El lujo, el gusto por lo caro, por vestir la moda más exclusiva, degustar la gastronomía más exquisita y de los cocineros más prestigiosos, hacer viajes a lugares remotos y alojarse en hoteles prohibitivos, disfrutar de exclusivos rituales de belleza… A veces, la elección por el lujo viene motivada por la calidad del producto. Otras, por el simple deseo de aparentar, de vestir de una marca cara, por demostrar poder adquisitivo y opulencia. Y otras… porque simplemente se tiene dinero y uno se lo puede permitir.
Si hace poco más de un lustro el problema de España era salir de la crisis y la ciudadanía luchaba por encontrar un trabajo medianamente digno para poder comer y evitar los desahucios, ahora el sector del lujo repunta espectacularmente. El sector de alta gama movió en 2017 en España 9.200 millones de euros, un 9% más que en 2016 y prevé ingresar en torno a los 20.000 millones para 2.025.
Quizá el sector del lujo español no sea de los más trascendentales a nivel mundial. Italia por ejemplo, movió 29.000 millones en 2017 y Francia 27.000; pero nuestro país está registrando un incremento espectacular: turismo, moda, gastronomía, hostelería y productos hechos ex profeso para esta exclusiva clientela son los caprichos preferidos para los que tener o disfrutar de aquello que deseen no es cuestión de dinero, tan solo es necesario que exista.
EL LUJO, MÁS CASUAL
Pero el concepto de lujo está cambiando y aunque sigue habiendo una clientela excepcionalmente rica que accede a productos inaccesibles para el resto de mortales, hay grandes y lujosas marcas que están modificando sustancialmente sus productos adaptándolos a este nuevo mercado millennial y tecnológicamente enganchado a la compra on line. Los jóvenes prefieren renovar su armario más asiduamente que apostar por lo lujoso.
Estamos asistiendo a una democratización del lujo, a un cambio revolucionario, impensable hace años en las marcas más exclusiva: y es que ahora, en vez de zapatos de tacón, se venden sneakers; en vez de abrigos de pieles, plumíferos; y tiendas de ropa carísima comienzan a estampar diseños deportivos en los catálogos de su próxima colección.
De este modo, las grandes firmas han tenido que ‘cambiar el chip’: las empresas reducen el precio de sus productos pero amplían su gama y con ello, su clientela llega a más consumidores, haciendo que el lujo sea menos caro. Se hacen colecciones más pequeñas pero con mayor rotación y la horquilla de precios aumenta: por ejemplo, Hermés, que antes era una marca prohibitiva, ahora vende joyas de entre 130 y 15.700 euros.
JOYERÍA Y RELOJERÍA, PREFERIDOS EN ESPAÑA
Para España, el mercado chino es el principal comprador de productos de alta gama en los que la joyería y la relojería son sus productos favoritos. Puig, Sociedad Textil Lonia (Purificación García y Carolina Herrera) , Joyería Tous y Festina Lotus vuelven a ser los representantes españoles incluidas en el Top 100 del ranking de empresas de lujo elaborado por Deloitte.
Según este ranking, Puig es la mayor empresa de productos de lujo en España y se sitúa en el top 30 del lujo mundial, incrementando un 8,8% sus ingresos hasta alcanzar 1.980 millones de dólares. Le Sigue Tous, segunda firma española en el ranking, que ocupa el puesto 76; y un puesto por debajo se sitúa Sociedad Textil Lonia (77). Por su parte, Festina Lotus ha alcanzado 250 millones de dólares, un 8,8% menos, cayendo del puesto 84 al 90 en el ranking.
En el Top 10 Mundial, se encuentran firmas como, el francés LVMH Möet Hennessy-Louis Vuitton, The Estée Lauder Companies, Compagnie Financière Richemont, Luxxitca Group, Kering, L’Oreal Luxe, The Swatch Group, Ralph Lauren Corporation, PVH Corporation y, en décimo lugar, Chow Tai Fook Jewellery Group.
Poniendo el foco en el tipo de producto, el informe elaborado por Deloitte señala que el segmento formado por las fragancias y cosméticos tuvo la mejor evolución, registrando el mayor aumento de las ventas, con un crecimiento del 7,6% en su último ejercicio. Su media anual de ventas superó los 3.000 millones.
Los bolsos y complementos (entre los que se incluyen las gafas) es el segundo segmento con un mayor incremento de ventas, con un 3,4%. Las firmas de joyería y relojes de lujo registraron la tasa de crecimiento de ventas más baja, perdiendo un 4%.