viernes, 26 abril 2024

¿Por qué las mujeres no quieren ser ingenieras?

El promedio de alumnas en las titulaciones técnicas de la UPNA es del 23%, cuando el porcentaje general de estudiantes mujeres es del 50%


Pamplona - 11 junio, 2018 - 05:59

Estudiantes de Magisterio de la UPNA, donde predominan con claridad las alumnas.

Las empresas tienen dificultades para contratar ingenieros, sobre todo Industriales y de Telecomunicaciones, porque prácticamente todos empiezan a trabajar inmediatamente después de que terminan sus estudios. Sin embargo, las estudiantes matriculadas en las dos escuelas técnicas superiores de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), la de Ingenieros Agrónomos (ETSIA) y la de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación (ETSIIT), alcanzan una media en los últimos años del 23%, cuando el porcentaje general de alumnas estudiando en la Universidad llega al 50%.

Esa escasa presencia femenina en las aulas de Ingeniería es paradójica si se tiene en cuenta que de las 33.336 personas que carecen de empleo actualmente en Navarra 19.846 son mujeres, el 59,53 % del total, 1.628 de ellas menores de 25, una evidencia que hace preguntarse a los responsables de la UPNA por qué no les parece atractiva la opción de unas profesiones que tienen los índices más altos de empleabilidad. Laboratorio-Medico-Investigacion

Joaquín Ansa, presidente del Consejo Social de la UPNA, lo planteaba en una entrevista concedida a NavarraCapital.es. Al comentar que se había constituido “un club de directores de centros de enseñanza media, institutos y colegios, con el objetivo inmediato de trabajar en la gestión más eficiente de los centros, y siempre con la filosofía de establecer sinergias”, apuntaba que podría ser el ámbito propicio para encontrar la fórmula que permita vencer las reticencias que la mitad de la población, las mujeres, tiene hacia las ingenierías, unos estudios para los existen ofertas laborales. Así como han accedido en bloque al mundo de la salud o del derecho, con la ingeniería no ocurre eso. Bueno, pues a ver qué pensamos”.

Joaquín Ansa: «Tenemos que dar con la fórmula que permita vencer las reticencias que la mitad de la población, las mujeres, tiene hacia las ingenierías»

Además, Ansa subrayó el esfuerzo de la UPNA para atraer alumnas a los cuatro nuevos grados del área STEM (siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), cuya docencia se iniciará a partir de septiembre de 2018: Biotecnología, Ciencia de Datos, Ciencias e Ingeniería Biomédica.

CARRERAS CON EFECTOS SOCIALES

El propio Consejo Social abordó de manera específica el asunto en una jornada en la que fue analizado el acceso de las mujeres a las titulaciones STEM, en la que distintas expertas abogaron por romper estereotipos para atraer a las preuniversitarias a este tipo de carreras. Entre las participantes en la sesión, titulada ‘Medidas para mejorar el acceso de mujeres a titulaciones STEM’, se encontraba Carmen Jarén, vicerrectora de Enseñanzas de la UPNA, para quien “la educación y la opinión pública siempre han tendido a considerar estas carreras como masculinas y desprovistas de efectos sociales. Las carreras STEM pueden proporcionar ese elemento social, y muchos más, que valoran las mujeres”.

Carmen Jarén: “La educación y la opinión pública siempre han tendido a considerar estas carreras como masculinas y desprovistas de efectos sociales»

Carmen Jarén realizó un repaso histórico a la presencia en la UPNA de mujeres en las titulaciones STEM, según el cual “desde 2001, se observa un ligero descenso del porcentaje de mujeres que acceden a las distintas ingenierías. Sin embargo a partir del 2011 parece que comienza un ascenso, también ligero, en el número de alumnas”. Las dos titulaciones con menos matriculadas son Ingeniería Mecánica e Ingeniería Eléctrica y Electrónica, “y en el otro lado de la balanza se encuentran grados como los dos de Magisterio o Enfermería, relacionados con los cuidados y con un fin social más claro, que tienen una mayoría de mujeres”. investigacion-laboratorio4

Begoña Vicente, directora de desarrollo de negocio de los cuatro Institutos de Investigación de la UPNA, apunta más evidencias: el Instituto de Smart Cities (ISC) únicamente cuenta con un 20% de mujeres entre sus miembros. Por el contrario, el Instituto de Innovación y Sostenibilidad en la Cadena Agroalimentaria (IS-FOOD) alcanza un 55% de investigadoras. En cuanto al porcentaje de investigadoras principales (aquellas que reúnen más de dos sexenios de investigación) IS-FOOD y el Instituto de Materiales Avanzados (InaMat), seguidos del Instituto INARBE (Institute for Advanced Research in Business and Economics), alcanzan entre el 48% y el 34% de mujeres. No obstante, en los cuatro institutos, el número de investigadores principales hombres supera al de mujeres, y precisa que “las áreas de biociencias, sanitarias y agronomía son las que mayor número de investigadoras concentran”.

