Tras el levantamiento del cierre perimetral el pasado 9 de mayo y con el inicio de las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina, regresan las ganas de viajar y desconectar. Estos días, las agencias de viajes navarras reciben esperanzadas cada llamada y cada visita después de un año y medio aguantando una situación agónica. Así, la incertidumbre generada por la pandemia ha llevado a los profesionales del sector a doblar los esfuerzos para reconfirmar las reservas y adaptarse a las cambiantes normativas. Además, han detectado un cambio de tendencia muy significativo: este verano, los navarros se quedan en España.
A pesar de que están recibiendo muchas solicitudes de presupuestos, se muestran cautos y no prevén que la recuperación total llegue antes del verano de 2022. Eso sí, esperan que este verano se acorten distancias con respecto al volumen de ventas de 2019 y que, poco a poco, se vaya abriendo la posibilidad de viajar al extranjero.
“Estamos registrando reservas, pero todavía es humo”, advierte Juanchi Patús, presidente de la Asociación Navarra de Agencias de Viaje (ANAVI). Porque la mayor parte de las reservas que se formalizan en estos momentos todavía no se han materializado en ventas cerradas, de modo que no pueden contar con ese dinero como seguro: “Estamos a la expectativa”. De hecho, el año pasado las agencias de viajes tuvieron que devolver todo lo que se reservó antes del 15 de marzo. Pero reconoce estar “mucho más animado” porque, solo que suene el teléfono ya “hace mucha ilusión”.
Amaia Irigoyen: “Tengo la sensación de ser un centro de información Covid. Hay mucho trabajo para poca facturación”.
Coincide con sus colegas en que el mayor problema actual es la incertidumbre. “Para vender un viaje ahora mismo, hay que hacer un tetris”. En esa misma línea, Amaia Irigoyen, presidenta de la Federación Empresarial de Asociaciones Territoriales de Agencias de Viajes Españolas (Fetave) en Navarra, va más allá y comenta que tiene la sensación de ser “un centro de información Covid”.
Y todo se debe a que, ante un panorama tan cambiante, “hay que reconfirmar todo”. Estos días, los agentes se afanan por comprobar, por ejemplo, que el hotel que ha reservado el cliente está abierto. “Muchos están admitiendo reservas sin abrir”, explica Irigoyen.
Pero no es solo eso, también se tienen que informar sobre qué servicios hay operativos dentro del propio establecimiento o los requisitos de entrada en el destino. En definitiva, si antes costaba quince minutos hacer una reserva, ahora se tarda una hora: “Hay mucho trabajo para poca facturación”.
Cristina Oneca: “El 95 % de nuestras reservas son para viajes nacionales”.
En Viajes Ecuador Burlada, Cristina Oneca lo ha notado. “Todavía hay que tener en cuenta muchas cosas. La gente está esperando la vacuna, viajar a otros países es complicado y la normativa va cambiando”, reconoce. Y, precisamente, porque pasar las vacaciones en el extranjero conlleva todavía más dudas, Oneca apunta que la mayoría de sus clientes está optando por el turismo nacional. En concreto, el 95 % de las reservas que se llevan a cabo estos días en la agencia de Burlada son para viajes dentro de España: “Se vendía mucho internacional y, ahora mismo, está prácticamente parado porque hay muy poquitos países abiertos”.
¿Lo más demandado? Las islas, tanto Canarias como Baleares, y la costa peninsular. “También estamos vendiendo algo de Caribe porque es relativamente sencillo viajar allí, aunque a la vuelta a España hay que hacerse PCR”, precisa.
También el Grupo Turístico Itsaslur vivía hasta el inicio de la pandemia de los viajes internacionales. “El 99 % de las reservas que estamos teniendo son nacionales”, confirma el cambio de la tendencia Karlos Agirre, su CEO. Y lamenta que esto pueda beneficiar a las ventanas de reserva, como Booking. “Lo habitual es que el turista navarro contrate en agencia los viajes internacionales pero opte por organizarse los nacionales a través de internet”. No obstante, la pandemia está haciendo cambiar de opinión a muchos viajeros. “Gente que en otra ocasión reservaría a través de internet viene este año a la agencia buscando una mayor seguridad”, apostilla.
Juanchi Patús: “Estamos registrando reservas, pero todavía es humo”.
En ese sentido, Irigoyen advierte de que estos portales no siempre son más baratos. “La gente sigue convencida de que encontrará el producto nacional a un precio más reducido en Booking”, lamenta para señalar acto seguido que “están dejando su dinero en Holanda sin darse cuenta que en el comercio local tiene ese mismo producto mejor, así como profesionales que también te pueden recomendar otros muy interesantes”.
Patús rompe una lanza en favor del cliente navarro. “Sabe que las agencias no son un asistente virtual, sino agentes que te miran a la cara”. Por eso, incide, “es ahora cuando tiene que contar con nosotros porque creo que los mejores profesionales los tienen cerca”.
UN AÑO MENOS MALO QUE EL ANTERIOR
Pero las reservas de estos últimos días, más allá de levantar el ánimo, no permiten vislumbrar todavía la reactivación total del sector. Eso sí, el presidente de ANAVI espera que en 2021 las cifras sean mejores que el año anterior. “En 2020, el sector turístico en Navarra vendió entre un 10 y un 20 % de la facturación de 2019″. Es decir, entre un 90 % y un 80 % menos. “Este 2021, si todo va bien, espero que lleguemos a vender el 40 o 45 % respecto al escenario previo a la pandemia”. Pero otros agentes consultados son menos optimistas. Agirre, por ejemplo, cree que cerrará el año vendiendo un 30 % de lo que ingresaba en 2019 y, por su parte, Irigoyen cree que alcanzará el 25 %.
Karlos Agirre: “Hasta el verano de 2022 no vamos a vender lo suficiente como para vivir sin ayudas”.
“Hasta el verano de 2022 no vamos a vender lo suficiente como para vivir sin ayudas”, vaticina el CEO del Grupo Turístico Itsaslur.
Además, lamenta que las ayudas que ha recibido el sector del Gobierno de Navarra solo les dan para mantenerse “cuatro meses de los dieciocho que se lleva prolongando esta situación”.
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