La actividad de Oleofat Trader, SL se centra en el tratamiento de residuos grasos industriales para la fabricación de biodiesel. Por su parte, la Asociación de la Industria de Navarra, AIN, como centro de investigación, pone al servicio del tejido productivo de la Comunidad foral su capital humano y conocimiento tecnológico para el desarrollo de nuevos procesos.
En su quehacer diario, Oleofat se ha propuesto dar un paso más y, para ello, se ha embarcado en un proyecto junto a la Asociación de Industria Navarra con quien quieren conseguir ampliar su mercado a través de un producto mucho más aprovechable orientado al sector cosmético y agroalimentario.
Economía Circular: este proyecto pretende aportar a la sociedad un proceso de tratamiento de residuos y su valoración.
Precisamente, el proyecto ha sido reconocido por el Gobierno de Navarra y apoyado en su programa I+D, dentro de la convocatoria de transferencia del conocimiento de 2017.
De esta forma, ambas entidades cuentan con el apoyo económico del Ejecutivo para que durante dos años se desarrolle un proceso de glicerólisis enzimática, para la conversión de residuos grasos industriales, en la fabricación de productos de alto valor añadido.
GLICERÓLISIS INDUSTRIAL
A día de hoy, la glicerólisis industrial para la obtención de productos de alto valor añadido, se da a través de un proceso agresivo para el medio ambiente. En ese sentido, Oleofat, que produce biodiesel a través de un proceso de bajo impacto medioambiental, quiere dar un paso más.
El reto es desarrollar un procedimiento industrial basado en el uso de unos biocatalizadores muy específicos: los enzimas. A partir de estos biocatalizadores de origen natural, se pretende desarrollar un proceso que minimice el impacto medioambiental.
“Los enzimas permiten trabajar en unas condiciones de fabricación suaves y, al ser específicos, minimizar los residuos generados en el proceso de producción”. Pero, ¿cómo conseguirlo? Nos explica Alejandro V. Martínez, investigador de AIN, que “la optimización de las condiciones y el entorno donde van a trabajar los enzimas es fundamental para el proceso. Ahí vamos a trabajar durante dos años, en el proyecto denominado: Glicerólisis industrial de subproductos oleoaginosos, catalizada por enzimas, para la obtención de monoglicéridos”.
Según este experto, el proyecto se enmarca dentro de “la aplicación de la Nano y biotecnología para el diseño y fabricación de biocatalizadores específicos, que permitan el desarrollo de procesos a nivel industrial más sostenibles y de menor impacto medio ambiental”.
Se unen disciplinas como la nanotecnología y la biotecnología en este pionero proyecto multidisciplinar.
En otras palabras, gracias al avance de la ciencia es posible utilizar y aplicar sustancias de origen natural en el entorno industrial, dando a su vez la posibilidad de desarrollar procesos de producción más eficientes y sostenibles con el medioambiente.
Gracias a sus propiedades permiten obtener productos de gran valor que pueden encontrar aplicación en sectores como agroalimentario o cosmético.
LA LABOR DE AIN
AIN a través del área de materiales avanzados, se une a este proyecto para desarrollar dos importantes tareas: Adecuar el enzima a un nanosoporte que le dote de una mayor estabilidad y mejorar su capacidad de reciclaje.
“Hay una especie de catalizadores naturales, llamados enzimas (un organismo que es producido por las células) que pueden realizar la transformación química en unas condiciones de temperatura más suaves, de forma más selectiva y no generando subproductos que puedan ser nocivo”, nos explica el doctor Martínez.
A partir de un residuo industrial se va a fabricar un producto final aprovechable. Un monoglicérido que, por ejemplo en cosmética, permite a los componentes de una crema homogeneizarse. El modo de obtención de esta sustancia “puede comprenderse como la construcción de un puzle, siendo el enzima, la herramienta que permite unir o dividir las diferentes piezas”.
Estos enzimas trabajan en unas condiciones determinadas, por lo que nos explica el investigador: “Maximizar la capacidad de ese enzima para que, una vez terminado el proceso, no desecharlo, sino reciclarlo para que vuelva a ser útil”.
El proyecto está dividido en dos fases:
- En la primera se llevará a cabo el desarrollo y optimización de un proceso de producción del biocatalizador y bioglicerólisis a escala de laboratorio, en AIN.
- En la segunda fase, se escalará y optimizará el proceso de bioglicerólisis en una planta piloto de Oleofat. Finalmente, a través de estudios académicos realizados previamente, Oleofat y AIN trasladarán ese conocimiento a una planta industrial.
AIN trabajará en sus laboratorios y, posteriormente, se implementará todo esto en la nave de la empresa Tudelana: “Esto es como pasar de cocinar para uno solo, a hacerlo para mil personas. Primero se aprende a desarrollar el proceso a muy pequeña escala, para posteriormente estudiar cómo conseguirlo en gran escala”.
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