jueves, 25 abril 2024

El consumo de carne ha caído un 24% en Navarra en la última década

Preocupación en el sector, que achaca el descenso a la cada vez mayor ingesta de comida preparada lista para consumir


Pamplona - 18 marzo, 2019 - 15:00

Las campañas institucionales no logran frenar el descenso en el consumo de carne fresca en Navarra.

La caída del consumo de carne en Navarra, que en los últimos diez años ronda el 24%, preocupa a un sector que atribuye el descenso a un cambio en los hábitos alimenticios y sociales que priman los platos preparados listos para consumir, según reconoce el gerente del Gremio de Carniceros y Charcuteros, Javier Prados, quien pide más campañas institucionales para incentivar el consumo de alimentos frescos insistiendo en el hecho de que son más sanos.

En 2008 el consumo per cápita de carne en Navarra era de 60,7 kilos y en 2013 cayó a 51,45 kilos. Podría pensarse que fue otra consecuencia de la crisis, pero no es así porque sigue bajando: en la actualidad cada navarro consume una media de 46,24 kilos al año, por lo que en una década la ingesta de carne ha descendido el 23,82% en la Comunidad foral, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que indican que el consumo incluso está por debajo de la media española, que es de 47,27 kilos per cápita.

En los últimos doce meses de los que se disponen de datos, los correspondientes al periodo entre julio de 2017 y junio de 2018, se consumieron en Navarra un total de 28,53 millones de kilos de carne por un valor de 204,60 millones de euros, lo que supone un precio medio por kilo de 7,17 euros. Por cabeza, el consumo fue de 46,24 kilos y el gasto de 331,57 kilos. En este mismo periodo el consumo medio de cada español ascendió a 47,27 kilos, aunque se trataba de carne de menor precio (6,64 euros el kilo) y en consecuencia el gasto per cápita también fue algo menor, 313,87 euros.

En 2008 el consumo de carne per cápita en Navarra era de 60,7 kilos, y en junio de 2018 había descendido hasta los 46,24 kilos, por debajo incluso e la media española.

En 2013 el consumo total de carne en Navarra ascendió a 33,08 millones de kilos y su valor fue de 225,90 millones de euros, con un precio medio de 6,83 euros, una ingesta per cápita de 51,45 euros y un gasto por persona de 351,25 euros. Ese mismo año cada español consumió 52,71 kilos de carne por los que abonó 334,86 euros, de modo que su precio medio se situó en 6,35 euros.

No resulta posible hacer comparaciones exactas con años anteriores porque en 2013 se modificó la base censal. En cualquier caso, con datos aproximados, se confirma la tendencia al descenso en el consumo en Navarra porque en 2008 era de 60,7 kilos por persona, cantidad que en 2010 había bajado a 50,43 kilos y aunque ascendió algo en los años posteriores, ha vuelto a reducirse hasta llegar a los 46,24 kilos actuales.

La mayor parte de la carne que se consume en un año en Navarra es fresca, son 21,94 millones de kilos sobre un total de 28,53, es decir, el 76,90%, y 2,93 millones de kilos corresponden a carne certificada, el 0,13%. En el conjunto del país el porcentaje de consumo de carne fresca es menor, supone el 72,95% del total, mientras que la certificada solo representa el 0,08%.

LA COMPETENCIA DE LOS PLATOS PREPARADOS

El gerente del Gremio de Carniceros y Charcuteros de Navarra, Javier Prados, confirma que las cifras del Ministerio “coinciden con nuestros propios datos y las sensaciones que se tienen en el sector”. El gremio atribuye la caída de las ventas “al traslado de una parte del consumo de carne fresca a los platos preparados, lasañas, pizzas, sopas… hay un montón de productos listos para consumir. De unos años a esta parte la gente opta por ese tipo de comidas por comodidad, por cambios en los hábitos y formas de vida, porque no solo ocurre con la carne fresca, también pasa lo mismo con los vegetales o el pescado frescos”.

También influyen “en menor medida, porque son tendencias muy minoritarias, opciones como las dietas vegetarianas y veganas, no tenemos datos de cómo afecta a la reducción del consumo pero el hecho es que están ahí y van al alza”.

Javier Prados duda de que se pueda hacer algo más que las campañas para incentivar el consumo que ya se vienen haciendo, como las recientemente realizadas por la sociedad pública INTIA – Reyno Gourmet en relación con la carne de las vacas betizu y del cordero de Navarra, la del Gobierno foral animando a incluir en la dieta productos agroalimentarios de la Comunidad en su época natural de cosecha o de producción bajo el lema ‘De Navarra y de temporada’ y otras puestas en marcha tanto a nivel regional como estatal. “Estamos en total sintonía con esos mensajes y colaboramos en su transmisión, pero para nosotros el más importante es el que aconseja una dieta equilibrada, la dieta mediterránea, que no es otra cosa que consumir productos frescos y de calidad. Las instituciones ya vienen haciéndolo pero creo que tendrían que insistir todavía un poco más, por supuesto en el caso de carne pero sin centrarse exclusivamente en ella, para intentar que la gente compre más productos frescos, carne, pescado, frutas, verduras… sencillamente porque la ciencia dice que es más saludable, los médicos están diciendo constantemente que es deseable evitar los alimentos procesados”.

Javier Prados: «De unos años a esta parte la gente opta por las comidas preparadas, no solo consume menos carne, también pasa lo mismo con los vegetales o el pescado frescos”.

Desde el Gremio de Carniceros y Charcuteros lamentan que el descenso del consumo de carne sea especialmente notable en el caso del cordero. “Es una pena, porque es un producto ligado a las explotaciones más tradicionales y eso tiene otras consecuencias añadidas de otro tipo, sobre todo sociales”.

Javier Prados reconoce que los carniceros no ocultan su preocupación por la caída de las ventas con los consiguientes efectos en la marcha de sus negocios, “que se une a los problemas que nos afectan por el hecho de ser comercios minoristas”, y dice que el sector se esfuerza para recuperar la clientela que ha perdido en favor de las comidas preparadas “mejorando la información sobre las propiedades de la carne fresca”, junto a iniciativas como el compromiso de medio centenar de carniceros navarros a reducir la sal y la grasa en los productos cárnicos que elaboran con el fin de contribuir a mejorar la salud cardiovascular de los consumidores. La campaña, promovida en Navarra a finales del pasado año por el Gremio, tiene por objetivo ofrecer salchicha de cerdo, butifarra blanca, morcillas, hamburguesa de cerdo, ternera y mixta, así como txistorra, con un 5% menos de grasa y un 10% menos de sal, sin alterar sus características de sabor y textura.

El objetivo final es habituar al consumidor a elegir alimentos un perfil nutricional más saludable, sin tener que renunciar a las características de la elaboración tradicional y a los sabores originales. De ahí la importancia de reducir el contenido en sal y grasa de forma progresiva y paulatina.

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