UN PROBLEMA INTERNACIONAL

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Natalia Ayuso, Carmen Jarén, Joaquín Ansa, Ana Ollo y Begoña Vicente, en una sesión de debate del Consejo Social de la UPNA.

Dicha responsable dice, además, que la falta de mujeres en el área STEM es un problema internacional, al que, según la UNESCO, contribuyen “la falta de autoconfianza, los estereotipos, las expectativas de las familias y de la sociedad, la ausencia de modelos para ellas y las políticas públicas”. Cita múltiples iniciativas puestas en marcha a nivel internacional para el fomento del acceso de mujeres a titulaciones STEM y destaca dos de las más exitosas: ‘Girls in ICT Day’ (‘Día Internacional de las Mujeres en TIC’), organizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones y con participación desde 2011 de más de 240.000 mujeres jóvenes en 160 países; y ‘Black girls code’, impulsado en 2011 por una trabajadora de Google para extender la informática y la programación a personas desfavorecidas de Estados Unidos y Sudáfrica.

Según Begoña Vicente, la baja presencia de mujeres en las carreras STEM es un problema internacional en el que influyen los estereotipos

A este respecto, Vicente planteó un doble eje para lograr que las estudiantes de Secundaria se conviertan en universitarias STEM: “Las familias, orientadores y docentes deben fomentar estas disciplinas y apoyar a las jóvenes; y las empresas y las entidades tiene que impulsar la presencia de mujeres en puestos directivos para crear así comunidad y modelos a seguir”.

ROMPER LA BRECHA DE GÉNERO

Natalia Ayuso, secretaria general de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) de Aragón, que también participó en la sesión ‘Medidas para mejorar el acceso de mujeres a titulaciones STEM’, propuso una serie de medidas para romper la brecha de género. En cuanto el acceso de mujeres a las titulaciones STEM, planteó “formar al profesorado de Primaria y Secundaria para que difunda los valores de estos estudios; visibilizar en el aula y fuera de ella a las mujeres; romper estereotipos e impulsar iniciativas colaborativas para todas”. investigacion-laboratorio3

Defendió también mejoras en las carreras STEM, a través de “encuestas de evaluación de la calidad de cada titulación, protocolos anti-acoso, mentorización entre iguales e incorporación de los alumnos para reflexionar y formarse”. Además, propugnó una mejora de la carrera profesional de científicas y tecnólogas, que “impulse a las mujeres a presentarse y aceptar puestos de responsabilidad; incluya a mujeres en paneles y comités que toman decisiones; ponga en marcha planes y programas de igualdad en el ámbito científico y realice un seguimiento de sus logros y de la presencia de mujeres en centros de trabajo; y se incluya la visión de género en los proyectos de investigación”.

UN EJEMPLO DE PREMIO

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Amagoia Tellechea.

La ingeniera de telecomunicación Amagoia Tellechea (Betelu, Navarra, 1986), es un ejemplo de lo que pueden lograr las mujeres que se decantan por las carreras técnicas. Ha logrado el premio Hispasat a la Mejor Tesis Doctoral en Nuevas Aplicaciones para Satélites de Comunicaciones, concedida por el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT) y la Asociación Española de Ingenieros de Telecomunicación (AEIT).

La premiada se doctoró en la UPNA con el diseño de dos prototipos de antenas para satélites de comunicaciones que ofrecen soluciones más ligeras, son menos voluminosas que las utilizadas convencionalmente y suponen un ahorro importante para la industria espacial, que ya ha mostrado su interés en ellas. La investigadora colaboró, para ello, con la Agencia Espacial Europea, la Universidad de Siena (Italia) y el fabricante de equipos espaciales EADS Astrium (con sede en Francia).

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