El pasado miércoles tuve la oportunidad de participar en ‘Twin Transition, claves para una industria digital y carbonizada’. En la jornada se plantearon las oportunidades y retos de este enfoque de transición gemela para que la tecnología y los datos impulsen los objetivos de sostenibilidad. La transición ecológica y la digital son retos que se encuentran íntimamente relacionados entre sí, por lo que es preciso identificar oportunidades para reducir el impacto ambiental negativo a la vez que se buscan alternativas de digitalización capaces de dar soluciones en este camino de la descarbonización.
En este sentido, quisiera destacar que la digitalización no va únicamente de desarrollar soluciones a cuestiones ambientales y de descarbonización, sino que también nos indica el camino que tienen las empresas para captar mejor los datos que luego les ayudarán a tomar mejores decisiones.
Durante el encuentro se presentaron varios ejemplos de empresas que empezaron a recorrer este camino. De todos, hoy me gustaría compartir el caso de Schneider Electric, ya que ilustra de manera orgánica cómo un negocio tradicional, al integrar una estrategia de sostenibilidad, no solo redujo su huella de carbono, sino que también incorporó conocimientos y herramientas que le han permitido ofrecer mejores productos y servicios a la sociedad.
“Si de verdad queremos dar pasos perdurables en el tiempo, tenemos que abrazar la complejidad y entrenar nuestra resiliencia. Pero, sobre todo, empezar por casa”
Manuel Jiménez Bellido, Sales Industry manager en la firma, contó cómo la transición ecológica y digital supuso para ellos definir un programa marco que sirviera de hoja de ruta y que planteaba las estrategias a seguir, así como los compromisos a cumplir a corto, medio y largo plazo.
También resaltó la necesidad de contar con una buena planificación, la disciplina para ejecutarla y la comunicación permanente sobre el avance de los compromisos asumidos.
Así mismo, manifestó la importancia de encontrar una única versión del dato que permita tomar mejores decisiones. Y, por último, hizo hincapié en cómo la descarbonización y la digitalización supusieron, en su caso, un reto mayor: un cambio cultural, la identificación de socios con quienes crear nuevas formas de hacer a lo largo de toda su cadena de valor y, así, potenciar el impacto positivo.
Si de verdad queremos dar pasos perdurables en el tiempo, tenemos que abrazar la complejidad y entrenar nuestra resiliencia. Pero, sobre todo, empezar por casa. Por eso, los primeros que tenemos que transformarnos somos nosotros mismos y entender por qué necesitamos repensar nuestro modelo de negocio. Solo quien tiene claro un porqué encuentra el cómo.
María Eugenia Clouet
Consultora especialista en transformación organizacional, sostenibilidad e innovación social – Facultad de Económicas Universidad de Navarra