Después de cuatro días de negociaciones intensas, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, anunció en la madrugada y a través de Twitter un acuerdo para poner en marcha un plan de reactivación que ayude a combatir los efectos de la crisis causada por el covid-19. El pacto establece un fondo de 750.000 millones financiado con deuda conjunta -un hito en la historia de la Unión Europea- y contempla, además, la rebaja de las ayudas directas hasta los 390.000 millones y el aumento hasta 360.000 de los préstamos.
Las negociaciones estuvieron marcadas por dos posturas enfrentadas: los “grandes” -Alemania, Francia, España e Italia- frente a la de los denominados “estados frugales” encabezados por Mark Rutte, primer ministro de los Países Bajos. Sin embargo, existe un consenso casi generalizado que identifica el pacto como una victoria para los 27 miembros de la Unión Europea. Así lo cree la eurodiputada socialista Adriana Maldonado, quien juzga que este acuerdo “beneficia a todos”: “En toda negociación hay que ceder, pero creo que son unas condiciones asumibles. Este pacto es necesario y los más beneficiados son los países más reticentes, autodenominados frugales. Otros como España, que son los que más han sufrido la crisis sanitaria, serán los que tengan más dinero en las arcas públicas para llevar a cabo esas reformas”.
Idoia Villanueva: “Los eurobonos, que parecían inviables hace unos años, ahora son una realidad y van a servir para afrontar esta crisis de forma conjunta”.
A pesar de que su grupo esperaba “más ambición en políticas de descarbonización, de uso de plásticos y de transición energética”, Idoia Villanueva, diputada en el Parlamento Europeo por Podemos, también considera que el acuerdo tiene un “alcance histórico”: “Los eurobonos, que parecían inviables hace unos años, ahora son una realidad y van a servir para afrontar esta crisis de forma conjunta”. Para Villanueva, uno de los aspectos positivos es que “el fondo europeo sale reforzado, porque, de los fondos presupuestados, al menos el 25% deberá destinarse a la inclusión social de personas migrantes, el 2% a combatir la pobreza material y el 10% a la lucha contra el desempleo juvenil. El acuerdo, además, evita los recortes en política agraria común, que inicialmente se preveían”.
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Jesús González, director del portal digital Aquieuropa.com, cree que hoy es un día “para sentirse orgulloso de las instituciones europeas”, que han dado “un ejemplo al mundo en esta situación tan crítica como la que nos sitúa la pandemia a nivel social, económico y sanitario”. Aunque en líneas generales sostiene que “todos han ganado” tras las negociaciones, este periodista identifica dos aspectos que podrían considerarse como “negativos”. El primero de ellos es el abandono de las condiciones que se le exigían a Polonia y a Hungría por temas de vulneración de libertades, “que se han pasado por alto de momento”. El segundo es el recorte “importante” en las partidas destinadas a transición ecológica e innovación que proponía la Comisión Europea.
“Europa ha estado a la altura” según Pablo Zalba. Para el Director de Regulación y Public Policy en Deloitte y comisario de los II Cursos Europeos de Verano organizados por NavarraCapital.es junto con Diario de Navarra y patrocinados por el Parlamento Europeo, “la emisión masiva de eurobonos es un paso importante en la tan ansiada integración económica” “A todos nos hubiera gustado que fuesen cantidades mayores y que la emisión hubiese sido de manera solidaria, pero para eso era necesario modificar los tratados”, explica.
Mikel Irujo: «En términos económicos reales, el presente acuerdo es cinco veces superior al Plan Marshall. Es una magnitud de recursos que no se conocía en la historia Unión Europea».
A Mikel Irujo, director general de Acción Exterior del Gobierno de Navarra, no le parece una exageración calificar este acuerdo como «revolucionario»: «En términos económicos reales, el presente acuerdo es cinco veces superior al Plan Marshall. Estamos hablando de una magnitud de recursos financieros que no se conocía en la historia Unión Europea». Además de la cuantía económica, Irujo subraya la emisión de subvenciones no reembolsables, cuya única condición será elaborar y cumplir un plan de recuperación «en torno a dos ejes: la digitalización y la ecología«. Eso, a su juicio, empujará a Europa hacia una «transición verde y digital que es necesaria para nuestro continente y lo va a hacer más competitivo».
Por su parte, el Círculo de Empresarios consideró, a través de un comunicado, muy positivo el acuerdo «aunque aún están pendientes de conocerse sus detalles más específicos». Pese a que la negociación puso de manifiesto de la división de los Estados, «por primera vez, la Unión Europea ha conseguido mutualizar deuda, algo impensable hasta hace escasas fechas».
A partir de ahí, el Círculo subrayó que esos fondos «deberán dirigirse a inversiones que aumenten la competitividad, la transformación digital y la transición ecológica». Recordaron, además, que «estarán condicionados a la puesta en marcha de reformas estructurales». Por este motivo, «el Gobierno debe presentar un plan de recuperación adecuado y creíble, que genere la confianza de las instituciones y el resto de sus socios y asuma compromisos ambiciosos de reformas», sentenciaron.
Finalmente, Juan Miguel Sucunza, presidente de la CEN, declaró del convenio alcanzado que «supone un importante impulso para nuestra economía y un paso importancia hacia la activación». En ese sentido, defendió la necesidad de «priorizar y orientar de manera inteligente» los 140.000 millones que recibirá España. «Europa ha estado a la altura y esto, en sí mismo, es una buena noticia para toda la sociedad». Por este motivo, Sucunza incidió en el «reto conjunto» que tenemos por delante y que consiste en «generar confianza tanto a la instituciones como al resto de estados miembros» para mantener y gestionar bien ese primer apoyo que acabamos de recibir.
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