Los responsables de Orizont, la aceleradora agroalimentaria promovida por la sociedad pública Sodena en colaboración con la Ciudad Agroalimentaria de Tudela, pronostican para este año que la tecnología “será un buen salvavidas para el sector agroalimentario”.
Igualmente, señalan como otras posibles claves para este 2018 “la implementación de nuevas metodologaías” que le ayuden afrontar “retos pendientes” tales como la eficiencia (limitando el desperdicio de alimentos, generando cadenas de suministro de mayor valor añadido o impulsando sistemas de trazabilidad encaminados a dar mayor bienestar a los animales) como su sostenibilidad (reduciendo la emisión de residuos y Co2, entre otros).
En ese sentido, en opinión de Alberto Clerigué, director de inversiones de Sodena, la necesidad de involucrar tecnología, innovación y agroalimentación “es más necesaria que nunca” porque, además de crear muchas oportunidades para emprendedores y tecnólogos, “ayudará a poner en marcha formas más eficientes de producción en varios puntos de la cadena de valor”, resalta.
ASÍ ACABÓ 2017
Se trata, no obstante, de unos análisis que se realizan después de un año, 2017, que se recordará como uno de los más secos de todos los que se tienen registrados. Doce meses marcados por las altas temperaturas y la falta de lluvias que, sin embargo, no ha sido del todo malo para la agroalimentación.
Pese a ser uno de los años más secos, 2017 será recordado por hitos como las ventas de la industria agroalimentaria española a Canadá por un valor de más de 128 M€.
Así, por ejemplo, en cuanto a los “grandes números”, hablamos de una actividad profesional que cuenta con más de 17 millones de hectáreas dedicadas a tierras de cultivo y cuya producción representa el 2,6% del PIB español, según cifras del Instituto Nacional de Estadística.
De todas formas, si hay un dato que habría que destacar del último ejercicio sería el aumento de las exportaciones gracias, en gran medida, a la calidad contrastada de unas frutas españolas que ha abierto, de par en par, mercados como el canadiense, por ejemplo.
Como muestra de esto último sirva el siguiente dato: de enero a septiembre de 2017, las ventas del sector agroalimentario nacional a Canada se incrementaron un 38,4% hasta alcanzar los 128,8 millones de euros, de acuerdo con la Oficina Económica y Comercial de España en Toronto.
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Algo similar ha sucedido con el el vino de tal modo que España, el pasado año, se situó como el mayor exportador con una facturación próxima a los 3.000 millones de euros, tal y como reflejan los datos que maneja la Federación Española de Vino, FEV y a los que hay que unir las previsiones de una Comisión Europea que contempla un crecimiento anual de a producción anual de aceite de oliva del 2,3% hasta 2030 para España y Portugal.
FINANCIACIÓN
España es el mayor exportador de vino y la UE contempla que su producción de aceite crezca un 2,3% anual hasta 2030.
Lógicamente, este panorama tan prometedor ha situado al sector agro en el centro de interés de las inversiones de capital riesgo, otro jugador que, así se apunta, puede desempeñar un papel muy importante en este 2018.
Es lo que piensa, por ejemplo, Fernando García Ferrer, socio responsable de Private Equity de KPMG en España quien asegura que el interés del capital riesgo en esta industria “será creciente” lo que, bajo su punto de vista, “impulsará el crecimiento de una industria que, hasta ahora, estaba más preocupada por los procesos productivos y, menos, por la gestión de la información del negocio, su distribución o los canales de comercialización”.
Los productos saludables, los ecológicos o los superalimentos se plantean como tres importantes áreas de futuro para el sector.
De ahí que, García Ferrer, considere que una de las principales líneas de trabajo que debiera atender la agroalimentación española (y, en lo que le corresponde, la navarra) tendría que estar vinculada con el diseño y puesta en funcionamiento de nuevas variedades de productos y otros servicios más acordes con los nuevos hábitos del consumidor en referencia a la creciente extensión de fenómenos como los productos saludables, los ecológicos o los conocidos como superalimentos.
Todos ellos, “van a hacer que el Private Equity tenga un largo recorrido en el sector”, sentencia este responsable de KPMG y, precisamente, fruto de ese posible desarrollo, Navarra ya ha movido ficha al respecto con la reciente presentación del fondo “Navarra Tech Transfer” entre cuyos promotores se encuentran, por ejemplo, Grupo AN o Viscofan, entre otros.
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