viernes, 26 abril 2024

Quién fuera vaca…

Visitamos una de las 11 granjas Lacturale, donde el sistema de producción integrada se resume en leche más limpia, de vacas más sanas, más felices y como recién salidas del baño. Esto consigue que Navarra tenga una de las mejores leches del país.


Etxeberri - 20 agosto, 2018 - 06:00

Vista de la granja de Lacturale en Etxeberri, una de las 11 que conforman la compañía. (Fotos: Víctor Rodrigo)

Lacturale trabaja cada día por recuperar lo tradicional, lo bueno que ha habido siempre en el sector de la leche, acompañado con lo bueno que nos dan los avances modernos. El no tocar los alimentos, alimentar a las vacas con forrajes y hacer las cosas de una forma natural y certificando la calidad, es nuestro principio básico”, nos explica Juanma Garro, presidente de Laturale, quien junto a Iñaki Redín, el CEO de la compañía, nos recibe, nos cuenta y nos muestra la granja que posee junto a cuatro socios más.

Iñaki Redín, nuevo CEO de Lacturale; y Juanma Garro, presidente.

Iñaki Redín, CEO de Lacturale; y Juanma Garro, presidente.

Los propietarios de Lacturale son los ganaderos. 11 ganaderías de las que sale la única leche de producción integrada en Navarra, que marca una calidad superior. “Y el principal secreto de la leche es la alimentación de las vacas: más del 80% de forraje (maíz y hierva) que se crían en los campos aledaños a las granjas; y el resto es pienso concentrado, porque las vacas necesitan unos nutrientes que el maíz y la hierba no tienen y hay que suplir. En abril se recogió la hierba, porque es la de mejor calidad; y en agosto el maíz. Incluso eso, se cuida”, inciden.

Esas diferencias se notan en la calidad y, obviamente, en el precio, porque mantener esta estructura no es barato “por eso, cuando uno va a comprar leche, que no se fije solo en el precio, que mire todo lo que cada brick tiene detrás y entonces que decida consecuentemente”.

LA PRODUCCIÓN INTEGRADA

Como nos explican Juanma e Iñaki, hay tres Sistemas de Producción (S.P.) en la leche:

  • S.P. Ecológica
  • S.P. Convencional
  • S.P. Integrada

Es precisamente el sistema de producción integrada, el más exigente de los tres, el que trabaja Lacturale. Para ello, se cumple con la normativa exigida y, si es posible, «trabajamos por encima de las exigencias del Gobierno, porque el consumidor se merece la mayor calidad posible”.

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Más del 80% de la alimentación de estas vacas son hierbas y maíz. El resto, pienso que aporta otros nutrientes necesarios.

En la producción integrada, la leche se hace como antes: “No se ha industrializado, por eso sigue sabiendo a leche, los parámetros son: cuidado del animal, que no esté estresado, bien alimentado y lo menos enfermo posible; buscar siempre el bienestar de las vacas, con más espacio para que puedan estar en las granjas, robotizando el ordeño para que la vaca no sufra, así da más leche y de mejor calidad”, entre otras cosas.

En la producción integrada, la leche se hace como antes.

Lacturale ya no es solo leche, sino todos sus derivados como yogur, helado o queso. Solo se hace fuera la UHT, porque no hay envasadora en Navarra que garantice la trazabilidad de su leche.

Los tipos de leche vienen definidos por el grado de tratamiento de calor que se le da al pasteurizarla y hacerla así totalmente segura para el consumidor:

  • Leche fresca, con una durabilidad de 15 días.
  • Leche UHT en brick, que dura 4 meses.
  • La leche esterilizada, que dura más de 6 meses y que Lacturale no produce, porque “consideramos que está pervertida, porque el tratamiento es tan agresivo que, además de las propiedades, pierde el sabor”.
Algunos de los casi 40 ganaderos propietarios de las 11 granjas en las que se produce la leche Lacturale.

Algunos de los ganaderos propietarios de las granjas en las que se produce la leche Lacturale.

