“Si el objetivo de las empresas es el desarrollo de las personas, la misión de las empresas de economía social es un desarrollo integral. Y al pensar en empresas saludables hay que pensar en ir más allá”, así de claro lo deja Antonio Martínez de Bujanda, gerente de Anel, al explicarnos porqué la Asociación de Empresas de Economía Social de Navarra ha firmado un acuerdo de colaboración con la Fundación Proyecto Hombre.
Entre un 15 y un 40% de los expedientes disciplinarios en las empresas podrían tener relación con el consumo de alcohol y drogas.
En el mismo sentido se expresa Gorka Moreno, adjunto a la dirección de Proyecto Hombre: “Las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo subrayan la necesidad de promover planes de acción sobre drogas en las empresas, mediante la participación y el consenso de todas las partes implicadas”. Y aporta datos muy reveladores: “El consumo de alcohol y/u otras drogas está detrás de entre un 15 y un 30% de los accidentes de trabajo, y provoca un absentismo laboral entre dos y tres veces el absentismo de las personas no consumidoras”.
Se trata de una colaboración imprescindible y relacionada con actividades de prevención, formación y asistencia a personas trabajadoras de las empresas de Anel en relación con el consumo de alcohol y otras drogas: “Se busca promover acuerdos en las empresas que traten de ofrecer soluciones humanizadas a los problemas de los trabajadores afectados, mediante protocolos de detección y abordaje del problema que partan de una consideración de la adicción como un problema de salud, frente a intervenciones meramente disciplinarias”,
señala Moreno.
“Como decía antes, cuando hablamos de desarrollo, hablamos de desarrollo integral y en ese punto la salud es un aspecto muy importante, por eso, cuando llevamos esta idea a diferentes ámbitos de la empresa, no solo estamos pensando en prevención de riesgos, sino en empresas saludables”, explica Martínez de Bujanda.
Así pues, el objetivo de este acuerdo es impulsar acciones en las empresas que favorezcan la prevención del consumo en el ámbito laboral, la propuesta de soluciones humanizadas para las personas trabajadoras afectadas por una adicción al alcohol y/o drogas, y la mejora de la salud y de la calidad de vida de las personas.
Fundación Proyecto Hombre tiene una serie de programas y, a demanda de empresas concretas, puede realizar actividades personalizadas: “Pero sobre todo, lo que queríamos desde Anel era acercar esta herramienta, que esté ahí esa posibilidad y que tengan las empresas un contacto con estos profesionales en temas que son delicados, que necesitan de profesinales y de discreción”. Para ello, la Fundación ofrecerá a las empresas: “Actividades de asesoramiento en el desarrollo de protocolos de actuación, formación para la detección y abordaje eficaz del problema y derivación inmediata a sus programas de tratamiento, que se hacen asimismo extensivos a familiares y allegados”. Todo ello, a partir de cuatro principios fundamentales:
- La participación de todas las partes implicadas en el diseño del plan.
- El respeto a la confidencialidad de los trabajadores afectados.
- La voluntariedad para participar en este programa de ayudas.
- El compromiso de la empresa de mantener o reservar el puesto de trabajo para las personas que se acojan al plan de ayudas establecido.
OTROS CONVENIOS
La Misión de las empresas de Economía Social es favorecer el desarrollo de las personas a través de las empresas, por ello han comenzado a cooperar con entidades sociales que contribuyan a dar respuesta a estas necesidades, como es el caso de Proyecto Hombre y, ya el año pasado, explica el gerente de Anel: “Se firmó con la Asociación Española Contra El Cáncer, que tiene el mismo objetivo de generar una cultura de hábitos saludables que puedan prevenir enfermedades“, puesto que la empresa es un entorno en el que se puede incidir en este tipo de cuestiones, informando, prescribiendo…
En este mismo sentido, desde Fundación Proyecto Hombre mantienen convenios con diferentes compañías, “en algunos casos a nivel estatal”. Y a partir de estos convenios, “un buen número de personas trabajadoras participan en nuestros centros de tratamiento y hemos realizado numerosas acciones de formación. En todos los casos se ha favorecido un abordaje más eficaz del problema (frente al ‘dejar pasar’ o al conflicto que suele darse por lo geneal en estos casos), lográndose además una transición más rápida hacia el tratamiento, lo cual redunda en un mejor pronóstico. Sabemos también que la expectativa del retorno al puesto de trabajo o su mantenimiento durante el tratamiento cuando fuera posible reducen las probabilidades de recaída”.
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