Alrededor del año 3000 antes de cristo en Asia Occidental surgió la costumbre de adornarse los lóbulos de las orejas. Sin embargo, sus fines no eran meramente decorativos como lo son ahora. Pueblos como los indios, persas, germanos, babilonios o hebreos los utilizaban como talismán y protección divina. Como si fueran amuletos de la suerte. Llevarlos encima se consideraba una de las maneras más eficaces de alejar enfermedades y posibles influencias maléficas, o de llamar a la positividad de la vida y del día a día.
Los objetos que utilizaban como pendientes eran de lo más variados. Desde plantas o madera, hasta piedras con forma de dioses, animales u otros amuletos que ellos mismos fabricaban con sus propias herramientas. Pero lo más importante de todo es que lo usaban indistintamente ambos sexos. Algo que con el paso de los años ha ido cambiando considerablemente hasta convertirse en un accesorio característico de mujeres. Sin embargo, cada día son más los hombres que se van sumando a esta moda. Porque actualmente, algunos creen que lograr el equilibrio entre mostrar personalidad y estilo sin parecer un adolescente rebelde es muy fácil. Sin embargo, ¿se equivocan? ¿Realmente los pendientes en la oreja les quedan bien a los hombres?
Varios protagonistas de la moda y el estilismo navarro han dado su opinión a VanityCapital.es sobre el tema. Edurne Senosiain, fundadora de la firma de peluquería Edurne Senosiain, considera que el pendiente «ya es un complemento habitual» en los hombres y que representa «una forma de expresión que reivindica cierta libertad». Sin embargo, detalla que lo ve más aceptado en ambientes de chicos que se dediquen al mundo de la moda y que puedan jugar con su imagen: «Siempre nos choca más verlo en ámbitos de empresas o posiciones directivas en los que deben tener un concepto más rígido», confiesa Edurne.
Los pendientes, de momento, no están clasificados como casuales o formales. Por ello, los trabajadores de recursos humanos todavía no están acostumbrados a ver en las entrevistas a hombres con dilataciones o incluso con varios agujeros en sus orejas. Alina Lojan Escobar, de Recursos Humanos en Adecco, asegura que a ella no le importa: «En lo que te fijas es en la actitud de las personas». Sin embargo, depende del trabajo: «Si es de cara al público, igual influye un poco más que un trabajo de operario».
La solución a posibles malinterpretaciones superficiales resulta muy fácil. Si lo que quieres es mostrar tu personalidad y asegurarte el éxito, lo mejor es que optes por una corbata, pajarita o pañuelo de bolsillo de algún color llamativo. Gozan de más aceptación y son menos polémicos.
ESTILISMO
La moda del pendiente masculino supone una evolución hacia una modernización de la sociedad. Así lo ve Óscar Liberal, diseñador de interiores y dirección de eventos de moda: «Cualquier tendencia que vaya hacia el camino de desdibujar los roles de género me parece muy interesante», explica. En la misma línea opina Senosiain, quien considera que en disciplinas más abiertas de moda, imagen, estilismo o incluso influencers «el pendiente se convierte en un complemento más».
Aportando un punto de vista distinto, José García, gerente de José García Peluqueros, cree que, más que una modernización, se trata de un estilo de vida: «Si eres más grunge y despreocupado es probable que optes por pendientes de madera con un palo que atraviesa el lóbulo, al igual que los dilatadores en los estilos punk. Sin embargo, los brillantes o aros, son más comerciales y fáciles de adaptar».
Dados los infinitos diseños y formas que hay, Liberal considera que en este sentido se ha perdido el miedo: «Es muy importante huir del pendiente clásico y hacer más agujeros en diferentes puntos del lóbulo y combinarlos como a uno le guste».
También es sabido que según la forma del pelo, el tipo de cara o incluso el color de piel, hay algunos que favorecen más que otros. Según García, «hay personas a las que el pendiente le aporta personalidad y estilo. En cambio, a otras, no les favorece en absoluto». Por ejemplo, para la piel clara, los de oro o plata son perfectos. Pero si eres demasiado pálido, céntrate exclusivamente en el blanco. Los piel cetrina están de suerte, pues todo tipo de color les queda bien. A los de piel oscura el que mejor les sienta pasa por un oro llamativo para hacer contraste.
Por otro lado, la cara alargada se ve favorecida por los redondos. Las de forma de corazón, por los pendientes rectos y sin curvas. Los de cara cuadrada, con curvas. Y los de redonda, sin duda, por los cuadrados.
FUTURO
La clave para el futuro pasa por considerar, en vez de masculino o femenino, simplemente pendiente: «Al final la oreja la tenemos todos tenemos muy parecida. No es una cosa de género. Cuantas más barreras superemos en ese sentido, mucho mejor», confiesa Liberal. De hecho, en Pamplona, hasta cuatro joyerías de alta gama consultadas para este reportaje coinciden en lo mismo: no tienen demanda de pendiente masculino porque ni siquiera han atendido nunca a un hombre que busque accesorios para él mismo.