CaixaBank anunció este martes un ERE para 8.291 trabajadores, 66 de ellos en Navarra. Así lo dio a conocer oficialmente la Dirección de la entidad en la segunda reunión mantenida con la representación legal de los trabajadores, correspondiente al periodo informal de consultas para el proceso de reestructuración de la entidad tras la integración de Bankia. Según informó CaixaBank en un comunicado, el proceso se inicia por “motivos productivos y organizativos, dadas las duplicidades y sinergias derivadas de la fusión y las circunstancias actuales del mercado”.
La Dirección explicó que el “criterio preferente” que se aplicará para determinar la afectación del proceso será la voluntariedad, aunque “teniendo como límite máximo el cupo de excedente identificado en cada territorio o área funcional y estableciendo medidas que eviten el desequilibrio generacional”. Por este motivo, se plantea que el porcentaje de trabajadores mayores de 50 años que se adscriban voluntariamente al plan de bajas no podrá superar el 50 % del total de salidas. El segundo criterio será el de meritocracia, tras la “aplicación de la voluntariedad que garantice el equilibrio generacional”.
El porcentaje de trabajadores mayores de 50 años que se adscriban voluntariamente al plan de bajas no podrá superar el 50 % del total de salidas.
Durante la reunión, la Dirección propuso también la indemnización para las extinciones de contrato y trasladó el “compromiso” de la entidad con un plan de recolocación y acompañamiento de todas las personas afectadas: El objetivo, según dijo, es “facilitar su incorporación y adaptación a un nuevo puesto de trabajo, que será absolutamente diferencial y del que se dará más detalle en próximas reuniones”.
Por otro lado, presentó una propuesta de cambios en las condiciones laborales para “avanzar hacia un marco de condiciones sostenible y unificado”, independientemente de la entidad de procedencia de cada empleado. Se trata de unir las medidas relacionadas fundamentalmente con “aspectos complementarios de la remuneración y la previsión social”, así como “cuestiones vinculadas a la flexibilidad necesaria para avanzar en el modelo de negocio y mantener la sostenibilidad de la red rural”.
Hasta la entrada en vigor de este nuevo marco, los empleados de CaixaBank conservarán sus condiciones actuales. Una vez el nuevo marco esté vigente, la entidad pretende que mantengan su remuneración actual, “salvo que las nuevas condiciones acordadas supongan una mejora”, en cuyo caso se “aplicará con la progresividad que se acuerde”. Estas nuevas condiciones serán también las que se aplicarán a los nuevos profesionales que se puedan incorporar en el futuro.