“Salud, sabor y social”, es el objetivo del equipo de cafés A Fortunato, que con sólo un año de vida, está despegando con fuerza debido a la calidad de su café y la experiencia de sus fundadores: Cristina Huarte y Joaquín Ilzarbe, Coté Canalejo y Domingo Agudo. Desde diciembre de 2016 ofrecen una alternativa llena de sabor a las cápsulas compatibles con cafeteras Nespresso.
La idea fue de Cristina Huarte, cuya madre Alicia tuvo en Pamplona un negocio de tueste y degustación de café durante muchos años. Su vida en el seno de una familia amante del café le llevó a plantearse la carencia que hay en el mercado de capsulas de café de calidad y “A Fortunato nació por esto”, asegura Cristina.
“Lo principal era hacer unas cápsulas de café de primera calidad con un tostado en su punto”, explica el equipo, “que además de conseguir que el café aporte todos sus sabores, conserva mejor el contenido en antioxidantes y polifenoles que tan beneficiosos resultan para la salud».
La familia ‘A Fortunato cafés de altura’ la forman cafés muy elegidos y estudiados antes de tostarlos. El equipo al completo está de acuerdo en que “todos tienen nombre y apellido”. En cápsulas disponen de 5 cafés variedad arábica, uno robusta y un descafeinado. Destacan el Honduras SGH exquisito en aroma y acidez y el Kenia AA Kinangop, pleno, afrutado y con buena acidez; ambos en cápsulas compostables, biodegradables en 90 días en el contenedor de residuos orgánicos. Las cápsulas compostables son una apuesta importante para ellos.
Otras variedades son Colombia, India, Brasil, etc. porque creen que el sabor lo transmiten los orígenes del café, su historia, más que el grado de intensidad. También influyen los procesos, por ejemplo en el descafeinado que usan se ha extraído la cafeína con una nueva técnica sin disolventes químicos. La variedad en A Fortunato está servida porque “gusta mucho cambiar”, asegura Cristina Huarte. Cada persona tiene sus preferencias y favoritos para cada momento del día: “queremos encontrar el café que le siente bien a cada uno“, asegura Joaquín Ilzarbe. De hecho, Cristina reconoce que su lema “el café que te sienta bien” lo han adoptado de sus clientes “de quienes aprendemos mucho”.
Salud, sabor y social son las señas de identidad de cafés A Fortunato.
Son jóvenes, pero expertos e innovadores. Abiertos a todo tipo de consejos y sugerencias de sus clientes. A petición de ellos, han ido completando la gama con los cafés en grano y molido, que incluyen un Colombia, un orgánico de Honduras, un India y un descafeinado, aunque poco a poco tienen la intención de ir ampliando la oferta.
La gama completa de cafés, en cápsulas, grano y molido, está disponible en su e-commerce afortunato.com. Además, en Pamplona cuentan con 3 puntos de venta: su oficina situada en la Calle Bergamín número 20, en La Turronería de la Plaza del Castillo (esquina con la calle San Nicolás) y en Pastas Martina (calle Esquíroz 20). En cualquier caso, el servicio de entrega a domicilio es gratuito en Pamplona y alrededores.
Así mismo, disponen de un servicio específico para oficinas, adaptado a las necesidades de cada negocio, para que también en el trabajo se pueda disfrutar del sabor de A Fortunato.
PROYECTO SOCIAL
Falta la tercera ese, que es igual de esencial para ellos. Su objetivo social es ofrecer trabajo en su empresa a personas con enfermedad mental. Este es un problema que a los socios de A Fortunato les motiva y quieren apostar por “personas valiosas, llenas de cualidades y muy aptas para trabajar”, a pesar de que no suelen ser las elegidas entre las personas con discapacidad. Coté Canalejo es muy enfática al respecto y asegura que no son discapacitados, sino que “simplemente tienen otras capacidades”.
El tema social va más allá y significa el valor que tienen las personas que forman A Fortunato, trabajadores y clientes, junto con los valores que les envuelven de solidaridad, positividad y preocupación por hacer un mundo mejor. En sus propias palabras “A Fortunato es una red de personas que disfrutando de cafés deliciosos y saludables piensan en lo afortunados que son y quieren que los demás también lo sean”. De ahí el nombre de A Fortunato.