Expresó en voz alta su temor a que Navarra se quede descolgada del 5G. Pero precisa que solo fue un titular «llamativo» y que, en realidad, no hablaba de dificultades técnicas, sino de condicionantes administrativos que no impedirán implantar a tiempo esta nueva tecnología. Eso sí, Juan Cruz Cigudosa, consejero de Universidad, Innovación y Transformación Digital, se muestra preocupado por el escaso número de mujeres matriculadas en las carreras STEM y por recuperar el talento que ha emigrado. Es más, aspira a que Navarra se convierta en una región capaz de atraer a los grandes cerebros del presente y del futuro.
La separación de Educación y Universidad en dos carteras causó extrañeza. Pasados casi cuatro meses, ¿considera que ha sido un acierto o se aprecian disfunciones?
No, no ha habido disfunción porque el Gobierno actúa de forma coordinada. Lo que pasa es que la peculiaridad y los requerimientos de organización y de recursos de la universidad, que sigue siendo una tarea educativa, son distintos, y es más fácil englobar una acción conjunta de Gobierno en los estadios preuniversitarios porque son más homogéneos entre sí. También hay que tener en cuenta que la universidad tiene un componente mucho más elevado de investigación que la educación preuniversitaria. Y es importante que se introduzca en el concepto de gestión de la política universitaria ese factor de investigación y de innovación, que en anteriores etapas formativas es relevante, pero no tanto.
¿En este tiempo ha ocurrido algún hecho que avale la conveniencia de esa decisión?
Sí, quizás más por parte de Educación, porque requiere una atención bastante exhaustiva y así han podido centrarse en un montón de procesos que estaban en marcha cuando llegamos al Gobierno: la convocatoria de las oposiciones, su resolución, la asignación de plazas… Esa dinámica no existe en la universidad, nosotros hemos ganado libertad para gestionar el nuevo convenio plurianual con la UPNA, que hay que renovarlo en 2020. El equipo rectoral es consciente de eso, lleva un tiempo trabajando en la mejora del actual convenio y ha encontrado en el departamento un interlocutor probablemente menos ocupado en otras cosas.
Una de las virtudes de esa estructura, según se dijo, era la de adaptar mejor las enseñanzas universitarias a las necesidades del mercado laboral y así, entre otras cosas, potenciar la investigación. ¿Qué cabe hacer en ese sentido?
La universidad del futuro tiene que ser un poco diferente, más innovadora. ¿Cómo? Pues evaluamos generar titulaciones que incorporen parte de los estudios de la FP superior como créditos universitarios. Y sí, la universidad tiene que estar muy cerca del mercado, pero para que eso ocurra tiene que aportar valor en forma de conocimiento, no recursos humanos sin más. Los egresados de la universidad deben ser profesionales que hayan interiorizado la innovación. Además, aún tenemos que recorrer el camino de la formación dual universidad-empresa. Estamos trabajando para lograr que sea una realidad.
«No solo hay que recuperar talento navarro que se ha ido, hay que hacer de Navarra una comunidad atractiva para el talento de otros lugares».
¿Cómo atraerá más mujeres a los grados STEM?
Es un tema que nos preocupa mucho. Ya estamos trabajando con la Cátedra de la Mujer de la UPNA, y en la privada también tienen la misma sensación de que hay que trabajarlo. ¿Qué hay que hacer? Cambiar muchas cosas, sobre todo hay que hacer más visibles los referentes femeninos, que se perciba como algo natural que haya una mujer ingeniera en un puesto de responsabilidad, en realidad en cualquier puesto. Y tiene que trasladarse muy temprano la idea de que las carreras técnicas están abiertas a todo el mundo, independientemente de su sexo. No hay que esperar a la universidad, el esfuerzo tiene que hacerse en las escuelas. Si se me apura, casi en primaria.
Uno de los objetivos que enunció al asumir el cargo era conseguir el retorno del talento. ¿Algún plan concreto?
Tenemos el mandato de hacerlo realidad, pero no podemos ponerle un calendario. Hay colaboración con las dos universidades, los dos centros de la UNED y con todos los centros tecnológicos y de investigación que caen dentro del ámbito de actuación de este departamento. Pero no solo hay que recuperar talento navarro que se ha ido, hay que hacer de Navarra una comunidad atractiva para el talento de otros lugares. Es fundamental e igual de importante. Retener ese talento no vale para nada si, a los tres o cuatro años, lo volvemos a perder. Se debe trabajar en esos tres niveles mediante un plan que es obvio debe ser integral, transversal, que afecte a mi departamento y también al de Desarrollo Económico, sobre todo, y probablemente al de Educación. En nuestro entorno tenemos programas en los que inspirarnos, como Ikerbask en Euskadi. Adaptaremos ese modelo a las peculiaridades de Navarra.
¿Qué ha previsto el Gobierno para que Navarra sea una comunidad atractiva para ese talento y retenerlo?
Hay que ofrecer oportunidades de carrera profesional. Eso es fácil de intuir en la universidad, pero ha tenido unas restricciones de personal bastante importantes con la crisis y habrá que cambiar esa dinámica. Tenemos que ser imaginativos planteando posiciones mixtas, que tengan que ver más con un centro tecnológico o con una startup que con la universidad… Ya digo que hay ejemplos cerca en los que podemos inspirarnos.
«Lo que se dijo en la Ley de Ciencia y Tecnología, de que se iba a destinar el 1,35 % del presupuesto a innovación, va a ocurrir».
Pero si no tenemos empresas o centros tecnológicos en los que puedan trabajar…
Navarra tiene un tejido de innovación muy potente, hace falta mejorar la coordinación, el alineamiento entre sus diferentes sectores. De verdad tenemos que vernos un poco mejor como navarros y mandar ese mensaje, ya que tenemos una gran riqueza que hay que mostrar fuera.
