El 30 de enero de 2020, el Consejo de Administración de Nasuvinsa anunció que la oferta de Ten Brinke Desarrollos era la elegida para la venta del solar ubicado en el polígono 1 de Cordovilla (antigua Superser), donde la multinacional levantaría un centro comercial y de servicios. En aquel momento, la sociedad pública especificó que la empresa seleccionada abonaría 10 millones de euros y cifró en 856 los empleos que generaría el proyecto, 544 de ellos directos.
Pero poco después llegó la pandemia. Y este martes, Nasuvinsa anunció que las negociaciones entre las partes finalmente concluyeron “sin acuerdo” para formalizar la compraventa. El motivo: las “dificultades derivadas de la recesión económica por la pandemia del Covid-19”, que impiden garantizar “la viabilidad del proyecto propuesto por la promotora”.
En enero de 2020, la sociedad pública especificó que la empresa seleccionada abonaría 10 millones de euros por la compra del solar.
“Nasuvinsa lamenta y entiende las dificultades surgidas como consecuencia de la crisis generada por la pandemia mundial, y el consiguiente descenso de la actividad económica en sectores directamente vinculados con los usos propuestos por Ten Brinke Desarrollos para el área”, detalló la sociedad pública en un comunicado.
Nasuvinsa hizo hincapié en que, durante el proceso, “ha priorizado en todo momento la defensa del patrimonio público y del interés general mediante la incorporación al acuerdo de compraventa de las condiciones técnicas y jurídicas que garantizasen el desarrollo del proyecto en los términos requeridos”.
UN NUEVO PROCESO DE SUBASTA
En su día, el informe técnico de Nasuvinsa sobre las propuestas recibidas “valoró especialmente la riqueza de usos” de la propuesta de Ten Brinke Desarrollos, que compaginaba la actuación comercial con una zona de servicios y dotacional. En concreto, propuso destinar el 28,61 % a uso comercial, el 33,19 % a hostelero y residencial de estudiantes y el 38,2 % restante a equipamiento sanitario.
Ten Brinke había propuesto destinar el 28,61 % a uso comercial, el 33,19 % a hostelero y residencial de estudiantes y el 38,2 % restante a equipamiento sanitario.
Hasta ahora, la sociedad pública navarra había continuado durante estos meses los trabajos “para la plena adecuación técnica del solar de Cordovilla”, cuyo gasto hasta la fecha asciende a 916.000 euros entre labores de derribo de las antiguas naves (716.000), el allanado de la cota de terreno en la zona posterior (154.000) y la descontaminación del suelo (46.999). Unos gastos que Nasuvinsa esperaba cubrir con los 10 millones de la operación. “La idea es mantenerse en esas claves”, apostilló este miércoles el consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos, José María Aierdi.
Aierdi añadió que próximamente, una vez la situación económica haya mejorado, se convocará un nuevo proceso de compra abierta de la parcela. Igualmente, la sociedad pública diseñará un Plan Especial de Actuación Urbana (PEAU) para materializar todas las modificaciones urbanísticas del lugar, que iba a asumir Ten Brinke Desarrollos. El objetivo es “ganar tiempo” mientras evoluciona la pandemia para que “cuando se vuelva a sacar la parcela”, la economía se encuentre “en una situación diferente y las empresas puedan concurrir en igualdad de condiciones”.
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