Los océanos cubren tres cuartas partes de la superficie de la Tierra, contienen el 97 % del agua del planeta y acogen una biodiversidad que supone la mayor fuente de proteínas que existe y que sirve de sustento a más de 3.000 millones de personas. Además, absorben alrededor del 30 % del dióxido de carbono producido por los humanos, amortiguando los impactos del calentamiento global. Son algunas de las razones que deberían hacernos comprender que nuestra supervivencia depende de la preservación de los ecosistemas marinos. Pero la realidad nos dice que no es así: los subsidios a la pesca están contribuyendo a la rápida extinción de muchas especies, mientras el nivel de acidez de los mares ha aumentado en un 26 % desde el comienzo de la Revolución Industrial.
Las aguas costeras también se deterioran a causa de la contaminación y la eutrofización, término que se refiere al aporte en exceso de nutrientes que provoca la proliferación descontrolada de algas, con efectos muy negativos sobre la biodiversidad. La causa hay que buscarla en las actividades humanas, causantes asimismo del cambio climático que ha provocado un ascenso del nivel medio del mar de entre 10 y 25 centímetros en los últimos 100 años. Si se fundiese todo el hielo del mundo, los océanos crecerían 66 metros, lo que representa una de las principales amenazas para la humanidad.
El proyecto ‘Bihotz Urdina’, de Laboral Kutxa y el Aquarium de Donostia, difunde el ODS dedicado a la vida submarina.
Es tanto lo que está en juego que Naciones Unidas proclamó, como número 14 de los ODS, el dedicado a la vida submarina. Con el objetivo de conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos no son solo fuente de vida, también son esenciales para el comercio y el transporte. Pero la contaminación y la acidificación están causando cambios en los ecosistemas. “Para lograr proteger mares y océanos, es fundamental una regulación que sea efectiva y que controle la sobrepesca y la contaminación”, argumenta la ONU.
Revertir esta situación requiere, además de un gran esfuerzo colectivo, la concienciación individual. En este sentido, Laboral kutxa y el Aquarium de San Sebastián-Donostia, dos entidades con una larga tradición de compromiso social y proyectos compartidos, unidas por un mismo sentimiento de impulso de los ODS, han puesto en marcha un nuevo proyecto de colaboración bautizado ‘Bihotz Urdina’ (‘Corazón Azul’). La iniciativa incluye actividades que pretenden concienciar, sensibilizar y llamar a la acción a la ciudadanía, sobre todo a los niños, para que sean ellos los que lideren el cambio de mentalidad que requiere la consecución de los objetivos, entre otros, del ODS 14. Navarra Capital, con el patrocinio de Laboral Kutxa, quiere colaborar en el impulso de la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible con la publicación de 17 reportajes, uno por cada ODS.
‘Bihotz Urdina’ tiene tres señas de identidad: el trabajo en auzolan, porque precisa de la colaboración de todos; el tratarse de un proyecto prolongado en el tiempo, que pretende ser un acompañamiento a la acción a largo plazo; y su apertura a que otras entidades con sensibilidad hacia los ODS se puedan sumar a sus acciones, que son muy diversas. La mayoría están relacionadas con el mar y el medioambiente, con el ODS 14, pero también con otras áreas en las que los promotores de la iniciativa creen que pueden aportar su granito de arena: salud y bienestar (ODS 3), igualdad de género (ODS 5), reducción de desigualdades (ODS 10) o ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11).
Esther Irigaray: “Se trata de aportar porque, si nos limitamos a insistir en que todo está mal, la gente va a pensar que no hay nada que hacer”.
“Lo que pretendemos es mejorar la sociedad dando pequeños pasos y trabajando con las familias y los niños, que son el futuro. Vamos a intentar que esas nuevas generaciones incorporen a sus vidas, desde el comienzo, valores y principios no solo ambientales sino también sociales, que ayuden a la convivencia”, indicaba Esther Irigaray, directora del Aquarium, en un programa especial centrado en ‘Bihotz Urdina’ y emitido por el programa Hora 25 de la Cadena SER.
Las actividades, que buscan contribuir de una manera más directa en la sostenibilidad de los mares y océanos, dieron comienzo en agosto de 2021 centradas en el entretenimiento y educación de los niños. En septiembre y octubre se extendieron a ikastolas y colegios de Guipúzcoa con la campaña divulgativa ‘Mantengamos limpios nuestros mares impulsando una actitud respetuosa hacia nuestros océanos’, al tiempo que tenían lugar proyecciones de documentales sobre el tema en el auditorio del Aquarium.
Esther Irigaray valora positivamente lo realizado hasta ahora, a pesar de que ‘Bihotz Urdina’ dio sus primeros pasos en una situación no demasiado favorable a causa de la pandemia, que obligó a reducir aforos e impidió los actos que podían resultar multitudinarios. “Pero aun así quisimos empezar y llenamos nuestro auditorio hasta lo que estaba permitido entonces, llegando a la gente que se podía llegar”. El objetivo era dar a conocer el proyecto y los fines que persigue, y eso se está consiguiendo con las actividades programadas ya sin restricciones y con la presencia en los eventos populares que apoya ‘Bihotz Urdina’. Entre otros, una marcha en favor de las personas afectadas por el autismo, o a través de la participación en el programa Hora 25, que tuvo una audiencia superior al millón de personas y llegó a todos los rincones del país.
Las actividades continuarán en la misma línea durante los próximos meses, con programación propia y participación en iniciativas sociales comprometidas con los valores que impulsan los ODS. Seguirán trabajando en los colegios “dando pautas para que, a través de los menores, llegar a las familias y la sociedad”.
“Se trata de aportar porque, si nos limitamos a insistir en que todo está mal, la gente va a pensar que no hay nada que hacer, y va a rendirse. En Navarra no tenéis océano, pero sí ríos que van a parar al mar. Pues vamos a tener cuidado manteniéndolos limpios”, argumenta la directora del Aquarium. “Pensamos que individualmente podemos hacer poco y que son las instituciones o las empresas las que tienen que trabajar, y no es así. Como ciudadanos podemos hacer cosas, sobre todo si actuamos unidos. Esos pequeños pasos dados por muchas personas al final son grandes pasos. ¡Y eso es lo que queremos conseguir!”, concluye Irigaray.