La directora general de la Asociación de la Industria de Navarra (AIN) atestigua, en una entrevista concedida a NavarraCapital.es, que la situación media de la economía, con empresas que viven un repunte de sus ventas y otras que trabajan a medio gas, «no es buena»: «Ahí están las cifras del PIB. A pesar de que los datos de la economía navarra son algo mejores que los estatales, siguen siendo preocupantes si los comparamos con países de nuestro entorno«. Un problema que Ana Ursúa atribuye principalmente al cierre de las empresas de automoción, con Volkswagen Navarra a la cabeza, y su peso en la economía regional.
El hundimiento de la economía española, reflexiona Ursúa, pone de manifiesto que la salida de la crisis económica a partir de 2012 se hizo apoyándose de nuevo en los sectores con menos valor añadido, como el turismo, que ahora son los más castigados por la pandemia del coronavirus. Por eso, destaca la necesidad de contar con un sector industrial que ya no centra su negocio en un entorno regional, sino que vende en todo el mundo. “Eso le ha permitido seguir en activo, debido a que la pandemia se ha ido moviendo, y exportar a países que seguían consumiendo cuando aquí estábamos confinados”, sostiene.
«Los ERTE hacen que la economía esté anestesiada, con empresas cuya actividad está en suspenso, y habrá que ver si pueden reanudarla o tienen que cerrar cuando ya no cuenten con ese recurso».
Ninguna de las empresas asociadas a AIN ha tenido que cerrar definitivamente “de momento”, señala con cautela su directora general, en alusión a las que mantienen parte de su producción suspendida, al tiempo que advierte de que, en todos los casos, la actividad industrial “se ha vuelto infinitamente más compleja” porque el vector sanitario ha sido la prioridad para proteger a las plantillas.
En este sentido, no oculta su temor ante lo que pueda ocurrir en el cuarto trimestre “porque los ERTE hacen que la economía esté anestesiada, con empresas cuya actividad está en suspenso, y habrá que ver si pueden reanudarla o tienen que cerrar cuando ya no cuenten con ese recurso”. Es una de las incógnitas que plantea la crisis generada por el coronavirus y que hace que cualquier proyecto de futuro esté teñido de incertidumbre.
ACTUAR PESE A LAS INCÓGNITAS
Pero AIN no puede esperar, ni quiere, a que se despejen las dudas para actuar. Por eso está ultimando un plan que ha bautizado con el nombre de ‘La reinvención de la industria’ y que nace de un proceso de reflexión llevado a cabo a lo largo de la primera mitad del año con las empresas asociadas, expertos y economistas. De hecho, también incluyó una jornada de debate a principios del pasado mes de junio. Y parte de que el sector, la industria, es la base fundamental para tener una economía estable y desarrollada.
«Los datos así lo avalan. Las economías donde mayor es el peso de la industria son las más innovadoras, las que tienen empleos más estables, de mayor duración y mejor remunerados. A su vez, generan un mayor conocimiento porque esas industrias cuentan con centros tecnológicos y requieren personal más cualificado», defiende. Así mismo, recuerda que Navarra es la región española con mayor porcentaje industrial en su economía, por lo que teniendo en cuenta ambos factores llega a una conclusión: “No solo debemos mantener, sino desarrollar” ese carácter, “dotándonos de una industria de futuro, con mayor valor añadido. Y si a esto se pueden sumar «tomas de decisiones regionales, pues muchísimo mejor porque eso le dará mayor arraigo».
«Debemos dotarnos de una industria de futuro, con mayor valor añadido. Y si puede ser con tomas de decisiones regionales, pues muchísimo mejor».
Lo han llamado ‘La reinvención de la industria’ porque creen que hay que apostar por una industria nueva e innovadora y ayudar a incidir en sus necesidades, que pasan por un desarrollo digital para hacerla más eficiente y efectiva. «También habrá que trabajar mucho en el desarrollo energético, porque el coste de la energía lastra la competitividad de nuestra industria. Y Navarra, que es pionera en generación de energías verdes, tiene el compromiso de apostar por el futuro”, resume Ursúa, quien reconoce que la industria foral necesitaba esta estrategia antes incluso de la crisis actual. “Pero, ahora, es imprescindible”, agrega.
AIN ya está trabajando en la puesta en marcha de proyectos dentro de las tres líneas que sirven de base a ‘La reinvención de la industria’ –desarrollo de productos muy innovadores, transformación digital y transformación energética-. Ursúa pone como ejemplo, entre otros, un proyecto de utilización del hidrógeno como fuente de energía: “Es algo en lo que se ha venido trabajando en los últimos diez años, pero de una manera esporádica. Ahora parece que puede ser una vía para introducir energía verde en el consumo industrial”.
