jueves, 18 abril 2024

Con cabeza y a la cabeza

Laura Sandúa dirige, desde hace 20 años, una empresa aceitera familiar que ha situado entre las grandes del sector con su decidida apuesta por la calidad.


Pamplona - 21 octubre, 2017 - 06:00

Laura Sandúa pasea entre los olivos que la empresa posee a las afueras de Ablitas.

Cuando alguien se hace cargo de una empresa siendo tan joven como lo era Laura Sandúa al asumir la dirección de Aceites Sandúa puede deberse a que es muy decidida… o muy osada. “¿Osada? –responde sorprendida- En su justo punto. Sí que soy tirada para adelante y no tengo miedo a los retos, aunque estudio mucho las consecuencias”. Dice que es consecuencia de que “hemos vivido este negocio desde pequeños, y si estoy al frente de la empresa ha sido gracias al apoyo de mi familia y principalmente de mi hermano”.

Laura Sandúa pasea entre los olivos que la empresa posee a las afueras de Ablitas.

Durante su gestión la empresa se ha profesionalizado, ha salido al mercado exterior y ha crecido. En Aceites Sandúa, como en casi todas las empresas familiares, se trabajaba “muchísimo” aunque tal vez sin el enfoque profesional necesario para que evolucionara. Pero llegaron Laura y su hermano, José Luis, “y como desde el principio tuvimos muy claro que el mercado nacional no era nuestro único objetivo, nos pusimos manos a la obra para salir al exterior”. Eso suponía aumentar la plantilla, crecer y realizar inversiones: “La principal se produjo en el 2007, cuando se dio un vuelco importantísimo a la empresa, aunque es cierto que cada año llevamos a cabo inversiones notables”.

«El personal es nuestro capital, es de suma importancia para nuestra empresa»

Tuvo que ser complicado pilotar tantos cambios, pero Laura le resta importancia: “Mi forma de trabajar es una continua adaptación a los tiempos, a los clientes, a los proveedores y por supuesto al personal de la empresa. Es una gestión muy flexible, muy horizontal. Siempre tengo la mente abierta porque el escuchar y estar atento al exterior ayuda a tomar las decisiones adecuadas”.

Sí considera difícil gestionar una empresa familiar, “tienes que saber muy bien dónde está el límite familiar y el profesional, porque es fácil pasarte al ser de casa. Lo importante es la comunicación, el respeto”. En Sandúa “tenemos los puestos muy bien definidos. Trabajamos de forma muy profesional, aunque eso sí, un punto muy importante es la confianza en el trabajo del otro, afianzada durante 20 años”. Le preguntamos si en un cumpleaños familiar, por ejemplo, tienen prohibido hablar del negocio y resopla: “Bufff… Pues a algún miembro de la familia ya le gustaría. Lo intentamos pero al final siempre sale algún tema relacionado con el negocio”.

Parece lógico que en una empresa que no es grande y de carácter familiar se deje notar una relación más cercana con los empleados, y Laura lo confirma: “El personal es nuestro capital, es de suma importancia para nuestra empresa. Pero en su más amplio contenido, capacidad de trabajo y familia. La comunicación que hay en la empresa es totalmente horizontal, no hay intermediarios entre la plantilla y la dirección y todas las inquietudes y sugerencias son atendidas y tomadas en cuenta”. Dice que no se fija solo en el currículum a la hora de contratar, y que “aunque no suene muy profesional, me fío mucho de mi instinto. Me gusta hacer preguntas para ver cómo responden, y no sólo qué es lo que responden, tengo en cuenta cualquier comentario aunque no parezca muy importante a lo largo de la entrevista”. Pero en cualquier caso, busca en ellos “confianza, lealtad, implicación con la empresa. Que la sientan como suya”.

