Según el Diccionario Fácil, accesibilidad cognitiva es la característica que tienen las cosas, los espacios o los textos que les hace entendibles para todas las personas. Por ejemplo, hacer la lectura accesible (lectura fácil) es una forma de escribir que muestra la información de forma sencilla para personas con dificultades de comprensión. Sin duda, una herramienta que garantiza el derecho a la información de muchas personas.
Hablamos con el servicio de Accesibilidad Cognitiva de Anfas, en el que están Sonia Ganuza y Vanesa Alonso, que nos cuentan cómo han trabajado desde que se inició en diciembre de 2016 y cuáles son los retos que afrontan.
De forma sencilla, ¿cómo definirían la accesibilidad cognitiva?
Hacer el mundo que nos rodea más fácil de entender.
La lectura fácil (accesible) es una herramienta que garantizar el derecho a la información de muchas personas.
¿Y cómo trabajan desde Anfas para lograrlo?
Trabajamos la accesibilidad cognitiva de los espacios (una plaza, parque, edificios…) y la señalización de edificios para que una persona pueda deambular por ellos de forma autónoma y entendiendo todo lo que le rodea. Hacemos evaluaciones de los edificios, a través de usos, entendiendo usos no solo como una estancia, sino como un servicio. Por ejemplo, si vas a una biblioteca, ¿cómo sacas un libro en préstamos? Evaluamos ese proceso si es fácil o no para las personas con discapacidad intelectual y, si no lo es, encontramos la mejor forma de adaptarlo.
¿Cómo llegan a las entidades? ¿Quién da el primer paso?
Ocurre de ambas formas. De hecho, pusimos en marcha el servicio de accesibilidad hace un par de años, porque nos iban llegando demandas. Pero como es algo todavía muy desconocido, nosotros nos vamos acercando a las empresas.
Tomado el primer contacto, ¿cómo es el proceso?
Tenemos dividido el servicio en diferentes partes:
- Adaptación de textos a lectura fácil, que siempre conlleva una validación y, aquí, nuestro principal valor es contar con personas con dificultades en la comprensión, que son quienes evalúan los espacios, los que van a validar que los textos que escribimos en el servicio realmente se entiendan o no.
- También tenemos el servicio solo de validación, porque cada vez hay más gente formada en preparar textos fáciles, pero no tienen con quién validarlos. Por eso, nos los envían para que nuestras personas los repasen y validen.
- El servicio de evaluación de la accesibilidad cognitiva de entornos.
- Formación: Desde lectura fácil, hasta cómo tratar a las personas con discapacidad intelectual o con dificultades en la comprensión, porque es importante que las personas que atienden al público sepan cómo tratar a las personas con discapacidad.
- Sensibilización: Hacemos muchas acciones en este sentido, como reivindicar el acceso a la lectura o el derecho a poder comprender los entornos. Además, es algo que beneficia a todos, no solo a las personas de Anfas, también a las personas mayores, a los migrantes que no hablan castellano les favorece la lectura fácil, a las personas con dislexia…
Comenzaron con este servicio hace dos años, ¿cómo está siendo la acogida?
En general, muy bien. Aunque la accesibilidad es un tema todavía no prioritario, es cierto que, quienes se acercan a nosotros, ya tienen una sensibilidad, una inquietud y es fácil. Luego, cuando hablas de que es un derecho que está recogido en la Convención Internacional de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (derecho a la accesibilidad) y en la Ley Foral de Accesibilidad Universal 12/2018, de 14 de junio, se acoje con más conciencia.
He visto un listado de todas las acciones que han realizado desde la puesta en marcha y son muchísimas, ¿cuáles destacarían?
La adaptación que hicimos para el Instituto Navarro para la Igualdad de violencia contra las mujeres; también hemos dado bastante formación de lectura fácil en el servicio navarro de empleo; trabajamos junto con la Fundación Iddeas, que siempre cuenta con nosotros para todo tema de accesibilidad cognitiva (en Mutua Navarra, en oficinas de Turismo, hemos adaptado programas de jornadas); la valoración de accesibilidad cognitiva del edificio de Políticas Sociales de la Agencia Navarra para la Dependencia; en el palacio de Justicia hemos adaptado textos y estamos trabajando ahora mucho con el Parlamento de Navarra.
Nuestro principal valor es contar con personas con dificultad en la comprensión, que son quienes evalúan los espacios y los textos.
Veo mucha entidad pública, ¿cómo llevan las empresas privadas la accesibilidad cognitiva?
Pues es nuestra asignatura pendiente. Nosotros pertenecemos a la Red estatal de Accesibilidad Cognitiva de plena inclusión y otros compañeros nos han contado cómo han trabajado con centros comerciales, que son espacios muy utilizados, pero también muy complicados para poder ser comprendidos por todo tipo de personas. Esto tiene que llegar a Navarra.
Sin duda, podemos marcar como uno de los retos para el año que viene incluir la accesibilidad en las entidades privadas. ¿Qué pasos deben dar para contactar con el servicio?
Que llamen a Anfas, que pregunten por el servicio de accesibilidad cognitiva y, en una primera reunión, nos conocemos, les explicamos el proyecto, cómo puede encajarles y cómo podemos ayudarles a hacer su empresa más fácil de comprender por todas las personas.
Con este servicio, estamos dando trabajo a personas con discapacidad.
Es importante que las compañías sepan que, con este servicio, estamos dando trabajo a personas con discapacidad, porque para la evaluación y la validación de textos se contrata a personas con discapacidad para realizarlo.
Las empresas, trabajando la accesibilidad cognitiva, van a conseguir que todos estemos incluidos. Es importante que velen porque se cumplan los derechos de todas las personas.
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