Una información de Iranzu Larrasoaña para NavaraCapital.es
Pasear por Barásoain bien peinado es complicado. Su nombre va ligado a la palabra viento y, gracias a una firme apuesta por la industria eólica, se ha convertido en una pieza clave del sector en España. Por esta razón, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) le concedió ayer al municipio el Premio Eolo a la Integración Rural de la Eólica. No es la primera vez que el galardón, que se entregó durante un acto enmarcado en la celebración del Día Mundial del Viento, recae en un pueblo navarro. Hace cuatro años fue Falces el reconocido con el premio. Durante el acto de entrega intervinieron Rocío Sicre (presidenta de AEE), Rita Roldán (alcaldesa de Barásoain), Manu Ayerdi (vicepresidente Económico) y José Arrieta (director de Relaciones Institucionales de la división de Energía de Acciona). Todos ellos tuvieron antes la oportunidad de visitar la planta de ensamblaje de Barásoain, propiedad de Nordex-Acciona Windpower, el parque eólico Experimental Barásoain y la planta híbrida de almacenamiento de energía con baterías.
Manu Ayerdi: “Barásoain es un claro ejemplo de compromiso por la conservación del Medio Ambiente, de la lucha contra el cambio climático”.
David Urdánoz, jefe de planta, recibió a los visitantes en la planta de ensamblaje y los guió a través de las instalaciones, donde pudieron conocer cómo fabrican aerogeneradores de 3MW de potencia. “Aquí nos dedicamos a la manufactura de bujes y nacelles (turbinas)”, explicaba mientras recorría las pasarelas. “Tenemos un sistema de cadena de montaje, en el que trabajamos por pulsos”, y añadía que, a día de hoy, “tenemos un ritmo de cinco nacelles por semana”, siendo la capacidad máxima de la planta de unas 500 máquinas al año. “Entra el lunes por la puerta y está terminada el viernes por la tarde”, aseguraba orgulloso mientras comparaba el lugar con un gran lego. “Para nosotros es muy importante transformar esa energía eólica en energía eléctrica desde un punto de vista de seguridad, verde y de hacer las cosas bien”, afirmaba.
La compañía cuenta con 611 empleados en Navarra, aunque Urdánoz reconocía que la plantilla de la planta es muy variable. “Trabajamos por encargo. Así que contamos con un número fijo de trabajadores a los que vamos sumando gente”, explicaba. “Tratamos de buscar personas que vivan cerca porque es una manera de fidelizarles”, reconocía mientras señalaba orgulloso “que se trata de un sector muy agradable y en el que a la gente le apetece quedarse”. Miraba hacia una máquina sobre la que trabajaban los operarios. “¡Esa va para Estados Unidos!”, apuntaba y adelantaba que el siguiente encargo tendría como destino Sudáfrica. “Trabajamos a nivel internacional”, remarcaba.
A la salida de la planta de ensamblaje, tocaba subirse a un autobús para poner rumbo hacia el parque eólico Experimental Barásoain, también propiedad de Acciona, que consta de 5 turbinas sobre las que se testan permanentemente componentes de los aerogeneradores y se prueban otros nuevos de cara a una mejora de los distintos modelos. “Nos dedicamos a la experimentación. Es un laboratorio al aire libre”, explicaba Javier Arcelus, jefe del parque, donde se pueden encontrar diferentes tipos de turbinas “en las que validamos todos los componentes que han salido al mercado para después implantarlos en serie”.
En el corazón del parque experimental, se encuentra también localizada la planta de almacenamiento de energía, que fue la primera conectada a red en España. “Es pionera y tiene una tecnología que va a tener un futuro incuestionable”, afirmaba José Arrieta. “El almacenamiento va a ser el aliado de las renovables para que estas energías logren ser la clave del modelo energético del futuro”, se atrevía a aventurar y explicaba que “en momentos concretos se almacena energía para inyectarla con posterioridad”. “A gran escala será muy importante para inyectar en red energía renovable almacenada cuando no haya viento o sol”, miraba hacia el futuro.
José Arrieta: “El almacenamiento va a ser el aliado de las renovables para que logren ser la clave del modelo energético del futuro”.
Durante la visita, Manu Ayerdi señaló que Barásoain es un claro ejemplo de “compromiso por la conservación del Medio Ambiente, la lucha contra el cambio climático y, especialmente, del empleo de las energías renovables, en este caso la eólica”. Además, agradeció a la localidad navarra su contribución para que el territorio “siga siendo un referente a nivel europeo”. La alcaldesa, por su parte, se mantuvo firme en su defensa de lo rural y con la convicción de que el sector puede ser la clave para el futuro del pueblo, se dirigió a sus vecinos para agradecerles “su apoyo al desarrollo de la eólica”. También se dirigió a ellos Sicre. “En los últimos 40 años ustedes han visto como su entorno se transformaba”, echaba la vista atrás para recordarles, poco después, que “parte de esta transformación ha sido la integración de la energía eólica en sus vidas, en sus campos y su entorno”, y les animaba a seguir confiando en esta energía en el futuro.
