El uso que se hace de los antibióticos parece ser la crónica de una catástrofe anunciada. De hecho, el problema de las infecciones resistentes a antibióticos existe desde hace décadas, aunque no ha sido hasta hace algunos años que ha empezado a tomar protagonismo por tratarse de una amenaza cada vez más acuciante. Por eso, se acuñó el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, una fecha que se celebró el pasado 18 de noviembre. ¿Su objetivo? Sensibilizar acerca de la correcta utilización de estos fármacos.
Como atestigua el informe del Plan Nacional Frente a la Resistencia a los Antibióticos 2022-2024, las campañas de concienciación parecen estar dando sus frutos. De hecho, la cifra de consumo global de antibióticos se ha reducido un tercio (32,4%) en España entre los años 2014 y 2020. No obstante, siguen prevaleciendo usos incorrectos de este tipo de medicamento. Entre ellos, adquirirlos sin receta médica, emplearlospara tratar dolencias causadas por virus (como gripes o resfriados), tomarlos sin seguir las instrucciones o interrumpir la pauta antes de completar el tratamiento.
“Si este uso indebido se da de manera generalizada en la sociedad, la principal y más preocupante consecuencia es la mayor resistencia de las bacterias. De esta forma, se convierten en lo que se conoce como ‘superbacterias’, resistentes al efecto de los antibióticos habituales que acaban perdiendo eficacia ante las infecciones de origen bacteriano”, explica Julio Masset, médico de Cinfa.
“Si este uso indebido se da de manera generalizada en la sociedad, la principal y más preocupante consecuencia es la mayor resistencia de las bacterias”
Hay que tener claro que son las bacterias las que se hacen resistentes a los antibióticos, no las personas. Por eso, si se toman de manera incorrecta, ese comportamiento representa un riesgo no solo para la salud una única persona, sino también para toda la población. Por tanto, con el fin de garantizar la salud de todos y evitar que los tratamientos se vuelvan ineficaces, es esencial saber en qué casos o ante qué patologías se puede recurrir a los antibióticos.
“Las infecciones respiratorias habitualmente están producidas por virus y son la causa más frecuente de un uso inadecuado de antibióticos. Es decir, para los catarros, gripes, resfriados o incluso faringitis viral, los antibióticos no son necesarios, porque ni matan a los virus, bajan la fiebre ni reducen otros síntomas como la tos, la mucosidad o los estornudos; es decir, no funcionan contra los virus”, insiste el experto. De ahí que, para proteger tu salud y la del resto, puedes seguir las siguientes indicaciones.
1. NO TE AUTOMEDIQUES
Puedes estar cometiendo el error de consumir medicamentos totalmente ineficaces para combatir tu infección y, además, estar contribuyendo al aumento de la resistencia de las bacterias patógenas. Además, expones a tu organismo sin necesidad a reacciones alérgicas o efectos secundarios.
2. NO SON EFICACES PARA GRIPES
Estas infecciones están causadas normalmente por virus y los antibióticos sólo actúan contra las bacterias. Tampoco alivian el dolor o la fiebre.
3. CON PRESCRIPCIÓN MÉDICA
No presiones a los profesionales sanitarios para que te los dispensen o receten. Permite, en cambio, que sean ellos quienes constaten si necesitas en realidad de antibióticos.
4. TAMBIÉN APLICA A TUS HIJOS
Si el niño muestra síntomas de alguna infección, llévalo al pediatra, quien te indicará si es necesario administrarle o no un antibiótico. Hacerlo sin que sea necesario puede ser dañino para la salud de tu hijo y hacer más difícil su curación cuando contraiga una infección que de verdad requiera antibióticos.
5. SIGUE LAS INSTRUCCIONES
Debes respetar y cumplir todas las pautas del médico en lo referente a la dosis que debes tomar, a qué horas y a la duración del tratamiento. Las resistencias de las bacterias a los antibióticos aumentan cuando estos se toman en dosis incorrectas, de forma irregular o menos días de los indicados por el médico.
6. ORGANÍZATE
Antes de empezar, piensa en qué horario te resulta más fácil respetar la frecuencia indicada por tu médico. Por ejemplo, si te prescriben una dosis cada ocho horas, comienza a las 8 de la mañana, toma la siguiente a las 4 y la última, a las 12 de la noche. Si solo es necesaria una dosis al día, tómala siempre a la misma hora. Respeta también las indicaciones de si se deben tomar o no con comida.
7. NI UN DÍA MENOS
No lo interrumpas, aunque desaparezcan los síntomas de la enfermedad. Para que sean efectivos, los antibióticos tienen que ser tomados durante un tiempo que hay que respetar.
8. NO GUARDES ANTIBIÓTICOS
Si has recibido más dosis de la que te han indicado tomar, no los guardes para tomarlos cuando vuelvas a sentir síntomas. En su lugar, deposítalos en un punto SIGRE.
9. VACÚNATE
Muchas de las vacunas que se reciben son para enfermedades causadas por bacterias. Por eso, las vacunas no solo son beneficiosas para tu salud, sino que también contribuyen a evitar que las bacterias aumenten la resistencia a los antibióticos.
10. TAMBIÉN APLICA A TU PERRO
El veterinario decide el tratamiento de tu mascota y prescribirá el antibiótico solo cuando sea necesario. No le des medicamentos sobrantes que puedas tener en casa. Las bacterias también pueden hacerse resistentes a consecuencia de un mal uso de antibióticos en animales.