INTIA logró multiplicar el pasado verano las semillas de una variedad local de pimiento del piquillo sin capsaicina, el componente que causa la sensación de picante. De esta forma, la sociedad pública del Gobierno de Navarra pudo desarrollar un ensayo en su finca experimental de Cadreita que permitirá conservar y registrar esta variedad, conocida como ‘Sincap’, a partir de unas semillas que fueron seleccionadas en Navarra hace más de treinta años.
Según informó la sociedad pública este jueves, las labores de selección se llevaron a cabo, «de forma completamente manual», a comienzos de los años 90. En concreto, fue personal técnico de experimentación de esta finca el que, durante varias campañas seguidas, estuvieron probando los pimientos para escoger aquellas matas que contenían pimientos no picantes. El trabajo sirvió para escoger las semillas que fueron catalogadas como ‘Sincap’ y que, tres décadas después, han vuelto a ser sembradas para seguir recuperando esta insólita variedad.
Tras conseguir multiplicar la semilla, será registrada en el Registro de Variedades Sin Valor Intrínseco del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, para facilitar su conservación y su acceso público. «En la zona de la finca dedicada a variedades locales y antiguas, hemos dispuesto una línea de riego por goteo y acolchado biodegradable para mantener esta variedad con el fin de obtener los frutos necesarios de los que sacar las muestras que entregaremos para su conservación. Tras semanas de secado, parte de estas semillas se enviarán al Centro de Examen de Valencia, donde se realizarán los ensayos de identificación, y el resto se quedarán en la finca experimental de Cadreita para las siguientes campañas», explicó Iñigo Arozarena, responsable de Horticultura de INTIA.
Aunque «no ha sido un buen año» para el pimiento de piquillo, muy condicionado por los golpes de calor, el fruto obtenido en este pequeño ensayo «ha sido de suficiente tamaño y calidad como para garantizar la recopilación de estas semillas de la variedad sin capsaicina».
Desde la Denominación de Origen Protegida Piquillo de Lodosa, figura de calidad diferenciada acogida bajo la marca Reyno Gourmet, creen que este tipo de ensayos para mantener esta variedad de pimiento ‘Sincap’ son una «opción interesante». Así lo piensa Ana Juanena, secretaria de la DOP Piquillo de Lodosa, quien considera que la industria agroalimentaria de la zona acogería «con buenos ojos» un pimiento que no pique.
Juanena recuerda que entre las características que debe cumplir el pimiento del piquillo, además de su color rojo fuerte, su forma triangular o su tamaño no superior a los diez centímetros, se encuentra el del sabor dulce por oposición al sabor picante. De hecho, en las industrias elaboradoras que trabajan para esta marca de calidad diferenciada, aquellas partidas con un piquillo de sabor picante son apartadas en aras a garantizar el cumplimiento de lo exigido en los pliegos de la DOP.
APORTACIÓN DE LOS AGRICULTORES
«Es un acierto. El sector hortícola de esta zona agradecería poder cultivar un pimiento de piquillo que, a ciencia cierta, sabe que no va a picar. Hay campañas en las que la capsaicina se manifiesta de una manera especial, por el estrés hídrico al que puede estar sometido el pimiento por un mal riego o por las altas temperaturas», valoró Jesús Aguirre, agricultor y presidente del Consejo Regulador de la DOP Piquillo de Lodosa, quien a su vez reflexionó que el cultivo de esta variedad «acabaría con la incertidumbre de picante en el sabor».
Por último, Aguirre subraya la aportación realizada en los últimos años por parte de quienes se dedican al campo que han sido capaces de mejorar su producción gracias al trabajo propio de selección de semillas. «Muchas veces hacemos de genetistas. La semilla es un tesoro que cada familia tiene en su casa y con este esfuerzo se ha ido consiguiendo una morfología apta para un piquillo con mejores condiciones para su consumo», concluyó el presidente del Consejo Regulador de la DOP Piquillo de Lodosa.