El primer ensayo piloto del proyecto Ecocirplas ya está en marcha en una plantación de pimientos en Murillo el Fruto, perteneciente a UAGN. Allí, el pasado 29 de octubre, se mostró in situ el proceso circular desde la retirada del plástico hasta la transformación en el producto final en la fabrica de Solteco, ubicada en Cintruénigo.
El objetivo del proyecto es optimizar la cadena de valor desde el residuo plástico de uso agrario generado en cultivos hasta la fabricación de productos que retornan al sector como postes, planchas, soleras, tutores o rejillas y cerramientos para uso ganadero. Un proceso de circularidad completa porque, actualmente, el plástico empleado en el campo no se recicla en la mayoría de los casos y va directamente al vertedero.
Iñaki Mendióroz: “El plástico generado en el campo es valorizado y genera nuevos materiales para el campo”.
“El proyecto consiste en ensayar diferentes metodologías y buenas prácticas para la gestión del residuo plástico en agricultura”, explica Iñaki Mendióroz, gerente de UAGN y coordinador de un proyecto que pretende investigar sobre los manejos en campo tradicionales y aquellos con máquinas más innovadoras. El modelo en Murillo del Fruto quiere mostrar cómo se puede hacer una recogida más eficiente, de forma que no queden residuos en el plástico para que este pueda entrar en una cadena de valorización.
APUESTA POR LA INNOVACIÓN MEDIOAMBIENTAL
En Navarra se utilizan 1.600 toneladas anuales de filmes plásticos (el 50 % son acolchados). Y la cantidad total de plásticos agrícolas empleados (teniendo en cuenta filmes y resto de plásticos como cintas, cuerdas, etc.) es de 2.367 toneladas anuales, que en su gran mayoría terminan en el vertedero.
UAGN, UCAN, Grupo AN, ITER investigación y Solteco son conscientes del reto ambiental y de la importancia de apostar por la innovación, en consonancia con las políticas europeas de reactivación económica y el nuevo marco político de la nueva PAC. “Se trata de una apuesta por la economía circular en el sector agroalimentario, es un proceso innovador en cuanto al proceso y metodología, que permite que todos los eslabones de la cadena se sientan identificados y puedan aportar”, añade Mendioroz. En este sentido, el ensayo servirá también para cuantificar los costes y “poner sobre la mesa el debate de lo que cuesta gestionar el medioambiente en el campo”.
EL PROCESO CIRCULAR, PASO A PASO
Según detallan desde la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra, el proceso comienza cuando, una vez cosechado el producto, pasta un rebaño de ovejas y se come los restos vegetales que permanecen sin cosechar, así como hojas u otras partes blandas de la planta. Esta tarea cumple un doble fin: por un lado, el ganado se alimenta de manera natural, aprovechando los residuos del campo; y por otro, se lleva a cabo una labor eficiente para el posterior tratamiento del plástico.
En la segunda parte del proceso, la máquina desbrozadora puede eliminar los tallos más gruesos que se quedan de una manera más eficaz y permite que el siguiente apero, encargado de levantar el plástico para dejarlo en la superficie, lo extraiga íntegro y en mejores condiciones. Después, los operarios recogen el plástico fila a fila con mayor facilidad. Es fundamental que las ovejas pasten por la parcela cuando el terreno no esté muy húmedo para evitar que se pueda romper el plástico.
A continuación, el plástico es trasladado a la cooperativa, donde se pesa y estudia el porcentaje de impropios; se identifica su procedencia; y pasa a una zona de pretratamiento si es necesario reducir el número de impurezas que contiene. A partir de ahí, los plásticos se trasladan a la fábrica una vez han sido triturados, se funden y se convierten en una masa que, posteriormente, se muele y se convertirá en la materia prima del producto final.
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