El vino es objeto de culto y placer desde tiempos inmemorables. Los egipcios adoraban a Osiris, dios de la resurrección y símbolo de la fertilidad al que le atribuían la invención del vino. Los griegos adoraban a Dioniso y los romanos a su equivalente Baco, dioses de la vid y del vino. El cristianismo, por su parte, ensalza esta bebida y le da el poder de erigirse como la mismísima sangre de Cristo, que es derramada para el perdón de los pecados y la vida eterna.
El gusto por el vino ha traspasado años, fronteras, religiones y modas, y sigue siendo un placer para los sentidos. Su gusto, su olfato, su textura, su maridaje perfecto con los más exquisitos platos…. Y las bodegas, esos majestuosos templos donde se fermenta la uva y se sigue un proceso riguroso para ofrecer al consumidor una amplia variedad de vinos capaces de satisfacer a todo tipo de paladares.
Hoy el vino ha adquirido otra dimensión. No sólo acompaña nuestros platos, en torno a él se ha creado otra forma de hacer turismo, el denominado enoturismo.
Una de esas bodegas emblemáticas en Navarra es Bodegas Ochoa. Desde 1845 esta familia “vivie el vino” y abre sus puertas a todo el que desee conocer cómo se trabaja en ella. El próximo sábado 1 de junio en sesiones de 10:30 a 14:00, (aunque sus puertas abrirán desde las 10:00), Bodegas Ochoa va a celebrar una jornada de puertas abiertas donde el visitante podrá conocer su historia, anécdotas, el proceso de elaboración del vino, sus diferentes variedades… y cómo no, se finalizará la visita con una cata de tres vinos con picoteo y su aceite de oliva propio, amenizada con música ambiente popular, habaneras y una Rondalla. Además, se contará con entretenimiento infantil para mayores de cuatro años, sorteo de vino, descuentos en tienda y la exposición solidaria de ´La Gota de Leche´.
“Desde hace unos años tanto mi hermana Adriana como yo comenzamos a abrir las puertas de nuestra casa para todo aquel que desee conocernos mejor, el proceso del vino y nuestros productos. En el fondo, queremos acercarnos más al consumidor. Ya decía mi abuela Mercedes hace muchos años que había que abrir las puertas a nuestros clientes”, explica Beatriz Ochoa.
Esta familia cuenta con 145 hectáreas de viñedo propio y 58 hectáreas de olivos. Plantan, podan y vendimian sus propias cepas y olivos. Únicamente producen vino de las uvas que proceden de ellas y crecen bajo su filosofía basada en el máximo respeto a la viña y al medio ambiente. Innovadores pero siempre desde una perspectiva respetuosa con la naturaleza, se encuentran en un proceso de transición a ecológico de su viñedo y olivar. “Es la mejor manera, mimar la viña para que ella nos responda una uva de máxima calidad para elaborar nuestros vinos. Somos una bodega familiar y se respira conforme entras por la puerta. Esa cercanía es parte de nuestra filosofía. Además de la calidad de los productos que llevan nuestro apellido. ¿Qué hay más personal que eso? Y suele sorprender a nuestros clientes que no somos tan grandes como se piensan. Somos una bodega familiar y de tamaño medio-pequeño. Aunque es cierto que la marca es muy reconocida”, añade Beatriz .
“En Bodegas Ochoa nos encanta abrir las puertas de nuestra casa en una jornada especial. Es algo que hacemos varias veces al año y que hace que compartamos una mañana alrededor de nuestros vinos y de un montón de actividades interesantes”, explica Beatriz Ochoa. Es importante apuntarse aquí o en el 948 740 006 porque las plazas se llenan.
Estas jornadas destacan por ser una celebración lúdica en la cual, según añade Ochoa, “potenciamos el vino y la cultura que lo rodea y acompaña. En cada una hay una actividad o temática que resalta: música, teatro, etc. Y no puede faltar una copa de vino en ninguna de estas jornadas. Nuestro objetivo es que la gente disfrute de una jornada en buena compañía, aprenda algo nuevo sobre nuestros productos, sobre nuestra marca y nosotros ganamos mucho de este intercambio, ya que recibimos opiniones de muchos grupos de edad sobre nuestros vinos. Además, tendremos ofertas exclusivas para ese día. “La gente puede venir a dar una vuelta y disfrutar de la cata de tres vinos y el picoteo por cinco euros. O se puede pagar diez euros y hacer una visita guiada, cata de tres vinos, picoteo y un descuento en tienda de cinco euros por compras superiores a treinta euros. Queremos conseguir que la gente interactúe… y el vino siempre ayuda! El objetivo es pasar una buena y bonita mañana rodeado de gente simpática con una copa de vino y también con la posibilidad de probar nuestro aceite, un producto que sorprende mucho a quienes nos visitan”:
Una buena manera de pasar el fin de semana, apreciando y saboreando uno de los mayores placeres que nos ofrece la madre naturaleza… una copa de vino siempre dibuja una sonrisa en nuestro rostro, siempre es una buena manera de celebrar la vida, o de olvidar malos momentos… una bebida tan exquisita que solo puede tener su origen en lo divino… por algo lo llaman ‘la bebida de los dioses’.