Ir más allá de la mera generación de kilovatios. Esa fue la premisa con la que nació hace más de una década Sunstroom Engineering, la primera y única compañía española capaz de aprovechar la energía fotovoltaica para crear refugios climáticos en ciudades.
Al igual que otras firmas especializadas en renovables, esta empresa navarra instala paneles fotovoltaicos. Pero, bajo su marca ENERparking, creada en 2019, lo hace de una manera muy original. «Nos dimos cuenta de que hay muchos espacios en las ciudades que se pueden usar para generar electricidad y, también, para dar otros servicios diferentes. Queríamos aprovechar las zonas urbanas», relata David Díaz de Cerio, cofundador de la firma, justo antes de recalcar que el germen del proyecto se ubica en los Países Bajos.
Durante una visita a Holanda, los tres fundadores de la compañía pusieron el punto de mira en los sistemas de producción de energía fotovoltaica del país, que cubrían grandes superficies a modo de «invernadero» o «pabellón». «¿Por qué no llevamos a España esta manera de trabajar?», se plantearon. Así, pensaron en desarrollar instalaciones con una estructura diferente, que permitieran cubrir, por ejemplo, aparcamientos de vehículos.
«Creamos un módulo especial que te protege del sol y de la lluvia. Montamos una pérgola fotovoltaica con un techo de paneles, y en el interior se colocan cargadores para coches eléctricos. Funciona como estación de carga y como refugio», explica Díaz de Cerio mientras pasea por la electrolinera ubicada en el centro comercial La Morea.
LA MOREA Y LA ROCHAPEA
En concreto, la «marquesina», situada enfrente del E.Lecrerc, cuenta con una cubierta de 424 paneles «de doble cristal», mesas y bancos. «Deja pasar a la luz, creando un espacio sombreado con iluminación natural», recalca Díaz de Cerio. Capaz de producir 194 MWh al año, evita la emisión de 79 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Además, sus 32 puntos de carga ofrecen diferentes modalidades de potencia, ya que cuatro de ellos son de «carga rápida» y alcanzan los 120 kW, mientras que el resto ofrecen 22 kW.
Pero no es el único punto de Pamplona donde la firma opera. «En la Rochapea hay muchos edificios sin garaje. Si te quieres comprar un coche eléctrico, no lo puedes enchufar en ninguna parte. Incluso aunque dispongas de garaje, probablemente la infraestructura del edificio no esté pensada para incluir enchufes de ese tipo», asevera.
Así, Sunstroom Engineering levantó el pasado año un aparcamiento cubierto junto al colegio público Cardenal Ilundáin, que suma 5.500 metros cuadrados de superficie y 240 plazas para estacionar: «Antes, ese terreno no era más que un barrizal en invierno y un secarral en verano. Ahora es un parking que, además, protege de la lluvia y ofrece sombra. Posee más de 2.700 paneles fotovoltaicos».

El aparcamiento ubicado junto al colegio público Cardenal Ilundáin, en la Rochapea, posee más de 2.700 paneles fotovoltaicos.
Pero la compañía trasciende más allá de la Comunidad foral. De hecho, sus instalaciones no se limitan solo a los aparcamientos para vehículos. El pasado marzo, puso en marcha un interesante proyecto en Mallorca: el diseño a medida de una cubierta solar para un club de pádel. «Hemos cubierto diez pistas, a nueve metros de altura, con 1.440 paneles fotovoltaicos. Es una superficie de más de tres mil metros cuadrados», subraya.
Lo cierto es que se trata de la primera instalación deportiva de este tipo existente en Europa. En ese punto, Díaz de Cerio retoma la idea que ha guiado a Sunstroom Engineering desde su creación: «Creamos refugios climáticos en las ciudades. En lugar de jugar a 38 grados bajo el sol mallorquín, ahora la gente juega a 25 grados a la sombra. Le damos una utilidad que otros sistemas no tienen».
RUMBO A LOS 3 MILLONES DE FACTURACIÓN
A partir de mayo, en muchas zonas situadas al sur de España, el calor se convierte en un enemigo difícil de afrontar. Tanto es así que en muchos colegios se apuesta por «climatizar» las aulas. Pero eso conlleva un incremento en la factura de la luz. «Queríamos mejorar eso, crear algo que fuese útil y rentable. Estar a 37 grados dando clase es inviable, y en el patio… ¡Ni siquiera se puede salir a la calle cuando llega el verano!», relata el cofundador de la empresa. Por eso, desde la firma pensaron en una solución: «Estamos trabajando en una cubierta solar para campos de futbito de colegios».
«Somos una empresa con un producto distinto, que funciona a largo plazo. BBVA vio que estamos en una rampa de crecimiento importante y apostó por nosotros»
Con proyectos en toda España, Sunstroom Engineering actualmente tiene puesto el foco en Baleares y Canarias, aunque su ingeniería también se encuentra activa en Holanda, donde recientemente ha instalado una cubierta fotovoltaica capaz de generar 150 kW. Próximamente, prevé aterrizar en países como Inglaterra o Italia.
Satisfecho, Díaz de Cerio concreta que la compañía navarra duplica cada año su facturación. Así, cerró 2022 con 800.000 euros y, en 2023, alcanzó el millón y medio. «De cara a 2024, calculamos llegar casi a los 3 millones. En 2025, a los 6 o 7», augura.
Ese crecimiento se debe, en gran parte, al apoyo de BBVA. «Somos una empresa con un producto distinto, que funciona a largo plazo. Necesitábamos una entidad que apostase por el futuro. BBVA vio que estamos en una rampa de crecimiento importante y enseguida apostó por nosotros», celebra. Además, el cofundador de Sunstroom Engineering recalca que la entidad financiera posee una «rama internacional potente», lo que les ayuda a la hora de tratar con clientes extranjeros. «Nos apoya mucho con la expansión global», prosigue.
PURIFICAR EL AIRE
La firma navarra también posee otras líneas de negocio. De hecho, recientemente se ha aliado con la vasca Bromalgae, especializada en biorremediación ambiental, para «capturar y destruir» dióxido de carbono y óxido nitroso a través del cultivo de microalgas: «Las ciudades, además de ser lugares de consumo, también pueden ser zonas de producción de oxígeno. Un solo fotobiorreactor de los que elaboramos puede hacer el trabajo de hasta cincuenta árboles».
En concreto, esos fotobiorreactores se instalan en las marquesinas fotovoltaicas de los aparcamientos. «Con este innovador sistema, no solo generamos energía limpia. También purificamos el aire generado por los coches que aparcan en la zona», concluye.