La pasión de Asier por la costura se despertó pronto. Él cosía la ropa para las muñecas con las que jugaba cuando era pequeño, aprovechando las telas viejas que le daba su abuela.
Adagio es su segunda colección. El verano pasado presentó Quimera en Gallipienzo, su pueblo natal, arropado por su gente. Un total de 7 modelos prêt-à- porter, de fiesta y alta costura. Adagio, esta segunda colección, es ya una declaración de intenciones.
La colección encuentra inspiración en la moda de los años 30, y todos los cambios que supuso esta época para la moda femenina. Diseños que renuncian al volumen con vestidos rectos y adheridos al cuerpo conocidos como “vestidos esqueletos”. Tejidos con mucha caída y toques satinados. Escotes o espaldas pronunciados y colores suaves, pastel, rosa y azul, que representan la libertad de transformación de la mujer en esa época. También pantalones y trajes masculinos propios de esta transformación de la mujer en esos años, conforman los diez primeros diseños mostrados en el desfile de presentación.
Para cerrar el desfile Ferrer presentó cuatro modelos de novia de inspiración más variada, desde vestidos clásicos con encaje camariñas hecho a mano, a estética punk inspirados en Vivienne Westwood. Todos cosidos meticulosamente a mano. Por primera vez, incluye un modelo masculino, que pretende también mostrar su evolución para realizar patronaje variado.
Un total de 14 diseños que muestran una clara evolución de estilo más madura y arriesgada, fruto del trabajo riguroso, que Ferrer ha realizado durante este año, compaginando estudios con trabajos de fin de semana y verano en hostelería para poder financiarse los materiales.
Ferrer no se pone metas, tiene por delante una larga carrera llena de sueños, pero el mas inminente será su próxima colección inspirada en el folclore Vasco-Navarro y sus raíces.
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