«Me muevo en ambientes con mayoría de hombres, pero ni me han tratado ni me he sentido diferente»

Ser mujer no ha entorpecido su carrera profesional, pero es consciente de que “nos queda un camino que recorrer todavía. No hay más que ver el escaso porcentaje de directivas que hay en cualquier sector al que dirijamos la mirada”. Se mueve en ambientes donde la mayoría con hombres, “y ni me han tratado ni me he sentido diferente. Me he hecho cargo de puestos de responsabilidad con mucho gusto, ganas, fuerza… Además he tenido la suerte de ser apoyada por tres hombres importantes en mi vida: mi padre, que confió en mí y me ha transmitido el conocimiento del sector; mi hermano, con su apoyo fundamental dentro de la empresa y mi marido como mi soporte en el ámbito familiar”.

Afirma que la conciliación de la vida familiar y la laboral es un problema que, como mujer, le ha afectado. Sus hijos ya son mayores, pero antes y ahora “hemos aprovechado al máximo las horas en las que hemos estado y estamos juntos. Las vacaciones no eran tiempo muerto, era tiempo de dedicación al 100 por 100 a la familia. Pocas horas juntos pero de calidad”.

Laura Sandua 1

La empresa produce una línea de cosméticos que vende on line.

Sandúa ha pasado a ser una de las empresas importantes del sector aceitero sin convertirse en una macroempresa. ¿Cómo se consigue eso? “Con cabeza…Teniendo los pies en el suelo. Sabiendo lo que somos y lo que queremos ser. Ganándonos con nuestra calidad y forma de trabajar el respeto de todos nuestros clientes y de todo un sector. Nuestro tamaño nos ha permitido ser flexibles, satisfacer rápida y eficazmente las necesidades del cliente”.

La innovación se ha convertido en sinónimo de éxito, pero, ¿tiene cabida en un sector tan tradicional como el aceitero? Laura Sandúa casi se ofende con nuestra duda: “Por supuesto. Por ejemplo en el virgen extra, que es puro zumo de la aceituna, la temperatura y horas entre la recolección y producción es muy importante y ahí seguimos trabajando… Y por otro lado… ¿tú sabes las pruebas y pruebas que realizamos para que un coupage de aceites dure más a la hora de freír? O ¿cómo podemos cambiar el gran consumo mundial de grasas trans por un aceite más sano como el de oliva o algún vegetal sin disminuir su rendimiento?…O ¿qué puede aportar el aceite a nuestra piel?… mira si tiene cabida la innovación”.

Sandúa ha ganado cuota de mercado gracias a la exportación, lo que tiene un gran mérito teniendo en cuenta que es un sector muy competitivo dominado por gigantes. Laura dice que se debe a que “su estandarte” es la calidad. “Es algo que desde que nací he oído en mi casa, siempre calidad”. ¿Y esos aceites que se dice que se venden por debajo del precio de coste? “Este sector es muy dado a las ofertas, a la venta de aceites con un gran nombre pero con poca calidad… pero eso a la larga cae por su propio peso”.

«El aceite de oliva es la chispa de la vida, es esencial para la salud»

La familia Sandúa está inmersa en nuevos proyectos que incluyen la producción y elaboración de aceite de sus olivares y su propio trujal. Además después de años de trabajo con un laboratorio cosmético, ha puesto en el mercado una línea cosmética con base de aceite de oliva ecológico y principios activos como el ácido hialurónico y células madre vegetales “que hacen de estos productos un importante aliado para paliar el efecto del paso del tiempo en nuestra piel. Se llama Capriche d´olive’ y lo vendemos on line en www.caprichodeoliva.com”.

Al final nos entretenemos hablando de las virtudes del aceite de oliva, que para Laura Sandúa es “la chispa de la vida”. Añade que “es esencial para la salud, por supuesto, sabemos que es la grasa base de la dieta mediterránea, sabemos sus beneficios para la piel y el corazón… pero también es disfrute. ¡No me digas que nunca has caído en la tentación de untar el aceite que sobra de una ensalada de tomate!” Tiene razón, caigo todos los días que la como.

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