La asociación también se ocupa de la transformación digital. De hecho, apoya a las empresas a la hora de diseñar y poner en marcha sus planes en este ámbito. Y lo hace con el reconocimiento del Gobierno central para intervenir como actor homologado en el marco del proyecto Activa 4.0: “A su vez, hemos presentado con todos los agentes de Navarra que trabajan en este campo una licitación para otro proyecto del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Acelera Pyme, centrado en apoyar a las empresas para su transformación digital”.
«Hay diversificación en nuestra industria. Pero cuanto más lo esté mejor nos irá porque reducirá la dependencia de alguien en concreto».
En septiembre, AIN va a comenzar a redactar un plan estratégico, al margen de ‘La reinvención de la industria’, en el que se recogerán todas las actividades que la asociación llevará a cabo en apoyo a las empresas. “En cualquier caso, tocaba prepararlo este año y lo hacemos con la convicción de que la industria va a necesitar nuevas apuestas para seguir siendo competitiva y líder”, indica.
También admite que es recurrente la alusión a la dependencia de la economía regional de Volkswagen Navarra y de la automoción. Y frente a quienes señalan que sería deseable una mayor diversificación, responde que la Comunidad foral tiene un sector agroalimentario “potentísimo»; en el energético ha sido «puntera y tiene que seguir siéndolo»; el papelero «no sale mucho en las fotos, pero también es fuerte», como el metal-mecánico… «Hay diversificación en nuestra industria, pero cuanto más lo esté mejor nos irá porque reducirá la dependencia de alguien en concreto», valora. En cualquier caso, recuerda que la planta de Volkswagen ha logrado un reconocimiento del grupo automovilístico “por su buen hacer” y que tiene “presente y futuro” ante una situación compleja marcada por la transición hacia el vehículo eléctrico “que será, pero no de un día para otro”.
ENSEÑANZAS DE LA PANDEMIA
¿La crisis generada por el coronavirus podría significar un revulsivo para la industria a la hora de asumir la necesidad de transformarse digital y energéticamente? Ursúa confía en que sí: “Esta pandemia nos ha enseñado que algo no previsible ni controlable ha hecho tambalearse la economía mundial. Y las empresas, que son supervivientes por naturaleza, saben que ya no se trata de sobrevivir, sino de ser cada vez más eficientes, rápidas y flexibles. Porque hoy ha sido el coronavirus, pero mañana puede ser otra situación la que genere el frenazo”.
«Nadie espera que se dé un parón general como el de marzo, pero sí pueden darse paros por sectores».
Según ella, los ERTE “han permitido mantener a las empresas, aunque adormecidas, y a los trabajadores protegidos”. También considera adecuadas las líneas de financiación habilitadas a través de Sodena, Elkargi, Sonagar y los préstamos ICO, “porque han permitido reaccionar a las empresas en una situación de gran incertidumbre». Un contexto que aún se mantiene y que hace muy difícil predecir cómo será el final de 2020. La directora general de AIN estima que el repunte observado durante el verano «no parece que vaya a ser la tónica de los próximos meses». De hecho, «parece más bien que se frenará y, aunque nadie espera que sea un parón general como el de marzo, sí pueden darse paros por sectores”.
Por eso, y porque es consciente de que el esfuerzo económico realizado por el Gobierno de Navarra puede traducirse en dificultades presupuestarias en los próximos ejercicios, pide a la Administración que sea consciente de que la industria va a seguir necesitando innovación y talento: “Ahí está el futuro de la estabilidad de la economía navarra”.
AIN habilitó cauces para hacer llegar información a todas las empresas, no solo las asociadas, y ayudó a las industrias a contactar con las instituciones. También colaboró con la Confederación Empresarial de Navarra (CEN) para facilitar la disponibilidad de equipos de protección individual: “Nos hemos ido adaptando a las fases de esta crisis, que primero fue sanitaria y después económica, aunque la sanitaria nunca se pierde de vista. Hemos estado ahí para compartir lo que sabíamos y teníamos”.
Ursúa también destaca “el ejemplo de solidaridad” dado por las empresas “en lo peor de la crisis”, al poner a disposición de los demás lo que cada una tenía. “Incluso donaron a instituciones sanitarias gran parte del material EPI que tenían ante la carencia que había al inicio de la emergencia. Pero, entre ellas, se han organizado para hacer compras conjuntas, por ejemplo valiéndose de multinacionales que podían tener acceso a otros mercados”, rememora. Y las que se dotaron de protocolos de seguridad sanitaria los pusieron a disposición de las que no lo tenían. “La ayuda entre empresas ha funcionado muy bien, han estado a la altura de lo que se requería en esta situación inédita y excepcional. Pero la solidaridad se ha visto a todos los niveles en nuestra sociedad”, concluye.
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