Todo parece indicar que la senda alcista que inició el oro desde finales del 2005 tiene los días contados. Al menos, es lo que apunta en uno de sus últimos análisis el economista y autor del libro,“Así me hice trader”, Jorge Labarta quien basa su pronóstico en, al menos, dos factores clave.
El primero de ellos tiene que ver con la propia concepción de «refugio seguro» que esta materia prima ha adquirido para el ahorrador. Por paradójico que pueda resultar, el mercado privilegia al oro sobre la vivienda que nos da cobijo o sobre los bienes de primera necesidad porque el ser humano entiende que, ante una mala perspectiva, lo mejor es acumularlo para que pueda ser usado como «moneda de cambio».
Precisamente, aquí está el primer elemento que juega en contra de una próxima «apreciación» de este valor: las perspectivas de futuro en las que se mueve el mercado puesto que, tal y como recuerda el propio Labarta, «aunque siguen pesando sobre la economía mundial muchas incertidumbres, la situación ha dejado de ser tan apocalíptica como la pronosticada no hace tanto tiempo».
A este primer análisis, además, habría que añadir un segundo aspecto: la evolución ‘histórica’ del ‘oro’, una materia prima que no ha dejado de crecer desde finales de 2005 y que, en apenas tres años, se disparó desde los 750 dólares la onza a los más de 1.900 coincidiendo con el estallido de Lehman Brothers.
El valor de esta materia prima que ahora se sitúa en torno a los 1.410 dólares la onza inició, según el autor de ‘Así me hice Trader’, «una tendencia bajista que puede hacer un roto tanto a ahorradores como empresarios vinculados al sector de la joyería que cuenten con grandes stocks de esta materia prima».
En este punto es bueno recordar que muchos sectores económicos dependen de la evolución de determinadas materias primas que son muy vulnerables a los grandes movimientos que pueden experimentar a lo largo del año. Es lo que ocurre, por poner un ejemplo, con las harineras que dependen de la evolución de la cotización de los cereales o; el trasporte de la cotización del precio del petróleo. Así podría suceder con las joyerías o la industria del lujo al estar estrechamente relacionadas con el preciado metal y su valor, si se cumpliera el pronóstico del economista Jorge Labarta que basa su tesis en la siguiente explicación.
Tal y como se puede apreciar, continúa nuestro analista, «desde el 3 de agosto he apostado por un gran recorrido a la baja de este valor en las próximas semanas y meses, sin que lo veamos ya por encima de los 1.410 dólares la onza hasta dentro de mucho tiempo».
A partir de ahí, este experto trader indica que, «aunque mi operativa se basa en acertar aproximadamente solo unas pocas veces más de las que me equivoco, el éxito sería que los errores no fueran muy costosos y que en los aciertos se obtuvieran grandes beneficios».
Por este motivo, «todavía mañana podrá entrarse a la baja a aproximadamente 1.358 dólares por lo que el ‘stoploss’ de pérdidas quedaría en 1.410 dólares. El primer objetivo sería el entorno a los 1.000 dólares la onza».
Los análisis y estrategias planteadas en este y otros artículos del mismo autor representan únicamente opiniones personales, y en ningún caso y bajo ninguna circunstancia, una recomendación de compra o de cualquier otro tipo.