de 2020. Entre otras cosas porque “la gente hace más deporte, cada uno a su nivel, y ve que le sienta bien”. Esas ganas de realizar actividad física llegan tras la difícil situación sufrida por firmas como la suya cuando el Covid-19 paralizó el mundo hace un año: “Cuando empezó la pandemia, fuimos de las empresas que salíamos en televisión porque había bajado un 95 % la facturación. Era lógico, la gente no podía ir a los boxes a entrenar y no se gastaba dinero en nuestros productos. Tuvimos dos meses de parón casi total. Pero luego hemos vuelto a la normalidad. No estamos al 100 %, pero nos hemos mantenido”. Ahora, confía en que la vacunación pueda mejorar la situación económica a partir del verano.
APEGO A LA TIERRA
Y esa vertiginosa carrera ascendente de la compañía va acompañada de un apego especial por su pueblo, Cintruénigo, donde se ubica su sede principal. Los hermanos Silva comenzaron cosiendo a mano sus productos en la cocina de su madre, pero hoy tienen una nave de más de 3.000 metros cuadrados: “Además, creamos un box de CrossFit en Cintruénigo porque queríamos acercar el deporte al pueblo. Ahora hemos abierto uno de kickboxing. Tenemos gente de la zona trabajando y eso nos alegra especialmente”. La empresa cuenta con diecisiete trabajadores en la localidad ribera, con un equipo de marketing en Madrid y otro de fotógrafos en Barcelona.
Este año, así mismo, esperan poner en marcha varios proyectos y sacar al mercado nuevos productos para crecer y llegar a más países. En concreto quieren aumentar la distribución en el mercado brasileño. Por eso, Silva manda un mensaje a todos aquellos jóvenes emprendedores con los que, a pesar del paso del tiempo, se siente identificado: “Les diría que si ellos creen en su proyecto vayan adelante, que no tienen nada que perder. Nosotros empezamos de cero y hemos ido creando esta empresa con trabajo, constancia y dedicación”.
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