El adelanto disponible sobre el apartado de Innovación en el Barómetro de los Círculos 2019 arroja una buena noticia para la economía española: el país asciende del puesto 34 al 25 en el Índice Global de Competitividad que elabora el Foro Económico Mundial.
El Círculo de Economía, el Círculo de Empresarios y el Círculo de Empresarios Vascos, que interpretan los datos para el Barómetro, insisten en la necesidad de impulsar la inversión en innovación en pequeñas y medianas empresas, ampliar la colaboración público-privada y los incentivos fiscales a la I+D+i. No obstante, el ascenso del puesto 34 al 25 en el índice parece indicar que la economía española tiene mimbres para mejorar sus indicadores de competitividad respecto al resto del mundo. En Navarra, es la Institución Futuro la encargada de colaborar con este ránking.
LOS DATOS
Los primeros puestos de la tabla en esta última edición los copan Alemania, Estados Unidos, Suiza, Taiwán y Suecia, datos que destacan el ascenso de los germanos del quinto al primer puesto, en detrimento de Suiza, que pasa del primer puesto en 2018 al tercero en 2019. EEUU se mantiene en segunda posición en ambas mediciones. Singapur pierde posiciones desde el tercer puesto, al igual que los Países Bajos, que abandonan en esta edición las posiciones de cabeza.
El Foro Económico Mundial elabora el ránking con parámetros como la colaboración entre empresas y universidades, el gasto bruto en I+D, la colaboración internacional, la diversidad de la fuerza laboral, el desarrollo de clústers, las solicitudes de patentes y marcas, las publicaciones científicas, la calidad de las instituciones de investigación y la sofisticación del comprador.
A falta de conocer todos los datos de esta edición 2019, la mejora de posiciones de la economía española lleva a pensar que ha trabajado en las desventajas detectadas en el ránking del año pasado: calidad de innovación en las empresas y el grado de utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), donde arrojaba valores por debajo de la media de la OCDE y alejados de los países líderes.
Los datos adelantados son consistentes con los que muestra el Innovation Scoreboard de la Comisión Europea, que sitúa a España en el tercer grupo, el de innovadores moderados, junto con Portugal e Italia, y en la posición 21 de 37. Lejos desde luego de los líderes de innovación, que son Suecia, Finlandia, Dinamarca, Países Bajos y Reino Unido. Y también alejada de los innovadores fuertes, que son Alemania, Austria, Francia, Irlanda y Bélgica.
Con todo, los cambios que adelanta la edición 2019 del Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial podrían anunciar variaciones en otros ránking. 
Según el estudio de la Comisión Europea, las empresas piden medidas que impulsen la iniciativa privada y faciliten la colaboración entre empresas y otras instituciones, en lugar de un incremento de la inversión pública. Critican la “dificultad y lentitud” para obtener ayudas fiscales a la innovación en España, debido a la rigidez del concepto de “investigación”, que prácticamente la circunscribe a universidades y centros especializados, y no abarca la realizada en las empresas.
Así, reclaman “una mayor flexibilidad y agilidad” de la Administración en este ámbito, de manera que facilite la colaboración con la Universidad, institución especialmente afectada por la “lentitud administrativa” y la “falta de incentivos vinculados a la carrera profesional de los investigadores”.
Entre sus deficiencias propias, las empresas reconocen el impacto de la transformación digital en sus negocios. Para mejorar esa adaptación, reclaman la promoción de la formación en habilidades digitales “en todas las fases del sistema educativo”, así como el impulso de las carreras STEM (acrónimo en inglés referido a Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), de manera que puedan seleccionar a nuevos talentos digitales que contribuyan a consolidar la mejora en innovación de la economía española.
