Juanjo Rubio. (Foto: Unai Beroiz)
Estamos celebrando en 2022 el Año Internacional del Vidrio. Más de dos mil organizaciones de 87 países impulsan este acontecimiento histórico declarado por la Organización de las Naciones Unidas, que lidera la profesora e investigadora Alicia Durán, presidenta del Instituto de Cerámica y Vidrio en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (ICV-CSIC).
‘Bienvenidos a la Era del Vidrio’ es el título del libro del año internacional que se presentará en la exposición ‘Neuronas con Vidrio, Ciencia y Conciencia’ en el Museo de Navarra y el Planetario de Pamplona el próximo mes de septiembre. Será una oportunidad de conocer las extraordinarias propiedades, la historia y las aplicaciones del vidrio. También se podrá ver su notable huella positiva en nuestra sociedad y su contribución para conseguir los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2030.
La Unidad de Innovación Social coordina esta muestra con el Instituto Cajal, ICV-CSIC, NICDO y el Departamento de Innovación, Universidades y Transformación Digital del Gobierno de Navarra. Así, se mostrarán instrumentos utilizados por D. Santiago Ramón y Cajal, como su telescopio para descubrir la estructura del universo, su cámara fotográfica para inmortalizar la belleza de la naturaleza o su microscopio para comprender el funcionamiento de los sistemas nerviosos. Se podrán admirar varios dibujos originales de nuestro premio Nobel, que forman parte de la Memoria del Mundo de la UNESCO, y también están presentes actualmente en la Bienal de Venecia. Por su valor científico, histórico, artístico, disruptivo, cultural y revolucionario, los dibujos científicos de Cajal pueden considerarse tan relevantes para la humanidad como los de Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci.
«Los dibujos científicos de Cajal pueden considerarse tan relevantes para la humanidad como los de Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci».
El vidrio es un material sencillo, con propiedades prodigiosas. Presente en la naturaleza, ha acompañado a la humanidad desde el amanecer de nuestra civilización, revelando la capacidad transformadora, creatividad artística y voluntad utilitarista del ser humano.
En los últimos siglos, hemos perfeccionado nuestra capacidad de fabricar el vidrio, controlando con precisión su composición atómica y su estructura física para conseguir un extraordinario rango funcional y estético.
El vidrio ha sido uno de los pilares de todas las revoluciones científicas y culturales, y tiene un gran peso en nuestra economía. Con su transparencia, fortaleza, resiliencia, versatilidad y circularidad, está muy presente en nuestra sociedad. Se puede encontrar en las ventanas, vitrocerámicas, aislantes térmicos y estructuras de los edificios; en los sistemas que hacen posible la energía renovable en células fotovoltáicas y molinos eólicos; en las pantallas, microprocesadores y fibras ópticas de los sistemas digitales; en los materiales que recubren naves espaciales y reactores de fusión nuclear, soportando temperaturas estelares; en el corazón de los instrumentos que hacen posible la ciencia de nuestro tiempo, guiando y transformando la luz; en envases reciclables, gafas, prótesis, materiales biocompatibles y productos sanitarios que nos permiten vivir con más autonomía, libertad y salud.
Los sumerios fabricaron hace tres mil años la lente más antigua que conocemos, y que ahora se conserva en el Museo Británico de Londres. La lente de vidrio del microscopio ha sido testigo de grandes descubrimientos científicos, permitiendo desentrañar lo minúsculo con mentes mayúsculas. Así, Schwann entendió que la célula es la estructura básica de todos los seres vivos; Koch fundó la microbiología moderna; Cajal sembró las bases de las neurociencias y la inteligencia artificial, desvelando las neuronas y la transcendencia de su cooperación en red. Gracias al vidrio del telescopio Webb, recientemente estrenado, la humanidad tiene una nueva oportunidad de comprender la inmensidad del universo. Nuestra sociedad de la información, las telecomunicaciones y la emergente biorrevolución, que va a hacer posible la prosperidad sostenible, se apoyan también en las asombrosas propiedades materiales y funcionales del vidrio.
La magia, forma y color del vidrio emociona, inspira y transciende. Hemos aprendido a tallarlo, soplarlo y colorearlo, creando obras de arte que iluminan nuestras casas, escuelas, museos y centros espirituales. Merece la pena visitar el Museo del Vidrio en Murano, la Real Fábrica de Vidrio en La Granja de Segovia o cualquiera de nuestras iglesias en Navarra.
En el Instituto de Salud Publica y Laboral de Navarra, late la vidriera de D. Santiago Ramón y Cajal con su microscopio. Esta maravilla estética y simbólica, firmada por la Unión de Maestros Vidrieros de Irún en 1937, subraya desde el corazón de nuestro sistema de Salud Pública los valores de la era del vidrio: arte, con ciencia y conciencia, al servicio de la sociedad.
Juanjo Rubio
Ingeniero biomédico y director de la Unidad de Innovación Social de Navarra
