La Sociedad Internacional de Circuitos y Sistemas Electrónicos, perteneciente al IEEE (Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos, por sus siglas en inglés) y presente en más de 150 países, ha premiado a Antonio López Martín, catedrático de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) e investigador del Instituto de Smart Cities (ISC). El galardón reconoce el trabajo de este profesor como presidente de dicha sociedad en España y distingue a esta entidad como la más destacada de entre las sociedades nacionales en la región geográfica que comprende Europa, Asia y África. Se trata de la primera vez que España recibe este reconocimiento internacional. La entrega del premio tendrá lugar el 24 de mayo en Sapporo (Japón) en el marco del principal congreso internacional organizado por esa sociedad.
Antonio López preside dicha sociedad en España desde 2017. Durante su mandato se está priorizando, dentro de las actividades organizadas y la dedicación presupuestaria, la promoción de los sectores menos representados en la ingeniería, como las mujeres y los jóvenes recién graduados. Ya en 2018 su labor fue premiada a nivel nacional, al ser reconocida la sociedad que dirige como la más destacada de entre las 26 del IEEE que existen en España.
El IEEE, fundado en 1884, es la mayor organización técnico-profesional del mundo, ya que agrupa a más de 420.000 miembros en más de 160 países. Se trata de la institución de referencia en múltiples ámbitos de la ingeniería (eléctrica, electrónica, aeroespacial, biomédica, telecomunicación, etc.). Es también la principal organización en el desarrollo de estándares con más de 1.300 activos (wi-fi, entre ellos) y la principal fuente de información técnica en ingeniería. De hecho, es responsable del 30% de las publicaciones mundiales en este ámbito. Dentro de la IEEE, la Sociedad Internacional de Circuitos y Sistemas Electrónicos es una de las más destacadas por número de miembros y volumen de actividad.
Antonio López Martín (Pamplona, 1972) se tituló en Ingeniería de Telecomunicación (1995) y se doctoró (1999) en la UPNA, con premio extraordinario de doctorado. Ha recibido, entre otros reconocimientos, los siguientes galardones: el Premio Talgo a la Innovación Tecnológica (2012), Ingeniero del Año en Navarra (2008), premio de investigación Caja Navarra (2007) y premio Joven de Ciencia y Tecnología de la Universidad Complutense de Madrid (2007).
GALARDÓN PARA CARLOS CENTENO, DE LA CUN
Por otra parte, Carlos Centeno, investigador principal del Programa Atantes del lnstituto Cultura y Sociedad (ICS) y director de Medicina Paliativa de la Clínica Universidad de Navarra, ha sido galardonado con el EAPC Award 2019, la máxima distinción que otorga la Sociedad Europea de Cuidados Paliativos (EAPC por sus siglas en inglés). La entrega tendrá lugar el próximo 24 de mayo durante la ceremonia de apertura del 16º Congreso Mundial de Cuidados Paliativos, en Berlín (Alemania).
Con este premio, la EAPC distingue contribuciones excepcionales al desarrollo de cuidados paliativos en Europa y en el mundo. En el caso de Carlos Centeno, la Sociedad ha destacado particularmente su trabajo como coordinador del Atlas de Cuidados Paliativos en Europa en el marco del Programa Atlantes del ICS. Precisamente, en la reunión mundial de la capital alemana se presentará la tercera edición, recién terminada. También se ha destacado el conjunto de su carrera investigadora, así como la promoción de la educación médica en cuidados paliativos en la Universidad.
Carlos Centeno es licenciado (1986) y doctor (1992) en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid. Desde hace quince años es director de Medicina Paliativa de la Clínica Universidad de Navarra y desde 2012 combina su actividad asistencial con el trabajo de investigador principal del Programa Atlantes del ICS, que aspira a promover en la sociedad y en la medicina una mentalidad positiva en lo que se refiere a la atención y cuidado de los pacientes con enfermedad avanzada e irreversible, desde una visión basada en la dignidad de la persona y en el cuidado profesional, que incluye el acompañamiento y respeto al curso natural de la enfermedad, y la atención de la dimensión emocional y espiritual de la persona.
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