Ha propuesto convocatorias de ayudas para I+D+i plurianuales. ¿Por qué? ¿Tendrán más dotación económica?
Vamos a aumentar la dotación en la medida en que el presupuesto lo permita. En cualquier caso, la apuesta del Gobierno por la innovación es muy fuerte y comprometida. Lo que se dijo en la Ley de Ciencia y Tecnología, de que se iba a destinar el 1,35 % del presupuesto a innovación, va a ocurrir. Seguramente habrá mejoras, sí. Que las convocatorias sean plurianuales se debe a que detectamos que las anuales dificultaban la implementación de los proyectos, ya que los tiempos de la administración son largos. Desde que se presentan hasta que se decide que son subvencionables, pasan cuatro o cinco meses, hay que presentar la justificación antes de que pase el año… Queda una ventana muy pequeña para hacer realmente el trabajo con tanta burocracia. Hemos consultado con Hacienda para ver si pueden ser plurianuales y espero una contestación pronto.
Los destinatarios de esas ayudas de I+D+i las consideran escasas…
Sinceramente, no comparto eso al 100%. Es normal que se pida más, pero la dotación es adecuada para el tamaño que tenemos. La financiación tiene que ir al proyecto y a los recursos humanos. Creo que es importante entender que, en materia de innovación, hacen falta becas y ayudas predoctorales y postdoctorales. Navarra tiene una buena estructura para incorporar recién graduados en sus trabajos o en sus centros de formación, pero no es tan buena para acoger a quienes tienen más formación. Lo normal es que hagan la tesis y que se vayan. No está mal que eso ocurra, siempre que seamos capaces de hacer que vuelvan.
En las áreas que a usted le atañen, ¿considera que la S3 es una herramienta interesante y, como tal, va a seguir las líneas que marca?
Sí, sí. Europa aconsejaba estrategias que tenían que ver con la I+D. En Navarra se dio un paso más para adecuarse a las estrategias regionales S3. Ahí sí que hay una línea de trabajo clarísima en la optimización de los recursos. Es un trabajo muy bien hecho. La coordinación entre nuestro departamento y el de Desarrollo Empresarial es muy elevada y estamos trabajando alineados con la estrategia S3.
«El 95 % de la población tiene acceso a internet a una velocidad superior a los 30 megabytes por segundo. Eso no lo tiene ninguna otra comunidad».
Ha citado el riesgo de que Navarra quede descolgada de la red 5G. Si eso se produce, no seríamos competitivos…
Fue un titular un poco… llamativo. No estamos hablando de perder el 5G porque sería como poner puertas al campo. Lo que ha ocurrido es que, vamos a decirlo así, no hemos sido beneficiados en la primera ola de proyectos piloto 5G, en la que el Estado ha priorizado a las comunidades que reciben presupuestos Feder, de los que no dispone Navarra por su estatus socioeconómico. No nos han penalizado. La reunión con el secretario de Estado fue en ese sentido. No nos están excluyendo, en absoluto, están superabiertos, nos han dado frecuencias para que pongamos en marcha nuestros propios proyectos piloto. Esa ola vinculada a los fondos Feder ya se ha acabado, los siguientes proyectos piloto van a ser independientes y ahí estaremos, seguro, en primera línea.
¿Se atreve a adelantar un calendario para la implantación de la red 5G?
No, pero ya estamos trabajando en el departamento para presentar nuestros propios proyectos piloto 5G en 2020, desde luego.
Estamos hablando de la red 5G, pero todavía no se ha extendido al 100 % de Navarra la banda ancha…
Son dos proyectos complementarios, pero no es necesario el cumplimiento de uno para poner en marcha el otro. Creo que no se ha puesto en valor suficientemente, de verdad, el enorme esfuerzo que se ha hecho desde el Gobierno de Navarra para que la banda ancha llegue a todos los pueblos. Si tuviéramos que poner el 5G sin contar previamente con la banda ancha tendríamos muchos problemas de ejecución. El 95 % de la población tiene acceso a internet a una velocidad superior a los 30 megabytes por segundo. Eso no lo tiene ninguna otra comunidad. En la primera fase del Plan de Banda Ancha, el Gobierno la ha llevado hasta el pueblo, falta en algunos lugares que llegue hasta las casas, pero esa parte ya les corresponde a las entidades locales. ¿Qué vamos a hacer en el segundo plan de banda ancha? Pues favorecer, ofreciéndonos a las entidades locales e incentivando a las operadoras privadas, para que esa conexión de última milla se realice lo más rápido posible.
No suele ser habitual que un Gobierno hable bien del anterior cuando son de distinto signo. Usted lo hace.
Yo puedo hablar del departamento que me ocupa, y hay proyectos que proceden del último gobierno y del anterior. El de banda ancha, por ejemplo. Es cierto que hubo un parón de inversiones entre 2012 y 2016, pero se retomaron, se apostó por esto y se consiguió que las operadoras vinieran, que antes no querían. Es un buen plan y hay que continuarlo y acabarlo. También tenemos un convenio de colaboración con la universidad, tan respetable que nos lo han pedido diferentes comunidades para copiarlo. Ahí había un trabajo bien hecho. ¿Qué falta? En materia de innovación, como tenemos unos centros tecnológicos que dependen mucho de las empresas y la crisis les ha hecho cerrarse para sobrevivir, ahora tenemos que hacer que el talento que se genera en la universidad pase por la innovación como elemento transformador, que llegue a la sociedad y que todo eso se haga en un entorno digital.