“Siempre he tenido la inquietud de emprender”, remarca Eduardo Prieto Iglesias a Capital Sport. Después de largos meses de trabajo y multitud de gestiones, este lunes por fin ve la luz su primer proyecto empresarial al margen del arbitraje: Gloves Fit & Box Sadar.
Mientras completaba sus estudios de ingeniero mecánico en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y más tarde de ingeniero industrial en Tecnun (San Sebastián), también se fue preparando dentro del mundo de la empresa. Hoy confiesa que su mayor reto para la puesta en marcha del nuevo negocio ha sido llevar todos esos conocimientos adquiridos a la práctica: “Ha sido un máster brutal. Cada día era una lección en cuanto a fiscalidad, contabilidad, burocracia, obras, permisos, estudio financiero, marketing… A pesar de haber hecho un MBA y diferentes formaciones relacionadas con la empresa, he descubierto que no sabía nada hasta que no he puesto todo en práctica”.
“Aunque me sigo dedicando al arbitraje profesional, considero que es importante preocuparse por el futuro”.
En este momento, el navarro vive a caballo entre Pamplona y Madrid, donde trabaja como árbitro de VAR en Las Rozas. Una labor que a partir de ahora compaginará con la gestión de su centro: “Aunque me sigo dedicando al arbitraje profesional, considero que es importante preocuparse por el futuro, ver hacia dónde quieres evolucionar o cómo quieres seguir desarrollándote”, detalla. En concreto, Prieto Iglesias, de 41 años, se encargará de la administración del centro y brindará atención directa a las personas usuarias.
Antes de comenzar con esta aventura, ya tenía claro que su vida empresarial también estaría vinculada con el deporte. En uno de sus viajes descubrió el boom del fitboxing en Madrid y, poco después, cuando conoció la marca Gloves Fit & Box: “Cuando viajo por trabajo, me fijo mucho en los modelos de negocio de los lugares que visito y en cosas diferentes que todavía no han llegado a Pamplona”.
Tras investigar sobre el proyecto, decidió contactar con sus promotores (el navarro Miguel Ibáñez y su socio, Miguel González) con el fin de poner en marcha su propio establecimiento: “Les dije que me gustaba mucho su modelo de negocio y que quería emprender con un proyecto personal vinculado a su marca”. Además, el árbitro confiesa que desde el primer momento sintió una gran conexión con los creadores de la firma. “Nuestra forma de entender el mundo de la salud y el deporte estaba muy alineada”. Así empezó esta nueva aventura para él.
Los fundadores de la marca, que ya cuenta con dos centros operativos en Navarra y está en plena expansión nacional, hicieron entonces un estudio de mercado junto al árbitro. “Había visto un emplazamiento en los aledaños de El Sadar y me pareció un lugar brutal para abrirlo. Está cerca de la universidad y de barrios de nueva creación, es fácil aparcar… Estaba libre y decidimos que ese sería el lugar”, destaca.
EL TERCER GLOVES FIT & BOX DE NAVARRA
Prieto Iglesias ya cuenta con todos los permisos necesarios para dar inicio a su actividad: “Once meses después he recibido la licencia para abrir las puertas de Gloves Fit & Box Sadar“. El local, totalmente reformado, tiene una superficie de 200 m2. “Su estética es de estilo industrial, muy urbana”, avanza.
Su equipo de trabajo está formado por su socia, Beatriz, y otras cinco personas que ha elegido debido a su experiencia y pasión por el mundo del fitness: “Son personas muy cercanas y comprometidas con el cliente. Acompañarán a los usuarios en sus objetivos personales: rendimiento, bienestar personal, salud…”, concreta.
Uno de los motivos por los que ha tratado de crear un entorno agradable es lograr que los clientes se entretengan y disfruten en las instalaciones. De hecho, los entrenamientos irán acompañados por música y luces de colores.
“Durante estos meses, el camino no ha sido nada sencillo. Me he encontrado muchas dificultades, sobre todo de administración”.
En Gloves Fit & Box Sadar se ofertarán tres actividades con el fitboxing como matriz. Esta disciplina se basa en entrenamientos integrales con guantes y sacos de boxeo. Está dirigida por un profesional y combina golpes en el saco con una parte de entrenamiento funcional. La duración total de las sesiones es de 55 minutos. “Es una gran terapia antiestrés para desfogarte con buena música”, subraya.
Pero también habrá entrenamientos funcionales con elementos como TRX, pesas o steps. “Y luego hay un tercer elemento que es una vuelta de tuerca al Gap. Nos centramos en la zona de core, glúteos y piernas. Es una metodología desarrollada por nosotros”.
A estos servicios se añaden clases específicas para los más pequeños. En concreto actividades como el box junior y fitbox diseñadas para niños desde seis años en adelante. “Se centrarán en ejercicios de agilidad y coordinación con el fin de que entiendan la actividad física como algo divertido y en equipo”.
Ahora que ha llegado a la meta, Prieto describe la experiencia de emprender como apasionante, aunque se ha enfrentado a numerosos obstáculos burocráticos. “El camino durante estos meses no ha sido nada sencillo. Me he encontrado muchas dificultades sobre todo en la administración, con procesos superlargos y costes altísimos para una empresa que todavía no ha facturado nada. Hay pagos de tasas por cuestiones sin mucho sentido… Emprender es una carrera de fondo y debes tener muy claro que lo quieres para no desistir. Lo digo con mucho pesar, creo que somos un país que no está preparado y que no ayuda al emprendedor”, concluye antes de proseguir con su análisis: “Tengo un amigo trabajando en Estados Unidos. Y allí, la mentalidad es que el emprendedor va a generar economía, puestos de trabajo… En definitiva, bienestar social, de modo que dan bastantes ayudas. Espero que algún día eso también se valore aquí”.
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