Hace catorce años que Carlos González, presidente del Comité de Árbitros de Baloncesto, cogió por primera vez un silbato. Lo hizo motivado por una cuña que escuchó en la radio. En ella, la federación anunciaba que necesitaba incorporar nuevos colegiados y ofrecía la posibilidad de aprender a desarrollar esta labor. González llegó a ser árbitro de Primera División Autonómica, labor que aún desarrolla y que compagina con diversas iniciativas para fomentar esta actividad. Pero, a pesar de su intenso trabajo en este campo, sigue habiendo escasez de colegiados y auxiliares de mesa.
«Hemos estado en colegios y en clubes intentando dar visibilidad a nuestra labor, pero cuesta. Estamos constantemente reinventándonos para hacer actividades que motiven a la gente».
«Es difícil atraer a nuevas personas. Hemos estado en colegios y en clubes intentando dar visibilidad a nuestra labor, pero es un tema que cuesta. Estamos constantemente reinventándonos para hacer actividades que motiven a la gente. Seguiremos y seguimos trabajando», explica a Capital Sport.
El problema afecta a todas las categorías, desde benjamines hasta sénior: «Siempre estamos escasos de gente, pero si es verdad que, en concreto, en estos dos últimos años hemos tenido bastantes bajas en el colectivo de auxiliares de mesa y oficiales. Actualmente, entre escuela y comité, hay alrededor de 30 o 35 personas haciendo labores de anotación. Hace dos años había unas 50, que no es la panacea pero estaba bien».
Y todo ello tiene una consecuencia directa en muchos partidos. Ante la imposibilidad de cubrir todas las funciones necesarias, personas ajenas al comité tienen que desarrollar a menudo esta actividad. En ocasiones, es el personal de los propios clubes locales el que se encarga, pero también hay veces en que son padres o aficionados quienes la asumen. «Hay que llevar la anotación en aparatos digitales, el crono que se ve en el pabellón, el reloj de lanzamiento… Se necesita a más de una persona y, cuando nosotros no tenemos la capacidad de cubrir todo, los equipos locales tienen que asumirlo. Hay veces que también nos apoyamos en federaciones cercanas, como por ejemplo la de Aragón, para poder llegar», atestigua el árbitro navarro mientras incide en que llevar a cabo estas funciones sin los conocimientos necesarios propicia errores que se suelen multiplicar cada jornada.
EL CURSILLO
Con el objetivo de aliviar esta carencia, la federación ha lanzado un cursillo gratuito de auxiliares de mesa. Este se impartirá en Pamplona a lo largo de cuatro días: 31 de enero y 1, 7 y 8 de febrero, de 18.00 a 20.00 horas. «Está abierto a cuantas personas pudieran estar interesadas, con el objetivo prioritario de que adquieran una base mínima para realizar una correcta anotación de los partidos y podamos mejorar la situación existente. Se explicará el acta digital, que se puede descargar de la página web de la FNB, ya que próximamente todos los encuentros se realizarán en este formato», añade el también vicepresidente de la Federación Navarra de Baloncesto (FNB).
Todas las participaciones son remuneradas. Este año, además, las tarifas arbitrales se han incrementado en un 2 %. En la categoría más baja, los auxiliares cobran 11 euros. Y en LEB Plata y Liga Femenina Challenge, las más altas dentro de Navarra, 40 euros. Una remuneración que fluctúa en función las labores que asuma cada persona durante el partido. «Obviamente, cuando empiezas en partidos de los pequeños se cobra menos y haces menos cosas. Pero si en un encuentro hay que llevar marcador, puntos y reloj de lanzamiento, además del acta y van tres oficiales, cobran 20 euros por función. En cambio, si va uno solo y es capaz de desarrollar las tres funciones serán 60 euros para esa persona», concreta. Cada auxiliar puede participar en todos los partidos que su tiempo le permita.
«Muchas veces, los comentarios que nos llegan es que paguemos más, que subamos las tarifas. Pero somos una federación, no una empresa, no gestionamos la competición».
A lo largo de su trayectoria, este colegiado navarro ha compartido pista con árbitros, oficiales y auxiliares de mesa de otras comunidades. Y, por lo que ha constatado, la remuneración de estas actividades en Navarra está en un punto medio. «Muchas veces, los comentarios que nos llegan es que paguemos más, que subamos las tarifas. Pero somos una federación, no una empresa, no gestionamos la competición como es el caso de la ACB o la Euroliga. Nosotros somos el respaldo de los clubes, que incluso tienen que recibir ayuda de patrocinadores para sacar adelante algunas competiciones», aclara.
Aunque las motivaciones de cada persona para desarrollar esta labor pueden ser muy variadas, González anima a vivir la experiencia y a probar suerte. Entre otras cosas porque es una forma de mantener una vinculación con el deporte y de poder entenderlo desde otra perspectiva: «Es una tarea que pasa desapercibida, pero fundamental para que se pueda desarrollar un partido. Parece que nos increpan y a veces es ‘desagradecida’… Efectivamente sucede en algunas ocasiones, pero no es lo habitual. Además, se crean vínculos y sirve para aprender a ordenar y manejar situaciones que también se presentan en la propia vida», concluye.
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