GRANJAS MODERNAS Y DE ECONOMÍA CIRCULAR

11 granjas navarras, con más de 40 ganaderos como propietarios, son las responsables de que una de las mejores leches que se produce en el mercado nacional sea navarra.

La que estamos visitando es la que se encuentra en Etxeberri, es propiedad de 5 socios ganaderos (entre ellos Juanma Garro) y tiene 1.000 vacas. Aquí se encuentra el Centro de Interpretación del Vacuno, donde particulares y asociaciones de todo tipo acuden a visitarla. Durante una hora y media, recorren la ganadería (nave de recría, silos, nave de producción, fosa y lechería). En la primera parte de la visita, se explica el cuidado de las vacas, el proceso de producción de la leche y el ordeño con robots; y la segunda parte, con apoyo audiovisual, se centra en el envasado y la comercialización, e incluso hay posibilidad de realizar una cata.

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Un grupo de niños con los que coincidimos en Lacturale, en la primera parte de la visita.

Las visitas es lo único que la diferencia del resto de granjas, en todo lo demás, es exactamente igual: Las vacas están separadas por edades, “aquí las menores de 3 meses, ahí al lado hasta 6 meses, luego de 10… aquí las de 14 meses y después están las que son inseminadas. Tras el embarazo de 9 meses y el parto, pasan a las plantas de ordeño”, nos explican. Porque las vacas, aunque parezca obvio, no dan leche desde que nacen, sino a partir de ser madres.

Por cierto, apuntan que “se examina mucho de dónde viene el semen, para evitar consanguinidades y para que las vacas sean las mejores del mundo. No están tratadas genéticamente, pero hay un control para que la vaca sea de calidad”.

La granja tiene sistema de duchas para refrescarlas, ventiladores, zona de rascadores, hilo musical y un sistema de limpieza automático continuo.

La comida se les da en grandes cantidades durante los primeros meses de vida, pero después se les coloca un microchip en el que está controlado todo (edad, peso, qué y cuánto comen, las veces que han ido a ser ordeñadas, etc). Como toda la granja está domotizada y las vacas son animales de costumbres, cuando una vaca va a comer y el sistema detecta que ya ha comido su cantidad máxima permitida, no se abre la zona de comida para ella. Y lo mismo ocurre cuando van al ordeño.

La granja cuanta también con sistemas de duchas para refrescarlas y airear el ambiente, ventiladores, zona de rascadores que les da masajes e incluso música. También hay un sistema de limpieza automático (robadera) en el suelo que recoge los excrementos de las vacas para mantener los establos lo más limpios posible. Y los excrementos recogidos, “van por circuito interno a un sistema de purines y luego vuelven al campo, porque son el mejor abono, el natural. Economía Circular total. Todo se aprovecha, pero con sentido”.

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Los visitantes tienen posibilidad de interactuar con las vacas, alimentarlas e incluso rascarlas.

ES MÁS QUE LECHE

Lacturale no es solo leche, es un compromiso. Es todo lo que aporta a la sociedad en cuanto a Responsabilidad Social y en cuanto a hacer economía de cercanía: «El 95% de los proveedores son locales, porque tiene que ser así, tenemos que hacer economía de aquí«. Todo se produce en Navarra.

2 céntimos de cada litro de leche Lacturale se destinan a RSC.

Cuidar de estas vacas con mucho mimo es una filosofía de vida, como lo es que 2 céntimos por cada litro de leche se destinan a la responsabilidad social. «Antes deja de cobrar el ganadero, de que las ventas dejen de revertir en la sociedad», destaca Iñaki Redín.

Para terminar nuestra visita, en la que hemos coincidido con un numeroso grupo de niños, tenemos el privilegio de visitar, la zona que nadie visita, la zona de recién nacidos, donde cada vaca tiene un pequeño habitáculo individual en el que despertar a la vida… Un lugar en el que reina el silencio y la paz. Vacas-Lacturale-Peques

Y esta granja que acabamos de visitar «se enseña, pero no es para enseñar, es una granja en pleno funcionamiento y rendimiento«, nos recuerda Juanma Garro, que además de las labores de presidente de Lacturale, su principal función es la de ganadero las 24 horas del día.

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