La Universidad Pública de Navarra (UPNA), en colaboración con Unsain Renault y Gobierno de Navarra, organizó el 27 de marzo, una jornada de seguridad vial, en el aparcamiento de la calle Sadar de Pamplona. Las personas participantes pudieron conocer los simuladores de vuelco y de conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas al volante.
Esta iniciativa persigue concienciar a la población joven sobre el riesgo que comporta asociar el consumo del alcohol con la conducción, para reducir los accidentes de tráfico. A este respecto, Patricia Beraza, de Unsain Renault, destacaba que “es un buen momento para concienciar a los jóvenes que, a estas edades, están sacándose el carné o empiezan a conducir y aquí pueden conocer los riesgos y aprender a evitarlos“. Junto al stand de Renault, se exhibió un modelo 100% eléctrico, con el fin de mostrar los vehículos limpios como algo cercano y de un futuro que ya es una realidad, sobre todo para las jóvenes generaciones.
Lesiones después de un vuelco
Sin duda, uno de los platos fuertes de la jornada. Al subirse en el coche, los ocupantes experimentaron todas las sensaciones, desconocidas y desconcertantes, que se sufren durante un vuelco completo. Eugenio Martín,
Director de Formación y Seguridad Vial de Fundtrafic, detalló las consignas de seguridad para la prueba del simulador. Una vez finalizada la experiencia, Martín explicó que la mayoría de las lesiones graves no se producen durante el vuelco, sino al tratar de salir del coche, que se encuentra volcado.
Los participantes de la simulación aprendieron algunas consignas sobre cómo salir correctamente de un coche que ha volcado para minimizar los riesgos de lesión, fundamentalmente, en la cabeza y las cervicales.
El alcohol, las drogas afectan a la percepción de las distancias y la capacidad de reacción y sus efectos perduran más de lo que generalmente se cree
En un área amplia, para facilitar los desplazamientos y mediante unas gafas que simulan los efectos del cannabis y distintos grados de alcoholemia, los participantes experimentaron cómo afectan las drogas y el alcohol a la vista y los movimientos.
Con dichas gafas pudieron comprobar la alteración de la percepción de las distancias y la menor capacidad de reacción. En este sentido, Sara y Elisa, trabajadoras sociales de la Asociación de Víctimas de Accidentes de Tráfico, destacaban lo desconocidas que son las consecuencias del cannabis al volante, puesto que, pasadas 24 horas del consumo, sus efectos son todavía perceptibles y medibles.
También se realizaron talleres de reanimación cardiopulmonar (RCP) y de atención en caso de accidente así como diversas actividades de sensibilización hacia la diversidad funcional de la movilidad, como actividades de divulgación de las barreras arquitectónicas.
Los jóvenes probaron a desplazarse con sillas de ruedas sorteando aceras, cuestas y pequeños baches en el asfalto y las aceras. Asimismo, tuvieron la ocasión de caminar con los ojos vendados, guiándose únicamente con un bastón y enfrentarse a las barreras arquitectónicas.
De un modo más lúdico, pero igualmente interesante para conocer los riesgos de la velocidad, varios simuladores cargados en consolas y ordenadores, permitieron a chicos y chicas probar sus habilidades conduciendo motos y coches en circuitos y ciudades.
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